HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Desde su inserción, el Festival de Toronto privilegió el cine canadiense y este año no es la excepción. Para la edición que comenzará el próximo 6 de septiembre el TIFF dio a conocer una lista de19 filmes que se exhibirán en las diferentes secciones del festival. La mayoría de ellos serán presentados en carácter de primicia mundial, mientras que algunos otros lo serán en carácter de estreno para América del Norte y/o Toronto.
Bernard Émond, un realizador que en el pasado ha estrenado varias de sus películas en este festival, retorna al mismo con TOUT CE QUE TU POSSEDES interpretado por Patrick Drolet y Gilles Renaud en los roles centrales; el relato aborda a un universitario académico que rehúsa recibir una importante herencia así como su posterior reencuentro con la hija adolescente que él había abandonado tiempo atrás. El film INCH’ALLAH de Anais Barbeau-Lava enfoca a una joven partera (Évelyne Brochu) de Quebec que descubre la realidad de lo que acontece en el Medio Oriente mientras está trabajando en una clínica ubicada en un campo palestino de refugiados de Cisjordania.
STILL de Michael McGowan se basa en una historia verdadera acerca de un anciano (James Cromwell) de 89 años que corre el riesgo de ir a la cárcel en la medida que el gobierno intenta evitar que construya una casa más confortable para su esposa enferma (Geneviève Bujold). KRIVINA de Igor Drljaca, enfoca a un inmigrante de la ex Yugoslavia que parte para Bosnia a fin de ubicar a un amigo que es acusado de crímenes de guerra.
Las amenazas creadas a una pequeña comunidad por parte de un adolescente solitario a través de Internet es el tema de BLACKBIRD de Jason Buxton. En PICTURE DAY la novel directora Kate Melville aborda las andanzas de una adolescente estudiante que se enamora de un músico de rock mucho mayor que ella. Anita Doron es la realizadora en THE LESSER BLESSED donde relata una historia que transcurre en los Territorios del Noroeste canadiense enfocando el proceso de transición de un adolescente autóctono hacia la edad adulta.
Interés especial reviste I DECLARE WAR de Jason Lapeyre y Robert Wilson presentando a un grupo de amigos de 12 años de edad que ponen a prueba su amistad mientras juegan a la guerra como si fuesen auténticos guerreros; se anticipa como una sombría descripción de la naturaleza humana a través de chicos dispuestos a ganar cualquiera sea el precio a pagar. El género policial está representado por THE CRIMES OF MIKE RECKET del director y escritor Bruce Sweeney; dentro de un clima de crisis económica, el guión cuenta la historia de un agente inmobiliario en decadencia (Nicholas Lea) cuyos esfuerzos por mejorar su situación financiera lo convierten en sospechoso por parte de la justicia en una investigación delictiva que se está realizando. Sudz Sutherland es el director de HOME AGAIN sobre tres adultos educados en el extranjero y que son deportados a Jamaica, su país natal.
MY AWKWARD SEXUAL ADVENTURE de Sean Garritty relata el caso de un discreto contador que para reconquistar a su amiga recurre a los servicios de una desinhibida bailarina exótica. También se verán la ópera prima de Brandon Cronenberg ANTIVIRAL con la actuación de Caleb Landry y TOWER de Kazik Radwanski.
Entre los documentales se destacan STORIES WE TELL de la joven realizadora y actriz Sarah Polley y REVOLUTION de Rob Stewart donde el director narra su evolución de fotógrafo y cineasta a activista ecológico.
El TIFF también dio a conocer 44 cortometrajes que forman parte del programa Short Cuts Canada. Una lista completa de todos los anuncios se puede obtener en www.tiff.net
THE ODD LIFE OF TIMOTHY GREEN. Estados Unidos, 2012. Un film escrito y dirigido por Peter Hedges. Elenco: Jennifer Garner, Joel Edgerton, C J Adams
Parece que 2012 es el año de las películas de fantasía. A pocas semanas de haber juzgado “Ruby Sparks” llega ahora otra fábula con La extraña vida de Timothy Green; se trata de un film amable que por sus peculiares características es posible que tenga más predicamento en la audiencia adulta que en la de niños.
Dentro del género de realismo mágico, el director y guionista Peter Hedges plantea en las primeras imágenes un caso interesante que permite la rápida identificación con sus personajes. Jennifer Garner y Joel Edgerton animan a Cindy y Jim Green respectivamente, un matrimonio que ha realizado todos los esfuerzos posibles para concebir un hijo sin haberlo logrado. El día en que reciben el diagnóstico médico confirmando que Cindy no podrá quedar jamás embarazada, los cónyuges deciden fantasear sobre el hijo que hubieran deseado tener, escribiendo sus atributos en un papel que después de haber sido colocado en una caja de madera la entierran en el jardín de la casa donde viven; de este modo, las esperanzas que habían depositado de tener un hijo han quedado sepultadas. Sin embargo, los hechos demostrarán lo contrario cuando a la mañana siguiente, en ese mismo lugar, brota misteriosamente un encantador niño de 10 años con hojas adheridas a sus piernas y que dice llamarse Timothy Green (C J Adams). Así este chico, que reúne todas las características que Cindy y Jim habían imaginado en un hijo, es inmediatamente adoptado por ellos y todo parecería predecir que el gran sueño de ser padres finalmente se ha concretado.
Para proseguir con lo que el relato propone es necesario dejar toda resistencia a la credibilidad; pero tratándose de una fantasía ese detalle es fácilmente superable, sobre todo por el tono afectivo que va adquiriendo el desarrollo de la trama. Sin entrar en detalles, lo que sigue es el proceso de adaptación de los padres al niño, de éste hacia sus padres adoptivos así como al medio social donde le toca vivir.
Aunque sin gran profundidad, Hedges logró una buena comedia dramática donde refleja las emociones de una vida en familia, la difícil responsabilidad de la paternidad de padres inexpertos, los inconvenientes que Timothy debe superar con sus compañeros de escuela por ser diferente, la relación amistosa que entabla con una tímida niña (Odeya Rush) compartiendo sus horas libres, así como los sentimientos de amor y pérdida que trae aparejado el desenlace del relato. Toda la historia se desarrolla dentro del marco de una situación económica crítica cuando la fábrica de lápices donde trabaja Jim, que a su vez es la más importante de la pequeña ciudad, amenaza cerrar sus operaciones.
En más de una oportunidad el relato bordea con la nota melodramática; sin embargo, el realizador evitó que su historia se convierta artificialmente sentimental permitiendo en cambio que las emociones florezcan en forma natural y espontánea.
Conclusión: Con una premisa improbable, he aquí una fantasía agridulce de modestas ambiciones que transmite calidez y sentimiento, en gran parte por la lograda interpretación del pequeño Adams quien proporciona ternura y humanidad en el rol que le ha tocado desempeñar.
PARANORMAN. Estados Unidos, 2012. Un film de animación de Sam Fell y Chris Butler
Después del éxito logrado con Coraline (2009) la empresa productora Laika entrega otro buen relato de animación que se ubica en el género del thriller entremezclado con un poco de horror.
Efectuado en 3D y en “stop-motion”, técnica de animación que consiste en lograr el movimiento de objetos estáticos a través de una serie de imágenes sucesivas, cabe apreciar el meticuloso trabajo realizado por el equipo de producción al servicio de un film ingenioso que seguramente atraerá a chicos –aunque no demasiado pequeños- como así también a sus padres.
El film codirigido por Sam Fell y Chris Butler con guión de este último aborda un terreno parecido al que el realizador Tim Burton ha incursionado en algunos de sus trabajos. La historia se desarrolla en un tranquilo pueblo del noreste americano donde vive Norman (voz de Kodi Smit-Mc Phee), quien es un chico de 11 años incomprendido por su familia integrada por sus padres (voces de Jeff Garlin y Leslie Mann) y de su superficial hermana (voz de Anna Kendrick), además de ser objeto de burlas e intimidación por parte de Alvin (voz de Christopher Mintz-Please), un compañero de escuela a la que asiste. Parte de la causa de su problema es que él insiste en tener la capacidad de poder ver y hablar con las personas muertas. Su carácter solitario encuentra sosiego viendo películas de zombis (muertos vivientes) y gozando de la compañía fantasmal de su querida abuela (voz de Elaine Stritch). El conflicto dramático de la historia se produce cuando Norman se entera por su excéntrico tío Prenderghast (John Goodman), con similares poderes extrasensoriales, que una maldición pesa desde hace tres siglos sobre el pueblo donde sus antepasados muertos emergerán de sus tumbas para sembrar el caos. Cuando efectivamente un septeto de zombis salen de las mismas, Norman, acompañado por un pequeño equipo de colaboradores, procede a enfrentarlos expulsándolos del lugar y convirtiéndose en el héroe del pueblo.
Aunque la trama argumental es pequeña, el film satisface por sus momentos de humor, la bien lograda acción que se desprende de sus instancias de horror así como por la acabada elaboración de sus personajes, con especial referencia al mejor amigo de Norman, un simpático gordito bien caracterizado con la voz de Tucker Albrizzi.
Conclusión: Visualmente inobjetable, este film se ubica en algunos escalones más elevados al promedio de su género y constituye un buen entretenimiento.
2 DAYS IN NEW YORK. Francia-Alemania-Bélgica, 2012. Un film escrito y dirigido por Julie Delpy. Elenco: Julie Delpy, Chris Rock, Albert Delpy, Alexia Landeau
Julie Delpy decidió realizar una secuela a 2 Days in París donde debutó como directora hace 5 años. De inferior calidad a aquélla 2 Días en Nueva York decepciona por su desabrida trama plagada con chistes de dudoso gusto y animada por personajes donde es mejor perderlos que encontrarlos.
En este capítulo la fotógrafa francesa Marion (Delpy) está divorciada viviendo en Manhattan con Mingus (Chris Rock), un periodista radial también divorciado, con quien comparte un departamento en compañía de sus respectivos hijos de anteriores relaciones. Con motivo de la inauguración de su exposición de fotografía, llega de visita procedente de París la excéntrica familia de Marión perturbando el clima de tranquilidad existente. Desde la primera escena en el aeropuerto Kennedy ya se percibe que el film adquiere un tono de farsa cuando Jeannot (Albert Delpy), el padre de Marion, intentaba contrabandear una considerable cantidad de chorizos y quesos en su maleta además de ocultar algunos llevados en su cuerpo; además de su padre se encuentra su hermana Rose (Alexia Landeau) quien tiene proclividad a pasearse desnuda por el departamento y su desagradable amigo Manu (Alex Nahon).
Desde el vamos, el hogar se convierte en un caos con las andanzas del padre que no habla una sola palabra de inglés, la inmadura Rose que se la pasa peleando constantemente con Marion y el insoportable Manu a quien no le falta escrúpulos para lograr que un traficante de drogas le provea marihuana al departamento donde está alojado. En la mayoría de los casos la risa es provocada apelando a desagradables expresiones racistas de Manu con referencia a Mingus que es negro, mostrando a Manu cortándose las uñas de los pies sobre la mesa familiar; o bien cuando los visitantes sonríen al pronunciar el nombre de “Mingus” porque rima con “cunnilingus” (sexo oral); no es necesario agregar más ejemplos o situaciones que resultan mejor olvidar que relatar.
Extraña mucho que Delpy sea la coguionista (junto con Landeau) de esta pobre farsa, teniendo en cuenta que ella había participado exitosamente en los excelentes diálogos improvisados de Before Sunrise.(1995) y Before Sunset (2004). Aquí, dejó de lado toda sutileza para concebir un relato que no tiene mayor razón de ser, a pesar de haber querido exponer sin lograrlo un contrapunto cultural entre las costumbres francesas y la modalidad americana, algo ya visto en múltiples oportunidades con mejor fortuna.
Conclusión: Una comedia vulgar con gags poco graciosos y olvidables
KILLER JOE. Estados Unidos, 2011. Un film de William Friedkin. Elenco: Matthew McConaughey, Emile Hirsch, Juno Temple, Thomas Haden Church
Aunque William Friedkin es un veterano realizador americano bien conocido por The French Connection (1971) -que obtuvo 5 Oscars incluyendo al mejor film y mejor director- su filmografía ha sido desigual y en los últimos años ha perdido la vitalidad de otros tiempos. Eso es apreciable en Killer Joe, un film que si bien está correctamente realizado y tiene ciertos momentos logrados, el realizador no escatimó en acudir a escenas revulsivas y violentas para satisfacer las ansiedades de un público que se satisface con los baños de sangre dentro de un clima sórdido y asfixiante. Ciertamente, la visión de esta película constituye una experiencia poco estimulante.
En menos de escasos minutos, el espectador se enfrenta con una familia que además de disfuncional se encuentra en total bancarrota moral. Chris (Emile Hirsch) es un inepto traficante de drogas cuya vida corre peligro por encontrarse fuertemente endeudado y sin disponer del dinero para salvar su situación. Para resolver el problema decide matar a su madre con quien no se lleva bien, a fin de cobrar el seguro de vida de 50 mil dólares que posee y utilizar parte de esa suma para cancelar sus deudas.
Para ello comunica la decisión a su padre Ansel (Thomas Haden Church); éste que está separado de su mujer, encuentra que es una idea muy razonable y de la misma opinión es su actual compañera Sharla (Gina Gershon) y Dottie (Juno Temple), la hermana menor de Chris. Para implementar el crimen, Chris propone que la ejecución esté a cargo de Joe (Matthew McConaughey), un detective policial que a la vez oficia como un experto asesino a sueldo. Como la fracturada familia no dispone del dinero efectivo que el criminal requiere anticipadamente, éste retiene a Dottie como garantía por sus servicios profesionales.
Resulta curioso que Friedkin haya logrado un interesante film de horror con The Exorcist (1973) y que aquí desperdicie un material que se prestaba para la comedia negra con visos de suspenso para en cambio ofrecer un relato radical y transgresivo de poco valor. En las últimas escenas, el clima degradante alcanza su climax donde Joe somete a Sharla a un acto tan humillante como deplorable, sin que agregue o refuerce la naturaleza de lo que se está presenciando.
A su favor cabe señalar la muy buena interpretación del elenco, destacándose sobre todo McConaughey y Temple. El popular actor caracteriza muy bien la ambigua personalidad de un individuo afable cuya voz serena de a ratos contrasta con la sádica violencia que expone en otros momentos; por su parte Temple da el tono preciso con la ingenuidad aparente que reviste su personaje; ambos intérpretes proporcionan la que es posiblemente la mejor escena del film cuando Joe seduce a la adolescente como preludio a su iniciación sexual.
Conclusión: Un film del género negro que apela a una gratuita violencia y a situaciones de lamentable gusto.
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