HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Como su título lo adelanta, Lars von Trier aborda en su reciente trabajo el tema de la ninfomanía. Aunque por razones de exhibición comercial se lo presenta en dos partes separadas, se trata de un solo film que de ningún modo puede ser considerado como unidades independientes.
Si bien esta fantasía dramática no escatima en la exhibición de desnudos -incluyendo genitales masculinos y femeninos así como escenas de perversidad sexual- para describir la vida de una ninfomaníaca, difícilmente puede ser catalogada como pornográfica porque lo expuesto está desprovisto de contenido erótico que pudiera crear sensaciones estimulantes. Decididamente, este provocativo film está destinado al público que fielmente sigue los filmes del director danés y a los cinéfilos curiosos en saber qué es lo que su autor aporta sobre el urticante tópico tratado.
Las habilidades de von Trier como eficiente cineasta se manifiestan en las escenas iniciales donde en una noche poco clemente se observa a una mujer sangrando que se encuentra desvanecida en un callejón; al ser descubierta por un hombre que casualmente transita el lugar, éste la lleva hasta su casa, la recuesta en su cama para que se reponga y le ofrece una taza de té. Al indagar sobre qué le ha pasado, Joe (Charlotte Gainsbourg), que así se llama ella, manifiesta a su interlocutor Seligman (Stellan Skarsgard) que se considera una mala persona que ha causado daños a terceros; a partir de allí comienza a relatarle la larga historia de su vida sexual que habrá de prolongarse durante casi toda la noche hasta las primeras horas del día siguiente.
Durante el relato, donde su mayor parte transcurre en flashbacks, Joe puntualiza que desde su más tierna infancia se sintió obsesionada con su sexo y su dependencia al mismo. A los 15 años (Stacy Martin) está dispuesta a perder su virginidad y para ello le pide a Jerome (Shia LaBeouf) que la desflore, hecho que habrá de consumarse con la máxima frialdad. Sobreviene posteriormente la competencia que Joe y una amiga (Sophie Kennedy Clark) mantienen durante el transcurso de un recorrido en tren sobre quien de las dos obtendrá el máximo puntaje en el número de relaciones sexuales a ser realizadas con pasajeros del sexo opuesto.
La actividad sexual de Joe es imparable a través de los múltiples vínculos sexuales con diferentes parejas durante una misma noche; entre los hombres se encuentra uno casado que entusiasmado con ella está dispuesto a abandonar su familia pero que verá malogrado su propósito cuando su mujer (Uma Thurman) produce un escándalo delante de los mismos enrostrándole a Joe el enorme daño que causó a su hogar. La vida de esta joven pareciera adoptar un rumbo normal cuando reencuentra a Jerome, aparentemente el gran amor de su vida con quien posteriormente llegará a tener un hijo.
A medida que transcurre el relato, Seligman escucha con atención a su interlocutora y en cada uno de los episodios narrados, el buen hombre le provee referencias culturales de diferente naturaleza (arte, literatura, música, religión) que aunque no estén necesariamente asociadas al objetivo central del relato, su aporte resulta de gran interés.
Para concluir con la primera mitad de la historia, el film expone el dolor de Joe frente a la enfermedad de su amado padre (Christian Slater) durante los últimos días de su vida en el hospital donde está internado. También allí su obsesión motiva a que mantenga frugales contactos sexuales con personal del establecimiento.
En la segunda parte, el relato adquiere connotaciones más sombrías. No pudiendo liberarse de su adicción sexual, Joe le cuenta a Seligman, esta vez como mujer adulta, sus experiencias con dos corpulentos africanos en un menage à trois. Otras situaciones incluyen las intensas sesiones de sadomasoquismo practicadas con un profesional en la materia (Jamie Bell) lo cual la llevará a abandonar a Jerome y su hijito, la breve terapia de grupo a la que asiste pero que en nada la ayuda, así como su vínculo con un acaudalado hombre de negocios (William Dafoe) quien la contrata para que valiéndose de sus aptitudes pueda cobrar las deudas morosas de ciertos clientes. La última etapa es su relación homosexual con una joven (Mia Goth) a quien le enseña su trabajo.
Globalmente considerado, el film no aporta ningún elemento que permita dilucidar la conducta de Joe donde al no gozar del placer que le produce el sexo resulta difícil explicar su ninfomanía. Más ilustrativo es el personaje de Seligman, un hombre afable y soltero que confiesa a Joe su virginidad, además de aclarar que no es religioso, que pertenece a una familia judía y que siendo antisionista de ningún modo es antisemita; esta última afirmación podría ser considerada como un modo en que von Trier desea rectificar el desafortunado comentario sobre su “simpatía a Hitler” que efectuó hace tres años en el Festival de Cannes por el cual fue declarado “persona no grata”.
Sin un mensaje explícito, el público aprecia un film que aunque muy osado por su contenido, está muy bien realizado, cuenta con momentos de franco humor y además von Trier brinda a través de sus personajes algunas observaciones intelectuales que se prestan a la discusión, como cuando alude a la hipocresía inherente de la condición humana.
Conclusión: Un film ambicioso con algunas escenas chocantes que podrían haber sido eliminadas sin alterar su contenido, pero que mantiene sostenido interés a pesar de sus 4 horas de duración.
THE LUNCHBOX. India-Alemania-Francia-Estados Unidos, 2013. Un film de Ritesh Batra
Una original y humana historia es lo que el realizador Ritesh Batra ofrece en su ópera prima The Lunchbox. Dispuesto a ganar fácilmente la adhesión de cualquier tipo de audiencia, el relato destila una gran dosis de humanidad utilizando como excusa la cajita de comida que sirve para transportar el almuerzo o merienda para los que trabajan en las fábricas o empresas de la inmensa ciudad de Mumbai en India. El film introduce a los dabbawalas que son aquellas personas que trabajando en una industria de servicios se encargan de recoger la comida caliente recién preparada por las amas de casa y colocada en las dabbas (contenedores o cajas) para su transporte desde sus hogares hasta los lugares donde sus maridos están empleados para luego devolverlas vacías al sitio de origen.
En base a lo que antecede, el relato enfoca a Ila (Nimrat Kaur), un ama de casa que para ganar la atención de su marido (Nakul Vaid) que la ha dejado un poco abandonada le envía a su oficina, mediante el sistema de servicios señalado, una comida especial con apetitosos ingredientes suministrados por una vecina. Aunque generalmente el procedimiento del envío al destinatario asignado no suele fallar, a causa de una confusión producida, la famosa caja conteniendo la comida no termina en el escritorio del marido sino en el de Saajan (Irrfan Khan), un contador que vive solitariamente desde que su mujer murió y que ahora está a punto de jubilarse. Cuando el marido de Ila retorna al hogar, ella se da cuenta que la comida preparada no lo tuvo a él como destinatario sino que a otra persona. Teniendo en consideración el equívoco incurrido, al día siguiente la mujer en un gesto impulsivo coloca una nota en la caja donde le revela al desconocido algunas de sus frustraciones personales. A partir de allí se establece una singular correspondencia manuscrita donde Ila y Saajan van intimando platónicamente, algo parecido de lo que sucedía en el film Charing Cross Road (1987) entre los personajes animados por Anne Bancroft y Anthony Hopkins.
La comunicación establecida de dos extraños viviendo apartados dentro de una gigantesca metrópoli ofrece momentos poéticos a la vez que trae reminiscencias de algunas de las narraciones de realismo mágico de la literatura latinoamericana. Concentrando la atención del espectador durante todo el relato, esta película delicada, melancólica a la vez que humorística, logra cálidas interpretaciones por parte de Kaur y Khan. También y como una suerte de historia secundaria pero que de ningún modo distrae de la principal se encuentra Shaikh, el asistente contable, animado con gran sensibilidad por Nawazuddin Siddiqui, quien está destinado a reemplazar a Saajan en sus funciones cuando éste se jubile. Como un joven optimista y de buen corazón, Shaikh contribuye a romper la coraza de acero de Saajan compartiendo con él sus horas de oficina y el transporte diario desde y hacia el lugar de trabajo.
El film es un buen ejemplo de cómo partiendo de una premisa sencilla se puede lograr un pequeño y gratificante film donde además de ilustrar una idílica historia romántica entre dos almas solitarias comunicándose a través de la palabra escrita manualmente, brinda también algunas facetas culturales de interés sobre la gran metrópoli que es Mumbay; así, entre otros elementos relevantes, resulta curioso apreciar que aparentemente la comunicación electrónica no es de uso corriente en los lugares de trabajo dado que el manejo de archivos y legajos de oficina es efectuado como en la época en que aún no existían las computadoras personales.
Conclusión: Grata y cálida historia de amor platónico entre dos desconocidos
EL CINE DE QUEBEC, INVITADO DE HONOR EN GUADALAJARA
El Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) es uno de los más importantes de América Latina, además de ser uno de los acontecimientos culturales de mayor resonancia de México. Teniendo en consideración lo más relevante de la producción fílmica de Iberoamérica y del país azteca, el FICG juega un rol predominante en la difusión, promoción y distribución de sus filmes. Al propio tiempo representa un indiscutible centro de reunión para cineastas, críticos de cine, profesionales de la industria a nivel internacional y estudiantes de cine de Iberoamérica para analizar, comentar y discutir los tópicos más significativos de la cinematografía contemporánea.
Desde 2001, el FICG selecciona a un país o a una región como invitado de honor para presentar lo más destacado de su cine. Este año, en su vigésimo novena edición que comienza hoy día y se extiende hasta el 30 de marzo, le cabe esa distinción a Quebec que por su alto nivel de calidad ocupa un papel fundamental dentro de la cinematografía canadiense.
La programación de filmes de Quebec abarca cuatro categorías, a saber: Largo metrajes de ficción, documentales seleccionados por el Festival Internacional de Documentales de Montreal que tiene lugar anualmente, una retrospectiva del cineasta Denis Côté y cortometrajes.
Dieciséis largometrajes realizados entre 2012 y 2013 serán exhibidos. Entre sus títulos se destacan Gabrielle de Louise Archambault que es el film de apertura, Camion de Rafaël Ouellet, Gerontophilia de Bruce LaBruce, L’autre maison de Mathieu Roy, Le démantèlement de Sébastien Pilote, Les 4 soldats de Robert Morin, Rebelle de Kim Nguyen, Sarah préfère la course de Chloé Robichaud, Tom à la ferme de Xavier Dolan y Tryptique de Robert Lepage y Pedro Pires.
Denis Côte es uno de los cineastas más importantes de Quebec por su visión creativa y original de sus trabajos. Sus nueve filmes serán proyectados en Guadalajara comenzando con Les états nordiques (2005) que marcó su debut como realizador y prosiguiendo con Nos vies privées (2007), Elle veut le chaos (2008), Carcasses (2009), Curling (2010), Les lignes ennemies (2010), Bestiaire (2012), Vic+Flo ont vu un ours (2013), para concluir con Que ta joie demeure (2014), su película más reciente. Para toda información adicional, visitar el sitio www.ficg.mx
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