HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
360. Gran Bretaña-Austria-Francia-Brasil, 2011. Un film de Fernando Meirelles. Elenco: Anthony Hopkins, Jude Law, Rachel Weisz, Ben Foster, Moritz Bleibtreu
El director Fernando Meirelles y el escritor Peter Morgan se unen para brindar una nueva versión de La Ronda, la clásica obra del austríaco escritor Arthur Schnitzler escrita hace más de un siglo y que en varias ocasiones ha sido llevada al cine, aunque en este caso con una estructura diferente.
Schindler concibió su creación en base a varias piezas dramáticas de un solo acto, cada uno de ellos protagonizada por una pareja de amantes en donde uno de sus integrantes forma parte del siguiente episodio y así sucesivamente hasta que el último segmento integra a una pareja integrada formada por uno de los dos personajes del capítulo inicial, cerrándose de este mondo la “ronda del amor” en perfecto círculo. Meirelles y Morgan optaron en cambio presentar a sus personajes a través de historias paralelas o simultáneas que no siempre se conectan entre sí.
Integrado por un calificado elenco con algunos actores de reconocido prestigio y otros poco conocidos, 360 es un film que aunque técnicamente impecable aparece deslucido en cuanto a su contenido. Sus variadas historias que transcurren en diversos lugares del mundo y con personajes de diferente extracción social no llegan a trascender por su naturaleza demasiado esquemática.
La trama comienza en Viena con una mujer de Eslovaquia (Lucia Siposova) tratando de desarrollar una carrera como prostituta de lujo y cuyo primer cliente es un hombre de negocios británico (Jude Law). Mientras tanto, en Inglaterra su esposa (Rachel Weisz) está bien ocupada engañándolo con un fotógrafo brasileño (Juliano Cazarre) quien a su vez tiene una novia compatriota (María Flor) que cansada de sus infidelidades lo deja para retornar a su hogar en Río de Janeiro.
En el primer tramo del vuelo hacia a Brasil, ella traba conversación con un compañero de asiento (Anthony Hopkins), un ex alcohólico quien viaja hacia Fénix para tratar de localizar el cuerpo de su hija desaparecida hace tiempo. Cuando los pasajeros quedan varados en el aeropuerto de Denver por una tormenta de nieve, la chica trata de seducir a un molestador sexual (Ben Foster) que se encuentra en libertad condicional y trata de resistir sus avances.
Simultáneamente a los hechos descriptos, en París encontramos a un dentista musulmán (Jamel Debbouze) quien fuertemente atraído por su bonita higienista dental (Dinara Drukarova) que está casada, la despide para evitar tentaciones que atentan contra los principios de su religión. Mientras tanto, ella se está divorciando de su marido ruso (Vladimir Vdovichenkov) quien por su parte encontrará un nuevo camino sentimental con la hermana de la prostituta eslovaca (Gabriela Marcinkova) de la escena inicial.
A pesar de que el film entretiene moderadamente, no hay nada profundo ni moral que pueda extraerse del mismo; en algún momento un personaje cita la frase que señala que si hay un tenedor en el camino hay que tomarlo (“If there’s a fork in the road, take it.”) como queriendo significar que no hay que dejar perder las oportunidades que la vida ofrece; sin embargo, las decisiones que adoptan los personajes son más bien el resultado de los caprichos del azar y/o destino. En todo caso, las variadas anécdotas que integran el relato carecen de envergadura dramática e incluso algunas de las mismas quedan sin resolución; si acaso se tratara de una comedia fantasiosa o romántica se podría ser más indulgente para juzgarlo, pero tratándose de un film de contenido realista, se hace más difícil pasar por alto las debilidades del guión de Morgan.
Los actores se desempeñan bien, pero en la mayoría de las situaciones lo que dicen o sienten no tiene visos de autenticidad. Como ejemplo, bastaría analizar una secuencia donde el personaje de Hopkins relata a una audiencia de alcohólicos anónimos su experiencia vivida en el viaje de regreso con la joven brasileña. ¿A qué viene todo eso? A pesar de que nadie duda de las dotes interpretativas de este actor, el monólogo que recita a modo de epifanía resulta insustancial e irrelevante.
Conclusión: Una película sin mucha pasión que trata de probar aunque sin lograrlo cómo las decisiones personales mueven al mundo.
RUBY SPARKS. Estados Unidos, 2012. Un film de Jonathan Dayton y Valerie Faris. Elenco: Paul Dano, Zoe Kazan, Chris Messina, Annette Bening, Antonio Banderas
Explorando el proceso de creatividad dentro del marco de una fantasiosa historia, Ruby Sparks ofrece mucho más de lo que apriorísticamente podría aguardarse. Deliciosamente romántica, sólo es necesario dejarse llevar por la imaginativa propuesta de los directores Jonathan Dayton y Valerie Faris para gozar del mejor film del género sentimental de esta temporada estival.
Al igual que el escritor George Bernard Shaw, aunque con sustanciales variaciones, la coprotagonista Zoe Kazan que es autora del guión se inspiró en el mito griego de Pigmalión donde un artista se enamora del objeto de su creación, para reproducir en este caso las andanzas de un joven autor en búsqueda del personaje clave para su nueva obra.
Al comienzo del relato el público asiste a la familiar historia de un escritor que después de haber publicado hace varios años un libro de gran éxito, ahora se siente bloqueado sin poder dar rienda suelta a su imaginación; pero rápidamente la trama cobra giros insospechados. Aquí, el escritor es Dano Calvin (Paul Dano), un joven solitario de Los Ángeles luchando por lograr la repetición del suceso de su primera publicación. Ayudado por su psicoanalista (Elliott Gould) finalmente consigue elaborar las primeras páginas de su futura novela concibiendo como protagonista a una luminosa joven de ojos azules llamada Ruby Sparks (Zoe Kazan). Si al principio todo marcha bien, la gran sorpresa se produce cuando la musa inspiradora de Dano aparece de cuerpo y alma en su departamento y al principio él no atina a estar seguro si lo que ve tiene visos reales o está soñando. Llamando de inmediato a su hermano incrédulo (Chris Messina), la situación adopta ribetes más increíbles cuando llega a comprobar que Ruby realmente existe.
La historia se vuelve más apasionante cuando el escritor comprueba que Ruby va comportándose de acuerdo a lo que él va desarrollando en su novela donde podrá lograr que ella hable francés, llegue a cocinar o adopte actitudes que sólo él puede manejar. Mientras que el titiritero logra que su títere obedezca sus instrucciones no habrá nada que objetar, pero la situación cambia drásticamente a partir del momento en que Ruby comienza a adquirir independencia desafiando a la persona que la ha concebido en su imaginación.
Romántica, afectiva y plena de ternura, los realizadores han concebido una ingeniosa fábula capaz de satisfacer a todo tipo de audiencia. Dentro del carácter de comedia de fantasía uno podría reflexionar sobre la irresistible tentación que asiste al ser humano de manipular o ejercer control sobre otras personas haciéndole sentir dueño de un poder sin límites; en todo caso, y más allá de esas conjeturas, lo concreto es que se ha logrado un film íntimo, muy bien enfocado, con mucho humor y sobre todo con una excelente comunicación entre sus dos personajes principales, hecho que no resulta extraño porque Dano y Kazan forman pareja en la vida real y logran transmitir muy bien la buena química que los une. El elenco de reparto es irreprochable con la participación de Annette Bening como la madre hippie de Dano y Antonio Banderas animando a su excéntrico padrastro.
Conclusión: Una original y cálida comedia romántica que se deja ver con mucho agrado.
CELESTE AND JESSE FOREVER. Estados Unidos, 2012. Un film de Lee Toland Krierger. Elenco : Rashida Jones, Andi Samberg, Ari Graynor, Eric Christian Olsen, Chris Messina, Elijah Wood, Emma Roberts
Esta película de Lee Toland Krierger es una variante de la reciente tendencia de filmes románticos que tratan de probar que jóvenes de diferentes sexos pueden ser grandes amigos a pesar de sentirse atraídos. En el caso actual, sus protagonistas ya están casados pero divorciándose, aunque la amistad entre ellos permanezca incólume.
Como queriendo despistar al espectador, al principio del relato se ve a Celeste (Rashida Jones) y Jesse (Andi Samberg), viajando juntos en el coche de este último, donde la conversación mantenida y los amables gestos entre ambos sugieren que se trata de una pareja de enamorados llevándose a las mil maravillas. Sin embargo al rato, en un encuentro con otra pareja de amigos a punto de casarse (Eric Christian Olsen, Ari Graynor), se llega a saber que Celeste y Jesse se están separando después de 6 años de matrimonio; con todo, eso no impide que todos los días estén compartiendo la grata compañía y celebrando la extraordinaria amistad que los une mientras que el proceso de divorcio sigue su curso. Esa situación se altera cuando repentinamente Jesse confiesa a Celeste que será papá como resultado de una relación mantenida con una chica que conoció hace 3 meses. Ahí es cuando la amistad platónica es puesta a prueba, sobre todo por las tensiones que experimenta Celeste frente a la futura paternidad de su amigo.
Lo que sigue a los hechos descriptos se asemeja más a situaciones de comedia televisiva que a un relato sentimental realista. Tratando de convertir al film en una historia agridulce con cierta profundidad, el joven realizador no va más allá que ilustrar un retrato superficial y poco creíble de las parejas jóvenes de hoy día. Más aún para rellenar los 90 minutos de metraje, la audiencia asiste a los altibajos de esta relación especial de “separados-amigos” que finalmente termina aburriendo a pesar de alguno que otro momento gracioso.
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