HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Este film es una secuela de The Tripque Michael Winterbottom filmara para la televisión británica en 2010. La mencionada película contó con los comediantes Steve Coogan y Rob Brydon como principales actores donde interpretándose así mismos realizan un viaje a través de la campiña inglesa para visitar diferentes lugares y sobre todo para degustar los manjares de los mejores restaurantes. Ahora se repite esa experiencia pero en Italia donde ambos amigos deciden visitar una media docena de sofisticados lugares gastronómicos durante el transcurso de una semana.
Aunque el realizador es el autor del guión, lo que se percibe claramente es que el film descansa fundamentalmente en los improvisados y fluidos diálogos que los dos actores mantienen a lo largo del relato donde no faltan los momentos graciosos en que ambos se burlan amablemente de sí mismos y de terceros. Es innegable la extraordinaria complicidad que existe entre Coogan y Brydon; a través de una personalidad más contenida de Coogan contrastando con el marcado carácter extravertido y jocoso de Brydon, el público tiene la oportunidad de contemplar la forma en que ambos van degustando los deliciosos platos que consumen en cada uno de los restaurantes de primera categoría así como observar algunos brochazos de los chefs y cocineros preparando las comidas.
Como quedó mencionado, el tenor de las conversaciones es lo que fundamentalmente cuenta. Así, la mayor parte de las mismas está centrada en rememorar conocidas películas como La Dolce Vita, Viaje a Italia, La Princesa que Quería Vivir, El Padrino, etc., como también los actores que participaron en las mismas. En tal sentido, parte del tiempo insumido está dedicado a la imitación que Coogan y Brydon efectúan de Michael Caine, Marlon Brando en El Padrino, la reproducción del sonido de las palabras de Robert De Niro cuando habla a través de su nariz, el comentario de cómo habría sido trabajar con ciertos actores como por ejemplo Christian Bale en los filmes de Batman y pasar revista a los diferentes artistas que animaron a James Bond. Si bien los cinéfilos espectadores sonreirán complacidos por lo que contemplan, habrá otros que no conociendo mucho de cine se sientan un poco fatigados por la excesiva duración de las imitaciones. En otros aspectos ya no referidos al cine, los comediantes se refieren al legado del famoso poeta inglés George Gordon Byron (más conocido como Lord Byron) y a los lugares visitados durante su estadía en Italia entre 1817 y 1822.
Como nota adicional y tratando de introducir algunos matices levemente emocionales aunque sin espacio para mayores reflexiones, el film expone brevemente la relación de Coogan con su hijo adolescente con quien se encuentra durante el trayecto, así como el incidental affaire extramatrimonial de Brydon que aunque sin mayores consecuencias por momentos lo vuelve ansioso.
Considerando que el periplo comprende, entre otros lugares, la ciudad de Roma, Pompeya, Nápoles, Capri y Sicilia, constituye un placer visual apreciar los distintos sitios de Italia, sobretodo el recorrido por la costa amalfitana exhibiendo su extraordinaria belleza natural.
Conclusión: A través de un paseo turístico que pone de relieve los méritos de la buena cocina italiana, Winterbottom ofrece un film liviano que se nutre de la espontaneidad brindada por dos excelentes comediantes en los diálogos que mantienen.
CALVARY Irlanda-Gran Bretaña, 2014. Un film escrito y dirigido por John Michael McDonagh
Una película de indudable contenido teológico donde el tema de la fe y la creencia en Dios adquiere especial significación es lo que el realizador y guionista John Michael McDonagh aborda en Calvary de John Michael McDonagh. Decididamente, no se trata de un film de entretenimiento liviano sino más bien una obra densa que deja inmenso campo a la reflexión con respecto a los valores morales y éticos que alientan a la humanidad así como el papel que le cabe desempeñar a la iglesia católica.
La acción se desarrolla en un pequeño pueblo rural de Irlanda donde el Padre James (Brendan Gleeson) está a cargo de la parroquia local. Todo comienza un domingo cuando él recibe la confesión de un penitente; se trata de un hombre –al que ni el espectador ni el sacerdote ven- que durante su infancia sufrió repetidamente la violación de un cura; como denunciarlo no tiene mayor sentido porque el perpetrador ya está muerto, ahora el afectado hombre decide vengarse anunciando que el domingo siguiente matará a su confesor porque siendo un hombre bueno y puro el impacto de su acción llamará la atención pública.
Si bien la idea de que alguien pueda ser exonerado de un pecado aún no cometido resulte inusual, la confesión bien puede estar sustentada en un acto de inestabilidad mental por parte de un individuo que habiendo sufrido un grave daño moral como el descripto, las heridas emocionales aún no están cicatrizadas. De lo que antecede, la audiencia no podrá disociar lo que presencia con el escándalo que durante los últimos años se ha venido registrando en el seno de la iglesia católica por parte de algunos de sus miembros. Pero la situación aquí adquiere connotaciones singulares teniendo en cuenta la nobleza e integridad del amenazado quien es un sacerdote dueño de una profunda fe y vocación religiosa y que dedica todos sus esfuerzos a sembrar el bien en su comunidad.
La circunstancia de no poder revelar el sacramental secreto de confesión del Padre James parecería asemejarse al excelente drama de suspenso I Confess (1953) de Alfred Hitchcock donde un clérigo (Montgomery Clift) atraviesa un problema similar. Sin embargo, y a pesar de que subsiste la incógnita de quien podrá ser el potencial asesino, el relato es algo más que un thriller porque apunta a analizar las características y comportamientos de los habitantes del pueblo.
En el transcurso de cada uno de los días de la fatídica semana el sacerdote va recorriendo el vecindario interactuando con algunos feligreses: entre los mismos se encuentran un engañado carnicero local (Chris O’Dowd) cuya mujer (Orla O’Rourque) mantiene una relación adúltera con un mecánico africano (Isaach De Bankolé), una sufrida viuda (Marie-Josée Croze), un altanero cirujano ateo adicto a la cocaína (Aiden Gillen), un autor americano anciano (M. Emmet Walsh), un millonario ostentoso (Dylan Moran), un cura de la misma parroquia (David Wilmot), el policía inspector (Gary Lydon) así como un asesino serial que se encuentra en prisión (Domhnall Gleeson).
Una inmensa compasión humana es la que anima a este íntegro hombre, cuya personalidad en parte podría tratarse de una réplica del excepcional Papa Francisco, y dentro de ese contexto, como un relato subsidiario a la trama central, se enfocan los momentos de ternura que mantiene con su perturbada hija, producto de un matrimonio que precedió a su incorporación a la iglesia; conversando con ella, afloran importantes aspectos sobre la vida y la muerte.
Dentro de un elenco de primer nivel, Gleeson descuella en el rol central. Imposible de imaginar a otro actor que pudiera traducir con absoluta convicción la placidez externa del Padre James con el tormento interior que siente al comprobar que su enorme fe religiosa no logra ser transmitida a sus descreídos parroquianos. En tal sentido el título del film se ajusta perfectamente al calvario que siente este personaje por no ser capaz de alterar la realidad que lo rodea; de allí que no resulta casual que “Calvario” sea precisamente el nombre de la colina donde Cristo fue crucificado.
Sería imprudente anticipar cómo concluye el film pero en cambio lo que más interesa destacar es que McDonagh inteligentemente deja abierta varias preguntas trascendentales, donde entre ellas la más importante es si acaso la fe en Dios puede realmente representar el camino de la salvación del hombre. Obviamente, cada espectador hallará sus respuestas según sus propias convicciones.
Conclusión: Un drama delicado, sensible, reflexivo y profundo abordando el urticante tema de la fe religiosa de manera ejemplar.
MAGIC IN THE MOONLIGHT. Estados Unidos, 2014. Un film escrito y dirigido por Woody Allen
El prolífico Woody Allen que anualmente ofrece un nuevo film, reúne en su filmografía títulos trascendentes y otros que no lo son tanto; todo depende de cuán inspirado se siente en el momento de escribir sus guiones. Su último film dista de alcanzar el brillo aportado en la última década con Match Point (2005), Midnight in Paris (2011) o más recientemente en Blue Jasmine (2013) pero con todo cabe afirmar que aunque un menor trabajo de Allen no llegue a colmar las expectativas aguardadas, nunca dejará desalentado al espectador por más banal que sea su contenido porque siempre existe el ingenio chispeante de sus diálogos.
Comencemos por señalar que la idea subyacente de Magic in the Moonlight es afín con lo que el extraordinario realizador Ingmar Bergman –a quien Allen venera- consideró en muchos de sus trabajos, o sea el gran conflicto que se produce entre el raciocinio y el misticismo. Es por eso, que la premisa de este film permite que el público lo disfrute ampliamente en su primera media hora por la intriga planteada así como por la socarronería que el director brinda a través de sus personajes.
Ubicada en 1928, la trama presenta al arrogante y famoso ilusionista Stanley Crawford (Colin Firth) quien deleita a un público de Berlín con sus espectáculos de magia. Allí se encuentra con Howard (Simon McBurney), un colega amigo que le solicita que viaje a la costa azul de Francia para desenmascarar a Sophie (Emma Stone), una farsante clarividente que con sus supuestos dones ha logrado fascinar a una acaudalada familia americana encabezada por Grace Catledge (Jacki Weaver), la matriarca viuda quien está dispuesta a donar una importante suma de dinero para una “fundación” destinada a promocionar las habilidades de Sophie. Para un hombre absolutamente racionalista y egocéntrico como Stanley, este ofrecimiento resulta un agradable desafío para demostrar que Sophie es una embaucadora de gente inocente. Cual será la sorpresa del mago cuando al irla examinando llega a comprobar que a través de sus vibraciones mentales ella es capaz de conocer detalles pasados de su vida personal como así también actuando como médium logra comunicarse con el espíritu del marido de Grace.
Lo que antecede pareciera vulnerar los firmes principios de Stanley quien comienza a dudar si acaso pudo haber estado equivocado durante toda una vida sobre la no existencia de Dios, de un mundo espiritual y/ o de las creencias sobre el más allá después de la vida. Conociendo el agnosticismo de Allen parecería un tanto utópico creer que el realizador se haya convertido en una suerte de abogado del diablo con respecto al modo en que él piensa. Claro está que el público deberá aguardar para ver cómo prosigue esta historia.
Precisamente la prosecución del relato y la manera de concluirlo románticamente es lo que resulta menos efectivo; así, la transformación que sufre el personaje de Stanley no resulta creíble en tanto que la hipótesis del film, aunque bien planteada, no logra ser desarrollada con más profundidad como para que el film resultara más apasionante. No obstante lo anterior, queda claro que lo que Allen desea expresar es que por más racional que sea la conducta de una persona, la magia de la ilusión resulta saludable para que siempre anide la esperanza de lograr lo que uno ansía.
Dejando de lado si el conocimiento científico se acomoda o no con las supersticiones humanas, los valores formales de este film son sencillamente maravillosos. Es estupenda la reproducción de época que aquí se contempla, mérito de Anne Seibel como diseñadora de producción quien cuida meticulosamente los mínimos detalles, el apropiado vestuario debido a la impecable diseñadora Sonia Grande, la radiante fotografía de Darius Khondji captando las hermosas vistas de Cap d’Antibes, Juan-les.Pins y Niza , así como la música, que como bien es sabido Allen le atribuye un valor muy especial y que aquí incorpora agradables temas de jazz de Cole Porter, entre otros autores, entremezclados con la música clásica de Beethoven, Ravel y Stravinsky.
El comentario final va para los actores. ¿Es necesario remarcar que los artistas que participan en cualquier film de Allen lo hacen de manera inobjetable? No sé si es la magia del director o el talento volcado de quienes con él colaboran, pero lo cierto es que uno se gratifica con la pulcra prestación brindada en los roles protagónicos por Firth y Stone, así como en los papeles de apoyo de Eileen Atkins como la tía de Stanley, Marcia Gay Harden animando a la madre de Sophie y Hamish Linklater como el presumido cortejante de Sophie que trata de ganar su corazón tocando el ukelele.
Conclusión: Un film menor de Allen que aunque no resulte tan mágico como cabría de esperar, atrae por el tema que trata y sobre todo por su permanente preocupación sobre aspectos vinculados con el sentido de la vida.
IMPORTANTE PRESENCIA DEL CINE CANADIENSE EN EL TIFF 2014
Una vez más el Festival de Cine de Toronto ha reunido un importante número de filmes canadienses en la edición que comenzará el 4 de septiembre. Combinando la presencia de consagrados directores con la de nuevos jóvenes talentos del país, el público tendrá ocasión de juzgar más de 30 títulos distribuidos en varios programas, donde la mayoría de los mismos serán presentados en carácter de primicia mundial.
Entre los filmes que más se destacan se encuentra Mommy de Xavier Dolan que mereció el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes de este año y será exhibido en Special Presentations. En la misma sección también se verá The Elephant Song de Charles Binamé en donde Dolan –esta vez como actor- junto a Bruce Greenwood y Catherine Keener animan los principales personajes de la obra de Nicolas Billon adaptada a la pantalla donde se presenta a un psiquiatra envuelto en un intrincado juego mental al cuestionar a un problematizado paciente sobre la desaparición de un colega. James Caan y Sonja Bennett animan la comedia Preggoland de Jacob Tierney que gira en torno de una mujer de 35 años que finge estar embarazada a fin de poder adecuarse con su grupo de amigos. October Gale de Ruba Nadda cuenta con la actuación de Patricia Clarkson interpretando a una doctora recientemente enviudada que deja su vida normal de la ciudad para refugiarse en una isla y su posterior encuentro con un misterioso y desconocido hombre (Scott Speedman) a quien le salva la vida pero que puede ser potencialmente peligroso. El adulterio es considerado en An eye for Beauty de Denys Arcand donde un joven y talentoso arquitecto que lleva una vida apacible con su mujer en la hermosa región de Charlevoix, llega a Toronto para participar como miembro de un jurado de arquitectura y ahí conoce a una bella mujer con la que mantiene un amor apasionado.
En la sección de cine mundial contemporáneo se encuentra Felix and Meira de Maxime Giroux sobre una historia de amor entre un hombre franco canadiense y una mujer religiosa judía casada y con familia. Entre otros títulos del mismo programa figuran la romántica comedia veraniega Tu Dors Nicole de Stéphane Lafleur que fue muy bien recibida en Cannes, y Heartbeat de Andrea Dorfman que enfoca a una joven guitarrista que habiendo abandonado su carrera musical por pánico frente al público se siente inspirada a recomenzarla después de un desengaño amoroso. En Love in the Time of Civil War el realizador Rodrigue Jean aborda la historia de un joven drogadicto prostituido de Montreal; por su parte el director Blaine Thurier enfoca en Teen Lust a un estudiante de enseñanza media que se esfuerza por perder su virginidad antes de que sus padres y su satánico culto lo sacrifiquen al diablo.
En la sección Midnight Madness se presentará la comedia de horror The Editor de los directores Matthew Kennedy y Adam Brooks.
Los documentales canadienses incluyen Monsoon de Sturia Guinnarsson abordando el impacto del monsón en la diversificada cultura de la India, The Price We Pay de Harold Crooks analizando la dramática realidad de grandes empresas que evitan el pago de impuestos, la coproducción The Wanted 18 de Amer Shomali y Paul Cowan revelando cómo 18 vacas en la aldea de Beit Sahour se convirtieron en un símbolo de resistencia durante la primera Intifada palestina y Trick or Treaty de Alanis Obomsawin sobre gente nativa que procurando obtener justicia intenta establecer un diálogo con el gobierno canadiense.
La sección Discovery dedicada a primeros realizadores incluye 10 filmes. Entre los mismos se encuentran Backcountry de Adam MacDonald basado en una historia real de supervivencia de una pareja urbana que se pierde yendo de camping, el thriller Bang Bang Bay de Jeffrey St. Jules, Corbo de Mathieu Denis sobre un muchacho idealista de Quebec involucrado en el FLQ (Frente de Liberación de Quebec), el drama rural In Her Place de Albert Shin que se desarrolla en Corea del Sur, Songs She Wrote About People She Knows de Kris Elgstrand donde una mujer emocionalmente reprimida logra que una canción por ella compuesta la convierta en una estrella de rock, We Were Wolves de Jordan Canning sobre dos hermanos distanciados que retornan al hogar familiar después de la muerte del padre, la comedia Guidance de Pat Mills sobre un ex actor infantil desempleado y alcohólico quien con un falso currículum logra un trabajo de guía estudiantil en una escuela secundaria, el drama The Valley Below de Kyle Thomas que relata la vida de una pequeña ciudad de Alberta en el transcurso de un año, Wet Bum de Lindsay Mackay enfocando el proceso de madurez de una adolescente de 14 años; la lista se completa con Big Muddy de Jefferson Moneo.
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