Hablemos de Cine
Hablemos de Cine
Por Jorge Gutman
Avalado con el importante premio recibido en el Festival de Venecia de 2015 como mejor realizador, El Clan es uno de los mejores filmes del renombrado cineasta Pablo Trapero. En un guión que le pertenece, el director aborda en un fascinante thriller la auténtica historia de una infame familia; indirectamente, también expone la miseria humana de la dictadura militar que rigió a Argentina desde 1976 hasta 1983.
El relato que se apoya en un sólido guión del realizador, se centra en los Puccio, una familia de clase media imbuida de preceptos religiosos viviendo en una zona residencial del Gran Buenos Aires; sus miembros son Arquímedes (Guillermo Francella), su esposa Epifanía (Lili Popovich) y los cinco hijos del matrimonio. Gozando del respeto de los vecinos del barrio, nadie podía sospechar que Arquímedes quien durante el régimen militar mantenía estrechos contactos con altos funcionarios de la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado) podía aprovechar de esas relaciones para lograr ser “protegido” en caso de necesidad.
Desde 1982, en las postrimerías de la dictadura, hasta 1985, en los albores de la democracia, el patriarca familiar valiéndose de Alex (Peter Lanzani), su hijo mayor que se destacaba como un excelente jugador de rugby, logró que éste le proporcionara una lista de la gente acaudalada que conocía. El propósito era seleccionar sus víctimas para secuestrarlas, pedir altas sumas de rescate a sus familiares y después de haberlas obtenido proceder a matarlas para evitar cualquier tipo de identificación. Curiosamente, las personas secuestradas eran todas conocidas por esta monstruosa familia. Cuando finalmente, los crímenes llegan a ser descubiertos, el cerebral y maquiavélico Arquímedes intenta recurrir a sus influyentes conocidos tratando de demostrar su inocencia.
Al analizar el affaire Puccio viene a la memoria la expresión “banalidad del mal” que fuera acuñada por la filósofa Hannah Arendt con referencia a Adolf Eichmann; allí, ella señalaba que el mal perpetrado por el gran genocida obedecía a querer cumplir con las órdenes impartidas por sus superiores. Pero en el caso de Arquímedes nada resultó banal para poder justificar su conducta; en tal sentido, el relato no permite desentrañar la psicología de su enigmática y doble personalidad de hombre normal y bestia feroz.
En esta lúgubre historia donde la realidad supera ampliamente a la ficción, Trapero ofrece un film cautivante interpretado por un homogéneo y calificado elenco; sin duda, quien más se destaca es Francella ofreciendo una notable entrega como el gélido psicópata con ojos de acero que mata sin piedad; meritoria es también la actuación de Lanzani en su debut cinematográfico como el hijo que a pesar de demostrar cierta humanidad es el proveedor de las futuras víctimas.
La dirección de Trapero permite que su narración, que en muchos momentos adopta un tono documental, mantenga un ritmo de gran fluidez y resulte sumamente entretenida. En los aspectos formales cabe destacar la acertada reconstrucción de época, la buena fotografía y una ajustada banda sonora.
Dicho lo que precede, una vez más se confirma que un proyecto artístico de ninguna manera implica tener que sacrificar la comercialidad del mismo; basta contemplar a este valioso film para quedar convencido de que el arte y la popularidad pueden combinarse armoniosamente.
EYE IN THE SKY. Gran Bretaña, 2015. Un film de Gavin Hood.
La dramatización de la guerra de drones plantea un serio dilema moral en Eye in the Sky. Además de ser un thriller de superior calidad, ofrece un buen material de debate sobre el daño colateral de los conflictos bélicos.
La gran diferencia que existe entre una guerra que tiene lugar en el campo de batalla y la que se efectúa a través de los drones, es que en este caso los operadores que los comandan identifican claramente a quienes serán sus víctimas. Precisamente ese factor tan importante es lo que otorga gravitación dramática a esta película.
El ficticio relato basado en el guión de Guy Hibbert se centra en Katherine Powell (Helen Mirren), una coronela de la inteligencia militar británica, que desde un búnker en el que está instalada tiene la misión de efectuar una operación de captura de un grupo terrorista de Somalia que se halla en Nairobi; al mismo se ha integrado una radicalizada ciudadana británica (Lex King).
La coronela coordina la acción con Steve Watts (Aaron Paul) y una colega (Phoebe Fox), quienes desde el desierto de Nevada pilotean los drones. Al propio tiempo, Powell mantiene permanente comunicación con su superior, el teniente general Benson (actuación póstuma de Alan Rickman), quien observa el desarrollo de los acontecimientos a través de las pantallas de video junto al procurador general (Richard McCabe) y otros importantes funcionarios.
Simultáneamente a la operación militar descripta, el relato enfoca la vida rutinaria de un matrimonio humilde que habita en una aldea lejana de Kenia, cuya hijita Alia (Aisha Takow) se dedica a vender diariamente los panes amasados por su madre (Faisa Hassan) cerca de la feria local. A través de cortas pero significativas secuencias, se puede observar cómo transcurre la infancia de esta amorosa criatura de 9 años de edad que recibe lecciones de matemáticas de su padre (Armaan Haggio) quien además la alecciona sobre los fanáticos religiosos que circundan la zona.
Cuando la acción retorna donde se encuentran los terroristas en Nairobi, desde Gran Bretaña se comprueba que los mismos se han desplazado a la aldea en que habita Alia con el propósito de perpetrar un ataque suicida. Como consecuencia de ello, Powell considera que la misión inicial de captura debe ceder lugar a la de matar a los terroristas para prevenir que cientos de personas sufran las consecuencias. Para implementar la medida, se requiere previamente una confirmación por parte del ministro de relaciones exteriores de Gran Bretaña y del secretario de estado de Estados Unidos.
Si hasta el momento descripto el grado de tensión es considerablemente elevado, de allí en más la historia se desenvuelve dentro de un clima angustiante cuando Watts, encargado de disparar el misil para abatir a los terroristas suicidas, comprueba que en las inmediaciones donde deberá producirse la explosión se encuentra Alia vendiendo los panes.
Es allí donde el relato plantea el gran dilema moral: ¿Vale más salvar a Alia que a cientos de personas que morirán en el caso de que los suicidas terroristas no sean abatidos? Si en forma racional y matemática podría haber una respuesta objetiva, no lo es desde el punto de vista humano cuando se ha individualizado y logrado plenamente empatizar con la inocente niña quien sin saberlo se encuentra en el inoportuno lugar que puede costarle la vida.
Es raro contemplar un film que plantee un conflicto bélico a través del control remoto en la forma cómo aquí se relata; precisamente, uno de sus méritos es que el director ha sabido mantener un perfecto equilibrio al suministrar una historia con ramificaciones políticas y militares de gran tensión a la vez que inquietando al espectador con los aspectos morales y éticos planteados.
Finalmente cabe elogiar la excelente descripción de sus personajes; ya sea que uno se identifique más con algunos que con otros, lo cierto es que –cosa extraña en filmes de este género- todos despliegan gran humanidad; en tal sentido los actores que los animan han sabido compenetrarse cabalmente con los mismos.
Desgraciadamente, este excepcional drama de suspenso cobra más vigencia que nunca. A pocos días de la tragedia de Bruselas que ha enlutado al mundo, el estreno de este film no pudo haber sido más oportuno al permitir que el público asistente se involucre de lleno en esta triste realidad que aqueja al género humano.
En los créditos finales se indica que el film está dedicado a la memoria del gran actor británico Alan Rickman fallecido en enero de este año.
UNA NUEVA EDICIÓN DEL FCLM
Bajo el logo “América Latina Vive Aquí”, hasta el 10 de abril tiene lugar en Montreal la séptima edición del Festival de Cine Latinoamericano. La muestra presenta 11 filmes provenientes de varios países latinoamericanos que aunque ya vistos en otros festivales internacionales, la casi total mayoría constituye primicia para Montreal.
El ciclo comenzó con la presentación del film El Clan de Pablo Trapero, cuyo comentario crítico aparece en la presente edición de EL POPULAR, y concluirá con el muy buen documental de Patricio Guzmán El Botón de Nácar, film chileno que obtuvo el Oso de Plata y el Premio Ecuménico en el Festival de Berlín del año pasado; una vez más, este realizador social y políticamente comprometido analiza a través de la geografía chilena elementos esenciales de la historia nacional y de su reciente pasado. Un análisis más amplio se efectuará en oportunidad de su estreno comercial que tendrá lugar en breve.
Otros dos filmes notables, que este diario comentó en oportunidad del último Festival de Toronto, son Magallanes, de Perú y Un Tango Más, una coproducción de Argentina y Alemania. En Magallanes, el realizador Salvador del Solar enfoca la acción que le cupo al ejército peruano durante la época de Sendero Luminoso a través de un ex soldado que en la época actual trabajando como taxista, reconoce en una de las pasajeras a una de las víctimas que había sido secuestrada y violada por su coronel. Cuenta con notables actuaciones de Damián Alcázar, Magaly Solier y la participación especial de Federico Luppi. En Un Tango Más, el realizador German Kral narra, fundamentalmente a través de la óptica de María Nieves Rego, el vínculo de amor y odio que existió entre ella y Juan Carlos Copes; durante casi medio siglo, como pareja de bailarines de tango hicieron historia por la maestría demostrada en su ejecución. Más allá de la historia sentimental de sus protagonistas, los amantes del tango quedarán ampliamente satisfechos con este logrado documental.
De Cuba se verán dos películas. Una de ellas es Volver a Cuba donde a través de un relato documental el director David Fábrega se centra en Bárbara Ramos Prieto quien después de haber dejado la isla en 1996 para vivir en Italia regresa a Santa Clara, su ciudad natal. Su retorno realizado en una Cuba bastante diferente a la que dejó, le permite rememorar nostálgicamente sobre los cambios que la isla ha experimentado durante su ausencia, así como la actual política de acercamiento a Estados Unidos. El otro film coproducido con Irlanda es el melodrama Viva de Paddy Breathnach; el relato se centra en un tímido joven homosexual que trabajando como peluquero logra realizarse plenamente actuando en un club gay en la simulación de canciones a través de la sincronización de labios (lip synching); su vida adquiere un giro diferente cuando logra encontrarse con un padre que nunca llegó a conocer y con quien mantendrá una relación no del todo armoniosa. En su elenco participan Héctor Medina, Jorge Perugorría y Luis Alberto García.
De Brasil se verá Nāo Pare Na Pista: A Melhor Historia de Paul Coelho de Darío Aguirre, Julio Andrade y Fabián Gugli que enfoca la vida del famoso novelista y dramaturgo Paulo Coelho, donde El Alquimista y El Peregrino han sido dos de las obras más leídas a nivel mundial.
Los otros títulos que completan la lista son La Reina del Pueblo, film de Venezuela de Juan Andrés Bello, con la participación de Yolanda Leal y Oly Clemente; La Historia de Rafael Perrota de Argentina, donde los realizadores Maximiliano de la Puente, Gabriela Blanco y Lorena Díaz analizan la trayectoria de quien fuera el redactor en jefe del diario El Cronista Comercial en un momento álgido que vivió el país; El Grill de César, documental ecuatoriano-alemán de Darío Aguirre y la reposición de la película argentina Carancho como homenaje al director Pablo Trapero y a su protagonista Ricardo Darín. También se proyectará el corto chileno Historia de un Oso del director Gabriel Osorio que fue premiado con el Oscar al mejor cortometraje de animación.
Las exhibiciones tienen lugar en el Cinéma du Parc de Montreal y para información adicional incluyendo la programación horaria, el sitio a consultar es www.cinemaduparc.com
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