HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
La épica novela Sunset Song de Lewis Grassic Gibbon publicada en 1932 es trasladada al cine con el refinamiento y la distinción que caracteriza al sensible realizador Terence Davies. En este triste y bello film se describe la vida rural de un pueblo ubicado en el condado de Aberdeen, al noreste de Escocia, en los años que precedieron a la Gran Guerra.
La protagonista y narradora de esta historia es Chris (Agyness Deyn) quien pertenece a una familia de agricultores integrada por sus padres John (Peter Mullan) y Jean (Daniela Nardini) y sus tres hermanos. John (Peter Mullan) es un individuo que maneja su hogar con un autoritarismo patriarcal que deja que desear; aunque amante de Jean, ella es la silenciosa y sufriente esposa que se encuentra presionada por su marido a seguir estando embarazada para aumentar la familia aunque su cuerpo no lo resista. No más amable es este hombre con su hijo mayor Will (Jack Greenlees) donde es capaz de castigarlo a latigazos por una infracción de menor alcance.
Chris experimenta un drástico cambio en su vida cuando su madre se suicida y al poco tiempo su padre muere de un accidente cerebro vascular; habiendo quedado sus dos hermanos menores al cuidado de sus tíos y teniendo en cuenta que Will ya dejó el hogar por no tolerar a su padre, es ella quien asume la completa responsabilidad de la granja familiar, dejando de lado sus ambiciones de maestra de escuela. Cortejada por Ewan (Kevin Guthrie), uno de los trabajadores locales, tras un breve interludio romántico Chris se casa con él y comienza para ella un período de radiante felicidad conyugal que sin embargo será de corto alcance. El drama sobreviene con el advenimiento de la Primera Guerra donde Ewan y sus amigos, para no ser considerados cobardes por la comunidad local, se encuentran forzados a tener que incorporarse al ejército.
En la adaptación realizada por Davies, el film transmite magníficamente la nostalgia que emana de la narración de Chris donde se refleja el apego de la austera comunidad rural hacia la labor que realiza a pesar de los duros y grandes esfuerzos que implica la explotación de la tierra en una época donde la mecanización de las tareas agrícolas aún no es avistada. Al propio tiempo, la última parte del relato se centra en demostrar la irracionalidad de la guerra y los dramáticos coletazos que produce humanamente como lo que se presencia en este caso con la inútil pérdida de vidas inocentes y la desintegración familiar.
Identificado plenamente con los personajes de la novela, el realizador reunió un calificado elenco que supo infundir genuina vitalidad a los mismos; entre sus intérpretes se destaca el trabajo de Deyn quien transmite con intensidad la fortaleza de Chris al tratar de superar los infortunios que debe atravesar por ese amor profundo a la tierra donde creció y que siente como que fuera parte de sí misma.
Davies con la colaboración del director de fotografía Michael McDonough ofrece resplandecientes imágenes del panorama escocés al punto tal que cada escena parecería reflejar una pintura extraída del marco de los grandes maestros pictóricos.
En esencia, éste es un hermoso film poético y evocativo que capta la fragilidad de una época y que indudablemente el público selectivo sabrá apreciar.
AU NOM DE MA FILLE. Francia, 2015. Un film de Vincent Garenq.
El combate judicial emprendido por un padre para lograr que el asesino de su hija sea juzgado por la justicia es el tema de este dramático film basado en un hecho verídico que tuvo amplia repercusión en Francia. El director Vincent Garenq demuestra considerable solvencia en la reconstitución de los hechos acaecidos para demostrar ciertas falencias del sistema judicial.
El relato de ficción del realizador y Julien Rappeneau inspirado en el libro Pour que justice te soit rendue de André Bamberski comienza en la década del 70 cuando Bamberski (Daniel Auteuil) junto con su esposa Dany (Marie-Josée Croze) y sus dos niños estando en Casablanca se vinculan con el doctor alemán Dieter Krombach (Sebastien Koch), un viudo con dos hijos. El vínculo los acercará amistosamente cuando el médico atiende a Kalinka como consecuencia de un accidente automovilístico. Al poco tiempo, Krombach seduce a Dany y esa relación prosigue cuando la familia retorna a Francia; el adulterio de su mujer impulsa a André a divorciarse y quedando a su cargo el cuidado de los hijos.
Algunos años después, en 1982, durante el período de vacaciones la adolescente Kalinka (Emma Besson) de 14 años junto con su hermano visitan a su madre que vive en Alemania y está casada con Krombach; durante esa estancia, la chica muere en forma repentina y aparentemente por causas naturales. Las extrañas circunstancias del deceso de una persona tan joven sin afección alguna, motiva a que se le practique la autopsia donde la misma revela que previamente a su deceso Kalinka había sido violada y recibido ciertas inyecciones antes y después del triste acontecimiento. Como todas las evidencias van confirmando que el médico ha sido el asesino de Kalinka, el desesperado André se lanza en una verdadera lucha con la justicia a fin de que Krombach sea declarado culpable por el asesinato de su hija. Eso originó un titánico esfuerzo que se prolongó durante 27 años para que esta tragedia no quedara impune.
En la medida que el affaire Dieter Krombach ha sido bien conocido así como su desenlace, el film podría carecer de emoción al saberse anticipadamente el pronunciamiento judicial; con todo, el realizador logró que el relato mantenga la atención permanente del público.
Con lujo de detalles quedan ilustrados los increíbles vericuetos de la justicia, donde los abogados contratados en Francia y Alemania tuvieron que batallar en forma infatigable contra la inercia de las autoridades locales reforzado por una infame burocracia que impidió durante tan largo espacio de tiempo que el criminal fuese juzgado y condenado. No menos importante en la valoración de este film es la magnífica actuación de Auteuil quien como el angustiado y obsesionado padre, en nombre de su hija (como lo anticipa el título) perseverará incansablemente para que se haga justicia; en tal sentido su actuación no desmerece la de Croze y Koch.
En resumen, Au nom de ma fille es un sobrio y atractivo drama judicial.
LA TETE HAUTE. Francia, 2015. Un film de Emmanuelle Bercot
En La Tête Haute la directora Emmanuelle Bercot aborda un problema social considerando un interesante caso de delincuencia juvenil.
Malony (Rod Paradot) es un adolescente que desde su infancia adoptó un comportamiento violento con exabruptos impredecibles que ponían a prueba la paciencia de su madre soltera (Sara Forestier), una mujer inmadura y adicta a las drogas que perdió el derecho de cuidarlo. La situación del joven es tratada por una jueza de instrucción (Catherine Deneuve) y un consejero (Benoît Magimel) que buscan encauzarlo.
El guión de la realizadora escrito juntamente con Marcia Romana describe al sistema de justicia juvenil exponiendo los esfuerzos realizados para ofrecer a jóvenes que han experimentado heridas físicas y emocionales toda la ayuda necesaria a fin de lograr su redención. Es precisamente lo que acontece con Malony que en ciertas situaciones adopta las características de un animal rabioso donde su cólera lo convierte en un ser peligroso. Ciertamente, el muchacho dista de ser feliz por sus actos; así las continuadas entradas y salidas de diferentes centros de detención juvenil hacen que su vida sea un derrotero ya no de fracasos únicamente sino de una lucha emprendida con el ámbito social que lo rodea. En todo caso, lo que queda en claro es que Malony ha padecido una desgraciada infancia debido a una madre que distó de ofrecerle una buena educación como así también por la ausencia de un padre que pudiera brindarle afecto y ternura; prácticamente a la deriva, las condiciones estaban dadas para que la semilla malamente sembrada no generara un buen fruto.
En materia de interpretación el joven actor Paradot es una gran revelación en la forma brillante que anima a su personaje al punto tal de creer que se está contemplando a una persona real. A su lado Deneuve impone su cálida presencia como la magistrada judicial que está firmemente determinada a crear un lazo positivo con Malony y protegerlo; finalmente Magimel también se luce como el educador encargado de guiar al rebelde muchacho.
Globalmente considerado, el film puede ser objetado por las continuadas repeticiones de escenas de violencia de su protagonista; pero de todos modos eso no alcanza a menoscabar la seriedad y honestidad del mismo abordando este tema de indudable interés social.
MAGGIE’S PLAN. Estados Unidos, 2015. Un film escrito y dirigido por Rebeca Miller
La protagonista de esta comedia sentimental es Maggie (Greta Gerwig), una joven soltera de casi 30 años de edad que trabaja en una universidad neoyorkina de Manhattan y que en lo personal desearía tener un hijo; como es incapaz de mantener una relación de pareja estable durante largo tiempo, para satisfacer su vocación maternal decide recurrir a la inseminación artificial.
Para lograr su propósito le solicita a Guy (Travis Fimmel), un empresario dedicado a la venta de pepinos en escabeche a quien ella conoce, para que sea el donante de esperma. Con todo el plan de Maggie tiende a modificarse cuando en la universidad conoce a John (Ethan Hawke), un profesor de antropología y aspirante a novelista; éste manifiesta encontrarse insatisfecho en su matrimonio con Georgette (Julianne Moore), una intelectual danesa ambiciosa que dedica más atención a su trabajo e hijos que a él. En la medida que Maggie se apresta a leer y comentar los borradores de una novela que John está preparando, surge entre ellos una corriente de simpatía que hará que la joven se enamore por primera vez; por su parte John, impresionado por la vivacidad de Maggie, se divorcia de su mujer para casarse con ella.
La acción se traslada tres años después donde la pareja tiene una hijita; si bien Maggie ve colmada su ambición maternal en cambio siente que el entusiasmo por su marido se ha ido esfumando porque ahora es ella quien no recibe la debida atención por parte de él al estar continuamente concentrado en su novela; decidida a desembarazarse de John y para no tener remordimiento de culpa por tener que dejarlo, Maggie concibe otro plan que por razones de discreción no conviene revelarlo, salvo anticipar que no todo resultará como ella lo había ideado.
Tratando de lograr un equilibrio entre la comedia absurda y el relato realista, Miller logra en parte su objetivo aunque la trama no alcance a ser lo suficientemente sustanciosa por no profundizar con mayor solidez la naturaleza de sus personajes.
Aunque el film resulte predecible, tiene sus momentos ocurrentes de buen humor como así también ciertos diálogos bien logrados; con todo, su mérito principal reside en las actuaciones de sus protagonistas. Gerwig realiza una estupenda caracterización de la buenamente intencionada Maggie tratando con toda ingenuidad de manipulear a John y Georgette aunque no puede evitar las vueltas del destino; Hawke a su vez logra convicción como el individuo que lucha por ser escritor en medio de dos mujeres con quien debe lidiar; Moore por su parte se destaca en un rol que evitando la caricatura se impone como la mujer académica no desprovista de cierta neurosis; finalmente en papeles de apoyo se imponen Bill Hader y Maya Rudolph como los amigos de Maggie que se sinceran con ella haciéndola notar sus falencias en la concepción de sus planes.
Queda como balance, una ligera comedia que sin mayores pretensiones permite pasar un rato agradable, aunque nada más que eso.
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