INMIGRANDO A CANADA
INMIGRANDO A CANADA
Por Vilma Filici
vilma@filici.com
Toronto. En los últimos meses he visto a muchas personas que se encuentran en Canadá con permisos de trabajo y desean solicitar la residencia permanente, pero que no pueden hacerlo porque no reúnen todos los requisitos necesarios. Particularmente, el mayor impedimento para las personas que vienen de países de habla hispana es que no hablan uno de los idiomas oficiales de Canadá al nivel requerido.
La imposición de un requisito lingüístico mínimo con el fin de calificar para la residencia permanente es un cambio reciente en el sistema migratorio canadiense. El Federal Skill Trades Class lo comenzó a exigir en enero del 2013, el Federal Skilled Worker Class comenzará con este requisito en mayo del 2013, y el Canadian Experience Class ha exigido un nivel mínimo de inglés desde sus inicios. Cada uno de estos programas requiere que la persona haga un examen de inglés y obtenga una puntuación mínima para iniciar un proceso migratorio.
El ministro de Inmigración, Jason Kenney, ha dicho muchas veces que la razón para la imposición de este requisito es porque de acuerdo a los estudios realizados sobre el tema, los inmigrantes que tienen fluidez en una de las lenguas oficiales tienen más probabilidades de establecerse económicamente en Canadá.
Otras razones por las que una persona debe ser capaz de comunicarse en una de las lenguas oficiales, de acuerdo con el National Occupation Classification Dictionary, es que el trabajador debe ser capaz de leer los avisos que se colocan en los tableros respecto a temas de seguridad, deben ser capaces de leer los manuales que hay en el lugar de trabajo en relación con la seguridad, capaces de entender instrucciones con respecto a su trabajo, comunicarse con sus supervisores y compañeros, con los clientes, etc.
Sin embargo, a pesar de lo que plantea el gobierno, hay muchas personas que creen que el lenguaje no es un indicador de éxito económico y que, dependiendo de la empresa, el trabajador puede trabajar con personas que hablen su idioma y que podrían traducirle. De hecho, todo mundo conoce a más de alguna persona que a pesar de no ser fluido en una de las lenguas oficiales de Canadá, ha amasado una fortuna, tiene un negocio exitoso, y da empleo a trabajadores extranjeros, ciudadanos canadienses y residentes permanentes.
En general, los trabajadores extranjeros han tenido que soportar mucho más que la imposición de la lengua si eventualmente quieren obtener la residencia permanente. El programa ha aumentado drásticamente el número de trabajadores traídos a Canadá para cubrir la escasez de mano de obra, y el gobierno también ha autorizado a los empleadores a pagar hasta un 15% menos del salario mínimo a los trabajadores extranjeros si la empresa puede demostrar que está pagando salarios similares a sus trabajadores permanentes. Estos cambios han dado lugar a abusos y explotación no sólo del trabajador extranjero sino también de los trabajadores canadienses en general. Y además de que se les paga menos que a los canadienses, los trabajadores extranjeros tienen que lidiar con la negatividad del público que los culpa por el desempleo y la falta de oportunidades de los canadienses.
Varios artículos periodísticos que fueron publicados después que se anunció el presupuesto federal, platearon la falta de recursos para capacitar canadienses que puedan ocupar las plazas que hay vacantes en diferentes oficios. Señalaron que la falta de programas de capacitación, el incremento de trabajadores extranjeros y la decisión de permitir a las empresas pagar hasta un 15% menos a un trabajador extranjero, es un intento deliberado para ayudar a las grandes empresas.
A la luz de la historia, es muy interesante notar que el programa de trabajadores extranjeros parece haber hecho un giro de 360 grados, dado que a principios del siglo pasado Canadá estaba reclutando obreros de Europa y otras partes del mundo para trabajar en los proyectos ferroviarios y de otro tipo, con la idea de que iban a trabajar siempre y cuando se les necesitara, pero que cuando ya no fueran requeridos se irían a casa.
Tal vez esto es lo que nuestro gobierno está proponiendo ahora también para los trabajadores extranjeros, porque al imponer un requisito lingüístico mínimo para que los trabajadores puedan solicitar la residencia permanente, el gobierno está ayudando a las empresas para que contraten mano de obra barata, la utilicen mientras la necesiten, y luego los envíen de regreso a casa cuando ya no sean necesarios.
Pero los trabajadores temporales que están llegando cada día y que su lengua oficial no es el inglés deben aprender de aquellos trabajadores que vinieron antes. Los inmigrantes italianos que llegaron en los primeros años de 1900 no fueron considerados como inmigrantes preferidos. Se creía que no se ajustarían bien al país, pero sin embargo, llegaron por miles y se establecieron en Canadá.
En este sentido, si el gobierno actual considera que los trabajadores temporales que no hablan inglés no podrán obtener la residencia permanente dado que no serán capaces de aprender una de las lenguas oficiales del país, hay que darle una sorpresa. Vamos a demostrar que somos un pueblo capaz, inteligente, y que cada trabajador que llega procedente de América Latina puede aprender uno de los idiomas oficiales y con ello calificar para la residencia permanente en Canadá. Esto es posible.
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