HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Si hay algo que lamentar después de haber visto The Wind Rises es que el gran director japonés Hayao Miyazaki anunció que es su último trabajo cinematográfico porque ha llegado el momento de su retiro. En todo caso, si su decisión no llega a ser revocada este bello film constituirá un precioso legado para quienes admiran la excelente filmografía de este indiscutible maestro del cine de animación de Japón.
Esta obra de arte, que merecidamente fue aclamada en el Festival de Venecia del año pasado, narra una conmovedora historia basada en la vida de un personaje real y que, a no dudarlo, una audiencia adulta sabrá apreciarla.
Apelando a un fascinante arte visual que se podría asemejar al expresionismo germano de principios del siglo pasado, el film se propone contar las hazañas de Jiro Horikoshi (1903-1982); se trata de un ingeniero aeronáutico que diseñó el avión de combate “Zero” y que durante la época de la Segunda Guerra Mundial fue considerado como uno de los más eficientes dentro de su categoría; igualmente le cupo diseñar varios otros aviones militares. Si bien el nombre de Horikoshi pueda que resulte desconocido para el público occidental, este film revive sus hazañas a través de un relato artístico, ameno e instructivo.
La narración comienza en la segunda década del siglo 20 cuando el niño Jiro (voz de Zach Callison) aspira a volar y diseñar aviones tal como lo hiciera Gianni Caproni (voz de Stanley Tucci), el renombrado ingenio italiano y diseñador de asombrosos aviones, a quien lo frecuenta en sus sueños. Dada la miopía que lo afectó desde su infancia y que por ello lo incapacitaría para volar, el adulto Jiro (voz de Joseph Gordon-Levitt) persiste en sus ilusiones hasta que las mismas llegan a concretarse debido a su perseverancia y brillante inteligencia. Logrando matricularse en la Universidad de Tokio, se distingue en sus estudios y al poco tiempo inicia una excepcional carrera profesional cuando es contratado por la empresa de aviación Mitsubishi en la división aeronáutica y llega a ser reconocido como un notable diseñador aeronáutico.
Miyazaki no deja de lado los tristes episodios de la guerra, sobre todo teniendo en cuenta que el resultado del trabajo de Horikoshi se utilizó para atacar la base norteamericana de Pearl Harbour en diciembre de 1941; como gran humanista, el relato deja entrever cómo este hombre llega a darse cuenta que las máquinas voladoras no son utilizadas solamente para transportar pasajeros civiles, sino también para cometer atrocidades contra la humanidad como las realizadas por sus compatriotas.
Uno de los aspectos más tiernos y emotivos del film es su romance con la hermosa joven Naoko Satorni (voz de Emily Blunt) a quien Jiro llegó a conocer años atrás cuando se produjo el terremoto de Great Kanto (isla de Honshu) en 1923 y que, dicho sea de paso, permite que el realizador utilice una estética deslumbrante ilustrando esa tragedia. Cuando años después el amor surge entre ellos, el destino les tiende una mala jugada debido a que la chica sufre de tuberculosis y aunque logran casarse, la felicidad de los cónyuges será de corto alcance. Esta parte del relato configura un capítulo romántico de honda sensibilidad a través de la riqueza expresiva que el realizador supo imprimir a estos dos personajes.
Además de la belleza irradiada por la película es necesario destacar su melodiosa música de toque occidental provista por Joe Hisaishi la que lejos de ser sensiblera brinda un placer auditivo adicional al espectador.
La versión juzgada no es la original japonesa sino que está doblada al inglés; aunque al principio uno pueda considerar un poco extraño que imágenes orientales sean verbalizadas en un idioma diferente, este inconveniente es superado por el interés que despierta el relato, por la calidez que emana de la voz de los actores doblados, como en el caso de Gordon-Levitt, Blunt y Tucci, entre otros, y por algunas escenas memorables que quedan grabadas en la mente del espectador.
Conclusión: Una excelente película de animación para adultos que confirma una vez más la imaginación, inteligencia y meticulosidad de Hayao Miyazaki.
TIM’S VERMEER. Estados Unidos, 2013. Un film de Raymond Joseph Teller
Aunque arte y tecnología son dos rubros que generalmente no se combinan sino que más bien se excluyen, este fascinante documental de Teller parece desmentir esa creencia, a juzgar por el extraordinario trabajo emprendido por Tim Jenison.
Este ingeniero en computación que posee un excelente dominio en el campo de los efectos visuales, es dueño de la empresa NewTek ubicada en San Antonio, Texas, especializada en técnicas digitales de video. Habiendo contemplado la obra del famoso pintor holandés Johannes Vermeer (1632-1675) decidió embarcarse en un proyecto que además de obsesionarlo le insumió 1825 días de trabajo desde su concepción hasta su conclusión. Sin un conocimiento especializado de pintura, Jenison se propuso elaborar una réplica de La Lección de Música (De musiekles), que constituye una de las creaciones más importantes del famoso pintor holandés concebida en 1660; este cuadro muestra una joven tocando en un clavicordio mientras recibe de su profesor una clase de música.
En el documental narrado por Penn Jillette, el ingeniero quedó impresionado por el realismo fotográfico del óleo de Vermeer así como de muchas obras por él realizadas un siglo y medio antes de que la fotografía fuese inventada; de allí que partió de la hipótesis de que el pintor utilizó una cámara oscura para su trabajo, un procedimiento óptico que consiste en proyectar una imagen sobre una pantalla; de este modo y valiéndose además de espejos y lentes Jenison sostiene que Vermeer copió las imágenes reflejadas. En otras palabras, mediante esas ayudas ópticas, él está convencido de que Vermeer pudo lograr los maravillosos efectos de luminosidad, las diferentes tonalidades de colores así como minúsculos detalles de apreciación que el ojo humano no está en condiciones normales de detectar.
Basado en tal presunción que por otra parte ya había sido considerada por dos libros publicados en 2001, uno del artista británico David Hockney y el otro del profesor británico Philip Steadman sobre el uso de las técnicas empleadas por Vermeer, Jenison se propone obtener una reproducción de la obra mencionada utilizando la misma tecnología que supuestamente empleó el pintor. Para ello realiza un minucioso trabajo de investigación que lo lleva a Delft en Holanda –hogar natal de Vermeer- así como a Gran Bretaña a fin de entrevistarse y conversar sobre el tema con Hockney y Steadman. Como La Lección de Música se encuentra en el Palacio de Buckingham y no está disponible para el público, Jenison obtuvo autorización de la Reina Elizabeth II para que pudiera examinar el cuadro con la condición de no tomar foto alguna y permanecer observándolo solamente por 30 minutos.
Lo que queda claro del trabajo de Jenison es que su interés no radicó en copiar un cuadro sino en tratar de pintarlo tal cual lo efectuó Vermeer para demostrar que su hipótesis no resultó desacertada. Teniendo en cuenta la perfección de la reproducción obtenida podría llegarse a la conclusión de que este individuo puede ser considerado un artista del mismo modo que Vermeer. Dicho de otro modo, si Jenison es un neófito de la pintura y aplicó una tecnología especial para lograr su objetivo como cree haber sido efectuada por el pintor holandés, aquí se plantea una pregunta de difícil respuesta, como ser: ¿Es Jenison un artista o en cambio es un ingeniero dotado de un gran conocimiento tecnológico por el cual pudo llegar a concretar lo que se propuso? De acuerdo a la apreciación de quien firma este comentario, puede afirmarse que en este caso el arte no se contrapone con la tecnología, tal cómo se ha manifestado al comienzo de esta crónica.
Conclusión: Para quienes aman la pintura y quieran interiorizarse de detalles comúnmente no expuestos al público corriente, Teller ofrece un documental que además de intrigar posee un gran valor artístico.
UNA CITA CON EL CINE DE QUEBEC
Creado en 1982, el Rendez-vous du cinema quebecois que tiene lugar en la ciudad de Montreal, constituye una cita anual donde el festival celebra con el público asistente la producción cinematográfica de Quebec. La trigésima segunda edición que comenzó ayer se prolongará hasta el 1 de marzo inclusive.
Dentro del panorama cinematográfico de Canadá, el cine de Quebec se destaca notablemente por la calidad de su producción, su cultura única y la gran creatividad evidenciada por sus realizadores y actores que llegan a distinguirse no sólo en el país sino a nivel internacional. Basta recordar que durante 2013 dos excelentes directores de Quebec han logrado películas de gran repercusión de crítica y público como aconteció con las producciones estadounidenses Dallas Buyers Club de Jean-Marc Vallée, nominada para el Oscar, al igual que Prisoners de Denis Villeneuve.
Para esta ocasión serán exhibidos más de 300 filmes entre largos y cortometrajes de ficción, documentales y animación, comprendiendo una variedad temática lo suficientemente diversificada como para satisfacer todos los gustos. Como es tradicional, la programación incluye tanto los filmes que ya han sido estrenados el año pasado así como un anticipo de algunos de los títulos más importantes que se verán este año.
El film que inaugura el certamen es Miraculum de Daniel Grou con la participación de Robin Aubert, Xavier Dolan, Kwasi Songui, Marilyn Castonguay, Gilbert Sicotte, Anne Dorval, Julien Poulin, Louise Turcot, Jean-Nicolas Verreault, Hubert Proulx y Gabriel Sabourin. Otros filmes que se darán a conocer en carácter de primicia incluyen a Bunker de Patrick Boivin y Olivier Laberge, L’ange gardien de Jean-Sébastien Lord, Que ta joie demeure de Denis Coté y 3 histoires d’Indiens de Robert Morin.
Las exhibiciones tienen lugar en la Cinemateca de Quebec, el Auditorio de la Gran Biblioteca de Montreal, el Pabellón Judith Jasmin, el cine Imperial y las salas del Cineplex Odeon Quartier Latin. Para información adicional sobre la programación completa incluyendo los filmes, la guía horaria, así como los acontecimientos gratuitos vinculados con el festival, se puede consultar el sitio www.rvcq.com
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