Además de México, Canadá incluyó en la lista a Israel, Australia, Suiza, Japón, Noruega, Islandia y Nueva Zelanda.

La inclusión de México en la lista de “países seguros” abre la puerta para que Canadá pueda eliminar la obligación de que los ciudadanos mexicanos obtengan un visado para viajar al país norteamericano.

Canadá impuso los visados en 2009 debido al acusado aumento de las peticiones de refugio de ciudadanos del país latinoamericano.

En su momento, Canadá justificó la decisión porque en 2008 más de 9.400 mexicanos solicitaron refugio en Canadá, un 25 % del total de peticiones recibidas por el país.

Al mismo tiempo, el Ministerio de Inmigración destacó que de esas 9.400 peticiones de refugio, sólo un 11 % de los casos fue aceptado por los tribunales migratorios.

La decisión canadiense de exigir visados a los mexicanos ha sido un elemento irritante en las relaciones bilaterales de los dos países, que son socios comerciales del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y tienen crecientes vínculos económicos, políticos y sociales.

Tanto el anterior presidente mexicano, Felipe Calderón, como el actual, Enrique Peña Nieto, han intentado que Ottawa anulase la exigencia.

Pero Canadá ha señalado que no podía retirar la exigencia de visado hasta arreglar sus leyes.

El pasado mes de noviembre, el entonces presidente electo mexicano, Peña Nieto, y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, trataron el tema.

Durante la rueda de prensa, los dos mandatarios expresaron su interés en solucionar el contencioso rápidamente.

“Hablamos sobre los cambios legislativos (de Canadá) y espero que cuando la nueva ley sea aprobada en el corto plazo seamos capaces de evitar este requisito”, dijo entonces Peña Nieto.

Por su parte, Harper declaró: “el presidente y yo lo discutimos y dijimos que nuestros funcionarios examinaran opciones paso a paso para resolver la situación. Nos gustaría finalmente ver que el viaje desde México no necesita visados”.

Con la inclusión de México en la lista de “países seguros”, cualquier petición de refugio será procesada en un plazo de entre 30 y 45 días y aunque los solicitantes pueden recurrir decisiones en contra no pueden acudir a la división de apelaciones para refugiados recientemente creada en el país.

El ministro de Inmigración de Canadá, Jason Kenney, dijo a través de un comunicado que “el procesamiento más rápido de las solicitudes de refugio de países que son normales es una característica fundamental del nuevo sistema de refugio canadiense”.

“Nuestro nuevo sistema proporciona protección más rápidamente a los refugiados genuinos a la vez que se saca del país a aquellos individuos cuyas solicitudes son rechazadas”, añadió Kenney.