Hablemos de Cine
Hablemos de Cine
Por Jorge Gutman
El sueño independentista del pueblo catalán es muy bien conocido aunque hasta la fecha no se haya concretado. Sobre esta materia es lo que versa el documental del realizador canadiense Alexandre Chartran tratando de indagar sobre el futuro político de Cataluña.
El film constituye un repaso de los eventos que tuvieron lugar en la región comenzando en diciembre de 2013 cuando Artur Mas, presidente de la Généralité de Cataluña, anunció que se efectuaría una consulta popular a sus ciudadanos acerca de la independencia. A pesar de los obstáculos interpuestos por Madrid, el 27 de septiembre de 2014, Mas decretó la oficialización del voto plebiscitario para que la población catalana se pronunciara sobre si deseaba que Cataluña se convirtiera en un Estado independiente.
Es a partir de allí que Chartrand ubica su cámara en Barcelona para testimoniar los acontecimientos que se irían desenvolviendo hasta el 9 de noviembre de 2014, día del referéndum. En esa ilustración queda ampliamente reflejado el fervor de la mayoría de los catalanes marchando por las calles y demostrando a un pueblo que democráticamente aspira a que se logre la soberanía tan deseada. Así, cuando llega el momento decisivo de la votación, el 81% de los votantes se pronuncia a favor de la opción independentista.
En la medida que el gobierno español de Mariano Rajoy así como los integrantes del Tribunal Constitucional habían considerado ilegal el referéndum de Mas, no causó sorpresa que el Primer Ministro de España manifestara que la consulta realizada carecía de valor.
¿Y ahora qué? Según lo manifestado hace pocas semanas por el presidente catalán Carle Puigdemont, él convocará a un nuevo sufragio sobre el tema en la segunda quincena de septiembre de 2017. Frente a esta situación, habrá que ver cuál será la reacción del gobierno español en cuanto a la legalidad del acto.
Relatado en forma lineal el documental resulta de interés en la medida que además de reflejar los acontecimientos que han tenido lugar, cede la palabra a algunos de los actores del movimiento civil embanderados con la causa separatista y además deja margen para reflexionar sobre el real significado de la democracia en términos de voluntad popular. Si algo se pudiera objetar a este film es que no ofrece información suplementaria sobre cómo el territorio catalán fue integrado a España. Para quien indague sobre la historia del país se impondrá que eso se debió al asalto que tuvo lugar el 11 de septiembre de 1714 cuando las tropas borbónicas invadieron Barcelona y como consecuencia Cataluña fue anexada a España; es así que desde entonces está latente el sentimiento de independencia y la preservación de la lengua catalana de la mayor parte de su población.
I AM NOJOOM, AGE 10 AND DIVORCED. Yemen-Francia, 2014. Un film escrito y dirigido por Kahdija Al-Salami.
El casamiento forzado es lamentablemente aplicable en varias regiones del mundo. No se trata de una práctica vinculada con una religión específica, sino más bien de una realidad cultural que generalmente se halla presente en los países menos desarrollados. Sin embargo, lo que realmente sorprende y produce profundo rechazo es cuando una niña está obligada a ser desposada por un hombre que desconoce. Ese es el tema que la realizadora y guionista Khadija Al-Salami analiza en este film narrando una historia en la que ella misma estuvo forzada a casarse a los 11 años de edad.
El relato está basado en el libro autobiográfico “I Am Nojood, Age 10 and Divorced” de Nojood Ali publicado en 2009, cuya acción transcurre en Yemen donde no existe edad mínima para contraer matrimonio.. En las primeras escenas se observa a Nojoom (Reham Mohammed) una menor de 10 años, que se dirige a un juez (Adnan Alkhader) para solicitarle el divorcio de su matrimonio que la ha unido a un hombre que la hace infeliz. A partir de allí y tomando como referencia el punto de vista de Nojoom, a través de flashbacks el espectador se impone que ella proviene de una humilde familia. Para solucionar los problemas financieros que atraviesa Ahmed (Ibrahim Alashmori), su padre granjero, él la vende a un hombre rudo y bruto (Sawadi Alkainai) de 30 años quien para casarse con la niña le paga una dote por la transacción realizada; de este modo su progenitor además del dinero recibido tiene la ventaja adicional de no incurrir ya más en los gastos de alimentación de la pequeña. Desde el primer instante, la vida matrimonial de Nojoom en una remota aldea montañosa se torna miserable por el abusivo trato recibido de su esposo; a todo ello, su situación se agrava por la presencia de su suegra (Munirah Alatas) que la trata con desprecio. Adoptando una actitud rebelde, la niña escapa del hogar conyugal para retornar a su familia pero cuando ve que no logra obtener el apoyo de su padre, escapa desesperadamente por las calles de Saná para poder llegar al despacho judicial y requerir la ayuda del juez.
La realizadora ofrece un film de ficción que tiene carácter documental testimoniando tradiciones ancestrales donde el honor familiar y la obediencia ciega a la figura paternal conducen a este anacronismo cultural capaz de convertir a menores aún no adolescentes en objetos de compra-venta para terminar esclavizadas. Sin duda, la calidad de la realización refuerza el interés temático del film pero también es importante distinguir la excelente actuación de Mohammed como la niña de sorprendente madurez y firme determinación que no está dispuesta a sacrificar su vida con un hombre que la maltrata.
Este vigoroso drama que tiene como noble propósito reivindicar los derechos humanos, en su conclusión deja una puerta abierta de esperanza para que la situación descripta que alcanzó notoriedad pública no llegue a repetirse. Afortunadamente, hoy día Nujood Ali, que nació en 1998, constituye una figura relevante en el movimiento emprendido en Yemen contra los casamientos forzados y con especial énfasis a los que involucran a la infancia.
Como nota adicional cabe mencionar que éste es el film que por primera vez Yemen somete a la Academia de Hollywood para postular como candidato al Mejor Film Extranjero de habla no inglesa en la octogésima edición de entrega de los Oscars de 2017.
AMERICAN HONEY. Gran Bretaña-Estados Unidos, 2016. Un film escrito y realizado por Andrea Arnold
En su primera incursión en el cine americano, la directora británica Andrea Arnold ofrece un relato que adopta las características de un road movie que en parte está basada en su experiencia de viajera a través de los Estados Unidos.
La trama se centra en Star (Sasha Lane), una muchacha de 19 años proveniente de una familia disfuncional. Cuando por azar conoce a Jake (Shia LaBeouf), quien forma parte de un grupo de jóvenes itinerantes dedicados a vender suscripciones de revistas a través del sistema de puerta en puerta, ella acepta su invitación para unirse como vendedora de esta banda y así escapar del ambiente asfixiante en el que se desenvuelve.
Lo que antecede es la excusa para que el grupo viajando en camioneta vaya recorriendo diversas ciudades del medio oeste americano y se cruce en algunas paradas con excéntricos y en ciertos casos pintorescos personajes. A todo ello no faltará la droga y el sexo para amenizar la travesía de esta tribu de muchachos y chicas jóvenes que en procura de una idealizada libertad no tienen claro qué es lo que realmente desean hacer de sus vidas.
Si bien la propuesta de Arnold puede en principio despertar interés ofreciendo una pintura de la América profunda y las dispares condiciones económicas y sociales vigentes que se observan a lo largo de este viaje, el relato a pesar de algunas secuencias logradas, se torna a la postre monótono; eso es debido a su errática narración y por su excesiva duración en la medida que algunas escenas se repiten innecesariamente sin que existan incidentes trascendentes que provean palpitante emoción.
Con una línea argumental mínima sobre las aventuras de una juventud perdida la realizadora no añade algo diferente que distinga a esta historia de muchas otras que el cine americano ya ha transitado con mayor inspiración. Con todo, habrá que destacar el entusiasmo desplegado por el elenco donde gran parte del mismo está integrado por actores no profesionales. En tal sentido Sasha Lane efectúa un satisfactorio debut profesional frente a la cámara transmitiendo con convicción la fragilidad de una chica determinada a encontrar un rumbo a su existencia aunque sin lograrlo; por su parte LaBeouf también se luce como el simpático manipulador que logra conquistar a Star. En los renglones técnicos se distingue la magnífica fotografía de Robbie Ryan y la acertada banda de sonido con animadas composiciones de música country con canciones, entre otras, de Sam Hunt, Holly Fletcher, Kevin Gates, Sune Wagner y el tema central “American Honey” de Hilary Lee Lindsey.
TOWER. Estados Unidos, 2016. Un film de Keith Maitland
Un muy buen documental que reconstruye un triste suceso acaecido hace medio siglo en el campus de la Universidad de Texas de la ciudad de Austin, es lo que se aprecia en el remarcable documental Tower de Keith Maitland.
Si lamentablemente a través de las últimas décadas las matanzas efectuadas en universidades de Estados Unidos, como así también la acontecida en Diciembre de 1989 en la Universidad de Montreal, ha motivado que esas crueles noticias ya no resulten novedosas, lo cierto es que en su momento, la tragedia de Austin impactó extraordinariamente a la población americana.
El 1 de agosto de 1966, Charles Whitman, un psicópata ex militar de 25 años, logra llegar a la torre de la universidad donde bien aprovisionado de armas mata a 3 personas que se encontraban en su interior y posteriormente desde el mirador de la torre dispara a diestra y siniestra causando la muerte de otras 12 personas y 32 heridos que se encontraban transitado por el campus.
En una armoniosa combinación de animación rotoscópica, material de archivo, fotografías y entrevistas a algunas de las personas sobrevivientes y testigos de la calamidad producida, Maitland inteligentemente dispuso de esas valiosas fuentes de información para reproducir la tragedia de la fecha mencionada. Todo el pánico, confusión, caos y terror producido cobra inusitada sensación real en este fascinante documento reflejando no solo su sombrío tema sino también destacando el contenido humano que emerge del relato al propio tiempo que permite una vez más reflexionar sobre la cruel naturaleza de la violencia.
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