INMIGRANDO A CANADA
INMIGRANDO A CANADA
Por Vilma Filici
vilma@filici.com
TORONTO. Con frecuencia algunas personas me han preguntado por qué cuando el Departamento de Inmigración de Canadá tiene dos casos que aparentemente son muy similares, uno de ellos puede tener éxito y a la persona le pueden dar un permiso especial para que permanezca en el país, mientras que el otro puede no tener éxito y la persona es deportada.
Una situación como esta sucedió hace algunos años en Canadá, cuando dos historias ocurrieron casi paralelamente. Se trató de dos jóvenes de 18 y 19 años respectivamente, que tenían orden de deportación y obtuvieron dos respuestas completamente distintas de parte del gobierno canadiense.
Un joven era de México y había venido a Canadá con su hermana. En su país de origen ambos fueron víctimas de persecución por su orientación sexual, y al final el joven y su hermana fueron deportados a México.
Casi simultáneamente sucedió la historia de otro joven de 19 años, originario de China, quien vino a Canadá al funeral de su madre pero se quedó de manera indocumentada en el país para cuidar a su hermanito de 4 años. La madre y el hermanito habían sido aceptados como refugiados y estaban en trámite para la residencia permanente, y por tanto el niño de 4 años de edad iba a ser residente permanente en el país. Al joven indocumentado el Departamento de Inmigración le dio un permiso especial para que pudiera permanecer en el país.
Al observar lo que sucedió en ambos casos cualquiera piensa que es una injusticia total, y tal vez lo fue, pero en términos prácticos hubo razones y factores que el Departamento de Inmigración tomó en consideración al momento de decidir por qué a una persona le permitió permanecer en el país y por qué a otra persona que aparentemente estaba en la misma situación la deportó.
Algo que se debe tener siempre en mente es que cada caso migratorio es individual y que por tanto cada caso tiene factores propios, específicos, a pesar de que a simple vista parezca que ambas situaciones podrían ser iguales.
Las similitudes de estos dos casos se basaron en que las dos personas afectadas eran jóvenes (de 18 y 19 años de edad) y que los dos tenían una orden de salida en el país. Pero yo creo que ahí precisamente terminaban las similitudes.
El joven originario de México presentó junto a su hermana un caso de refugio que lamentablemente fue rechazado, y de igual forma las revisiones judiciales fueron rechazadas y el Pre Removal Risk Assessment (PRRA) también fue rechazado. Presentaron un caso por razones humanitarias y varias organizaciones comunitarias lucharon para que a este joven se le permitiera permanecer en el país, pero el Departamento de Inmigración llegó al fallo de que no había suficientes razones humanitarias y de compasión para parar la deportación y por tanto el joven y su hermana fueron deportados.
En el caso del joven procedente de China los factores que el Departamento de Inmigración tomó en consideración fueron, primeramente, que la mamá de este joven había sido aceptada como refugiada, que el hermanito había sido aceptado como refugiado, y que en consecuencia el hermanito estaba en camino a ser residente permanente. De igual forma, dado que la mamá y el niño fueron aceptados como refugiados, el niño no podía ser deportado a China.
Por otro lado, si el hermano de 19 años era deportado a China o no se le permitía permanecer en el país, el niñito tendría que quedar al cuidado del Estado canadiense a través de Children Aid Society.
En un caso como éste, cuando una persona presenta una solicitud de residencia por razones humanitarias y de compasión, teniendo un hermanito de 4 años que va a permanecer en Canadá y que no va a tener absolutamente a nadie que lo cuide, entonces el Departamento de Inmigración deberá examinar de qué manera va a ser afectado el niño de 4 años si el hermano es deportado de Canadá. Y hay que tener en cuenta que el Acta de Inmigración y los acuerdos internacionales que Canadá ha firmado dicen muy claramente que antes de sacar a una persona del país se debe examinar detalladamente de qué manera va a ser afectado cualquier niño que vaya también a ser deportado del país como consecuencia de la deportación primaria.
Entonces, el hecho de que este joven de 19 años tuviera un hermanito aquí en Canadá que necesita que se encarguen de él, es un factor muy importante para que se le permita quedarse en el país. De igual forma se debe tener también en cuenta el nivel de aceptación que siempre ha habido entre los refugiados de México y los de China: los peticionarios de refugio de México tienen actualmente un promedio de aceptación del 19 por ciento, mientras que los peticionarios de refugio procedentes de China han tenido desde hace varios años un promedio de aceptación de más del 50 por ciento. En esta lógica, según el Consejo de Inmigración y Refugio, el Departamento de Inmigración y el gobierno canadiense, las posibilidades de que este joven chino sea perseguido en su país de origen también son más altas que en el caso del joven de México.
No obstante esta explicación de por qué uno de los jóvenes fue deportado y el otro no, a muchas personas la situación les parecerá injusta. Empero, hay que tener en cuenta que cuando las autoridades canadienses examina un caso, aunque sea un caso que está siendo procesado bajo el mismo programa o la misma categoría de inmigración que otros aparentemente similares, siempre analizan los detalles, es decir, los factores específicos de cada caso, dado que dependiendo de esos factores específicos es que van a tomar una decisión, ya sea positiva o negativa.
En este sentido, cuando se presenta una solicitud de residencia por razones humanitarias y de compasión se debe examinar muy bien el caso y los factores específicos de éste, a fin de ver de qué manera se debe presentar el mismo para asegurarse de que destaquen suficientes factores meritorios como para que el oficial de inmigración que éste examinando el caso pueda dar una decisión favorable.
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