La cubana Bermoy mantiene el honor latinoamericano en una jornada aciaga
La cubana Bermoy mantiene el honor latinoamericano en una jornada aciaga
Dani Bosque
Londres.- La cubana Yanet Bermoy mantuvo el honor del judo latinoamericano al conseguir la medalla de plata en -52 kilos en una jornada aciaga en la que el resto de sus representantes quedaron eliminados en primera ronda.
Con claros postulantes al podio eliminados en primera ronda como los brasileños Leandro Cunha en -66 kilos o Erika Miranda en -52 kilos, la cubana se erigió en la heroína sudamericana al repetir la medalla de plata que obtuvo en Pekín 2008 aunque, en esa ocasión, en la categoría de peso inferior.
Bermoy empezó su competición con un duro combate ante la mongol Bundmaa Munkhbaatar, primera cabeza de serie del torneo que sucumbió ante el ímpetu de la cubana y acabó perdiendo por dos waza-aris.
Tras un inicio de combate muy igualado, Bermoy decidió la contienda en el último minuto, con un waza-ari de proyección a falta de 43 segundos y una inmovilización en los compases finales que hizo subir el ippon al marcador.
Tras superar sin demasiados problemas los cuartos de final ante la luxemburguesa Marie Muller y la semifinal contra la belga Ilse Heylen, Bermoy sucumbió por un yuko en la técnica de oro ante la norcoreana Kum Ae An, que ganó la final después de perderla en Pekín 2008.
La otra cara de la moneda fue la brasileña Erika Miranda, que partía como cuarta cabeza de serie, pero que no pudo superar en primera ronda a la surcoreana Kyung-Ok Kim, a quien concedió un ippon en el tiempo extra después de llegar empatadas al final de los 5 minutos.
“Creo que he defraudado a mi familia, a mis padres y mis amigos. Estoy muy frustrada. Mis padres luchan cada día por mí. Ellos me apoyan en todo lo que hago. Les debía esta victoria”, lamentó la brasileña al caer eliminada.
No fue la única sorpresa de la jornada en el peso femenino ya que siete de las ocho cabezas de serie, entre ellas la mongol Bundmaa Munkhbaatar, la española Ana Carrascosa o la japonesa Misato Nakamura, quedaron eliminadas antes de alcanzar los cuartos de final.
La francesa Priscilla Gneto fue la única de las favoritas que cumplió las expectativas y se colgó la medalla de bronce, al igual que la italiana Rosalba Forciniti que ganó por decisión arbitral a la luxemburguesa Marie Muller.
En el cuadro masculino de -66 kilos, los representantes latinoamericanos tuvieron una jornada para olvidar al caer todos ellos en su primer combate.
El caso más sonado fue el de Leandro Cunha, actual subcampeón del mundo de la categoría, que perdió por un yuko ante el sorprendente polaco Pawel Zagrodnik, clasificado como 48 del mundo pero que se irá de la capital británica con un diploma olímpico bajo el brazo al terminar quinto.
Por su parte, el paraguayo Abraham Acevedo, el venezolano Ricardo Valderrama, el chileno Alejandro Zuñiga y el salvadoreño Carlos Figueroa sufrieron la misma suerte que Cunha y quedaron eliminados a las primeras de cambio en una categoría que vio la eclosión de un prometedor judoca de 20 años, Lasha Shavdatuashvili.
El georgiano, que estaba clasificado en el puesto 17 del ránking mundial, confirmó las expectativas creadas a su alrededor y explotó definitivamente en este torneo al conseguir la medalla de oro con un judo potente y dinámico que hizo las delicias de las decenas de compatriotas que lo animaban ruidosamente desde las gradas.
En el podio lo acompañaron el húngaro Ungvari con la medalla de plata, el japonés Masashi Ebinuma, que se deshizo con un ippon espectacular del polaco Pawel Zagrodnik en el último combate, y el surcoreano Jun-Ho Cho, que venció el combate por el bronce ante el español Sugoi Uriarte por decisión arbitral.
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