HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Considerado como un maestro del cine fantástico, Guillermo del Toro incursiona ahora en una aventura de ciencia ficción sobre el ya conocido tema de la extinción del mundo que en este caso es debido a impiadosos enemigos que surgen de las profundidades oceánicas.
En declaraciones a la prensa el realizador ha manifestado su entusiasmo por las historias vinculadas con gigantescos y anormales engendros de la naturaleza. De allí que juntamente con el guionista Travis Beacham haya preparado un guión en donde enormes robots creados por el hombre tendrán que enfrentar a los terribles monstruos que están devastando nuestro planeta. La típica historia de las fuerzas del bien luchando contra las del mal es la excusa para que el público asista a un film de gran acción caracterizado por batallas descomunales que visualmente habrán de deslumbrar al público asiduo a este tipo de espectáculos.
La acción que se ubica en un futuro cercano describe la continuada batalla que los humanos mantienen con los “Kaiju”; se trata de criaturas monstruosas que se elevan desde el Océano Pacífico causando devastaciones y cobrando innumerables víctimas. Para enfrentar al terrible mal, la humanidad trata de defenderse con los “Jaeger”, nombre adjudicado a metálicos robots de casi 100 metros de altura, donde cada uno de los mismos está manejado por dos pilotos telepáticamente vinculados.
Dentro del contexto descripto, Raleigh Beckett (Charlie Hunnam), un ex guerrero y experimentado piloto quien 5 años atrás perdió a su hermano en un encuentro anterior con un Kaiju, es convocado por Stacker Pentecost (Idris Elba), el director del programa Jaeger, para manejar uno de los antiguos robots con la asistencia de Mako Mori (Rinko Kikuchi), una joven aprendiz sin mucha experiencia que actuará de copiloto; se trata de un último recurso para tratar de derrotar al implacable enemigo.
Dada la naturaleza de esta historia, que en líneas generales está desprovista de sorpresas, se hace difícil pretender alguna profundidad en sus personajes. En materia de actuación, tampoco hay nada especial para resaltar por parte de los actores principales, salvo que llama la atención la falta de química que debería existir entre los personajes de Raleigh y Mako; dentro de los intérpretes secundarios, en cambio se destacan Charlie Day y Burn Gorman quienes como dos científicos locos ofrecen la cuota de humor necesaria para aliviar tensiones.
Lo que aquí se aprecia es una película de acción y aventuras a granel que a pesar de ser uno de los trabajos menos relevantes del inventivo cineasta mexicano, hay ciertos elementos que lo distinguen de otros filmes del mismo género. En primer lugar, habrá que reconocer la sencillez con que el realizador relata esta fantasía y sobre todo la puesta escénica empleada en la exposición de las batallas campales que se producen entre las partes en pugna, donde el espectador tiene clara idea sobre lo que está aconteciendo. Otro elemento importante es que los efectos visuales del film lo convierten en su verdadero protagonista y en tal sentido es apreciable la meticulosidad del director quien rodeado de un valioso equipo de producción ha logrado sorprender con los ingeniosos diseños de los monstruos del Pacífico y de los inmensos robots.
Conclusión: Del Toro ofrece un exuberante espectáculo que aunque predecible ofrece efectivas batallas épicas de sorprendente despliegue visual.
THE WAY, WAY BACK. Estados Unidos, 2013. Un film escrito y dirigido por Nat Faxon y Jim Rash
Habiendo ganado un Oscar por mejor guión adaptado en el film The Descendants (2011), los guionistas Nat Faxon y Jim Rash, ahora también en su condición de realizadores, ofrecen en The Way, Way Back una historia entre agridulce y nostálgica sobre el proceso de maduración que experimenta un adolescente en un viaje de vacaciones con su familia disfuncional.
Liam James interpreta a Duncan quien con sus 14 años de edad nunca ha tenido la oportunidad de encontrar la figura de un padre con quien dialogar y hacerle llegar algunos de sus problemas. De naturaleza introvertida y de notable timidez al comenzar el relato lo vemos sentado en el asiento trasero de un station wagon (coche familiar) conducido por Trent (Steve Carell), el amigo de su madre Pam (Toni Collete) con quien ésta ha decidido reanudar su vida sentimental después que su marido la abandonó. Durante el viaje, que tiene como destino las playas de Cape Cod donde Trent tiene una casa de verano, este hombre de naturaleza un tanto autoritaria humilla en forma sádica al silencioso Duncan haciéndolo sentir aún más recluido. Al llegar al lugar veraniego, el panorama resulta poco excitante para el adolescente por estar rodeado de gente con la cual no simpatiza incluyendo a Steph (Zoe Levin), la no muy atractiva hija de Trent de un anterior matrimonio, con quien poco o nada tiene para compartir. Aunque Trent se esfuerce en que todos se integren formando una nueva familia, Duncan realmente se siente como “sapo de otro pozo”.
El clima de soledad cambiará para este muchacho cuando llega a conocer a Owen (Sam Rockwell), el encargado de un parque acuático de la zona, donde se establece rápidamente una simpatía mutua y además, sin que lo sepa su madre, Duncan comienza a trabajar para él. A través de esta relación y con el grupo de otras personas empleadas por Owen, el muchacho comienza a salir de su cascarón y al abrirse y expresarse con más soltura encuentra en su empleador al verdadero padre que nunca había llegado a tener hasta ese momento. Todo eso se complementa con la ilusión de una posible relación romántica con Susanna, una chica vecina (AnnaSophia Robb) de naturaleza triste y que igualmente no está libre de conflictos personales.
Con algunos momentos de logrado humor y considerable ternura, los realizadores logran un film que a pesar de no ser completamente original en su tema está muy bien expresado al demostrar cómo, en gran parte, los padres pueden actuar irresponsablemente e influir negativamente en la vida de un hijo; al propio tiempo, también demuestra cómo personas ajenas pueden ayudar considerablemente a solucionar problemas emocionales a través del afecto y apoyo que Duncan recibe de Owen.
Sin ser excepcional, este film satisface por estar bien relatado y en donde gran parte de su logro es debido a su sólido elenco. Los directores encontraron en el joven James a un actor dotado que comunica toda la gama emocional que su personaje requiere; a su lado se lucen Carell, Collette, Rockwell, Robb, Maya Rudolph como la asistente de Owen y muy especialmente Allison Janney como la excéntrica, hilarante e insufrible madre de Susanna.
Conclusión: Un film pequeño y no pretencioso que logra transmitir en forma emotiva el proceso de transformación de un adolescente
A HIJACKING. Dinamarca, 2012. Un film escrito y dirigido por Tobias Lindholm
Tobías Lindholm quien ya ha tenido considerable experiencia como guionista en algunos filmes del cineasta Thomas Vinterberg (Submarino, The Hunt) y también participó como realizador junto con Michael Noer en R, aquí por primera vez asume su condición de director único en un drama de notable calidad.
Como el título lo anticipa, la tensa historia concebida por Lindhom se refiere a un secuestro que tiene lugar en alta mar. El film comienza presentando una secuencia donde Mikkel (Pilou Asbaek), el cocinero de un buque carguero quien desempeñando sus labores se comunica telefónicamente con su mujer expresando su ansiedad de retornar lo antes posible al hogar para reencontrarse con su familia. Dos días después y cuando la nave se encuentra en pleno Océano Índico el público se entera que la tripulación y el barco han sido objeto de un asalto consumado diestramente por piratas de Somalia que demandan un rescate de 15 millones de dólares para la liberación del equipaje. Es ahí donde entran a actuar los interlocutores representados por Peter Ludvigsen (Soren Malling), el presidente de la compañía, quien para resolver la grave situación planteada decide contratar los servicios de un experto en la materia (Gary Skjoldmose Porter, que en la vida real se desempeña como tal) quien es traído a bordo; sin embargo, ignorando los consejos que el profesional le suministra, Peter decide lidiar con el problema creyendo que él es el mejor interlocutor para actuar con los secuestradores.
A medida que transcurren los días y semanas, sin que el drama tenga visos de solución por la intransigencia de Peter en ceder a las demandas de los extorsionadores, hay un malestar creciente manifestado tanto por los familiares de los hombres de mar que se encuentran en tierra aguardando noticias así como por parte de la tripulación de las 7 personas a bordo cuya moral va minándose gradualmente. Así, el encierro forzoso va generando un clima de opresión angustiante frente al callejón sin salida.
Lindholm ha logrado un estupendo thriller realista donde la mayor parte de la acción tiene lugar en dos escenarios exclusivos: las confortables oficinas administrativas de la sede central y el confinamiento claustrofóbico del buque carguero; a pesar de dicho minimalismo, el relato mantiene una gran tensión en el juego psicológico que se establece entre las partes en pugna, fundamentalmente debido al buen desarrollo de los personajes. Para concentrar el interés de un relato durante casi dos horas de duración se necesitan acontecimientos que dramaticen constantemente el clima vivido y en tal sentido, el guión va originándolos inteligentemente al ilustrar la rutina de una convivencia peligrosa entre los captores y sus indefensos e intimidados rehenes.
Las interpretaciones se destacan por su excepcional naturalidad. Malling, muy lejos de cualquier estereotipo, representa impecablemente al frío ejecutivo que sin llegar a ser despiadado o cruel por estar acostumbrado a estar en completo control de sus decisiones presume equivocadamente que negociar con los piratas es algo semejante a tratar una transacción comercial ordinaria, hasta que la realidad le demuestra lo contrario. Similar desempeño actoral cumple Asbaek transmitiendo cabalmente el estado anímico de una persona que va perdiendo la razón a medida que los dramáticos acontecimientos se prolongan indefinidamente.
Conclusión: Lindholm brinda un tenso drama de suspenso que por su sorprendente autenticidad más se asemeja a un documental que a una historia de ficción.
- UNFINISHED SONG. Gran Bretaña, 2012. Un film escrito y dirigido por Paul Andrew Williams
Por tercera vez en los últimos meses se asiste a un film que además de estar centrado en gente de la tercera edad también refleja el verdadero amor de una pareja en el crepúsculo de la vida. Aunque Unfinished Song no alcance el alto nivel del drama Amour de Haneke o del film canadiense Still Mine de Michael McGowan tiene elementos importantes que lo valorizan.
Con dos veteranos y excelentes actores como lo son Vanessa Redgrave y Terence Stamp acompañados por un buen elenco donde sobresale Gemma Arterton, una artista de la nueva generación que irradia talento y considerable simpatía, este film logra tocar la fibra íntima del espectador.
El film se centra en Arthur (Stamp), un anciano gruñón del cual es difícil percibir una sonrisa en su rostro; con todo existe una única razón de adherirse a su persona al ver la total devoción brindada a Marion (Redgrave), su mujer afectada de un cáncer en remisión y quien a su vez siente por él un amor entrañable. Los sólidos sentimientos que unen a la pareja no implican que necesariamente compartan los mismos gustos; así, y a diferencia de su marido que no le interesa en absoluto, Marion encuentra renovadas fuentes de energía para su debilidad física participando en un coro integrado por un agradable grupo de gente de edad similar, entonando populares canciones, bajo la dirección de Elizabeth (Artenton), una encantadora y entusiasta joven de contagioso optimismo. El relato alcanza su climax cuando el mal que aquejaba a Marion reaparece inesperadamente poniendo a prueba la forma en que el matrimonio enfrentará el drama como así también la repercusión que el hecho tiene en la gente del coro. Como una subtrama de esta historia, el film hace referencia a la tensión que vive Arthur con su hijo James (Christopher Eccleston) por razones no muy claras.
Posiblemente lo que se ve en pantalla puede que resulte demasiado sentimental y/o dulce con ciertos clisés que no han sido evitados; sin embargo, eso es fácilmente olvidable cuando uno se encuentra frente a artistas que transmiten una gran convicción al drama que vive la pareja y con un realizador que brinda una cálida mirada a todos y a cada uno de los personajes concebidos. Por las razones apuntadas es también fácilmente excusable la predicción de esta historia porque en este caso, aunque se adivine cómo habrá de concluir, lo que más cuenta es el emotivo camino recorrido para llegar a su desenlace.
Queda como saldo un film que destaca la importancia que tiene en la vida de una pareja de la tercera edad mantener una permanente comunicación, el sentimiento profundo de la amistad así como el respeto que debe prevalecer entre las partes. No menos importante es el valor que el film asigna al canto y a la música como factores de enriquecimiento espiritual.
Conclusión: Un film que agradará fundamentalmente a una audiencia madura capaz de conmoverse con su sencilla y humana lección de vida y realzado por la presencia de dos grandes actores.
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