HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Dotada de nobles sentimientos, esta nostálgica película de la directora danesa Lone Scherfig muestra de qué modo el cine puede influir para alentar el espíritu humano.
Basada en la novela Their Finest Hour and a Half (2009) de Lissa Evans, la adaptación realizada por Gaby Chiappe ubica la acción en Londres durante la Segunda Guerra Mundial. Allí se sale al encuentro de Catrin Cole (Gemma Artenton), una joven redactora publicitaria que es contratada por la División de Cinematografía del Ministerio de Informaciones.
En un principio ella no es lo suficientemente valorada por sus colegas debido al nivel de sexismo imperante; su condición cambia radicalmente cuando a requerimiento del Ministro de Guerra (Jeremy Irons) su división debe embarcarse en la prosecución de un film patriótico de propaganda que permita elevar la moral de las tropas inglesas que se encuentran en el campo de batalla. Esa circunstancia motiva a que Catrin, a pesar de los reparos de su marido (Jack Huston), un artista sin ingreso fijo que preferiría que no trabajase, acepte el desafío de preparar el guión referido al heroico rescate de soldados británicos efectuado por dos hermanas mellizas en la batalla de Dunquerque. A medida que va desarrollando su trabajo incorporando una visión femenina al relato demuestra poseer la suficiente eficiencia para ganarse el respeto del equipo que la rodea, en especial de Tom Buckley (Sam Claflin), el principal libretista con quien ella colabora.
Dentro del marco descripto, Scherfig ha conseguido captar plenamente la esencia de la novela original ilustrando con acierto las características que asume el extravagante equipo de filmación. Con el propósito de que el film a rodarse entusiasme y emocione a los espectadores de Estados Unidos, permitiendo que constituya un medio para que ese país se involucre en la guerra como aliado de Gran Bretaña, los productores están forzados a contratar como uno de los protagonistas a Carl Lundbeck (Jake Lacy), un popular piloto de la Real Fuerza Aérea (RAF), quien sin ninguna experiencia actoral origina algunos de los momentos jocosos de esta historia.
Además de resaltar la magia del cine en momentos difíciles para el pueblo británico, el film destaca el rol de la mujer que actuando con firmeza y determinación cuando las circunstancias lo requieren demuestra con su labor ubicarse en el mismo nivel de inteligencia de su contraparte masculina. El film cuenta con un distinguido reparto encabezado por Arterton quien acarrea muy bien el peso del film; además de la excelencia de Clafin, Lacy, Irons, Helen McCrory, Eddie Marsan y Richard E. Grant, merece mención especial la participación de Bill Nighy quien anima a un actor que habiendo tenido en el pasado su momento de gloria ahora no puede ocultar su frustración de quedar relegado a roles de menor importancia.
En suma, Their Finest es una comedia dramática muy bien construida homenajeando al séptimo arte y que adicionalmente a los valores apuntados se distingue por su excelente reproducción de época.
WEIRDOS. Canadá, 2016. Un film de Bruce McDonald
El realizador canadiense Bruce McDonald enfoca en Weirdos un relato abordando la aventura en que dos adolescentes se ven envueltos. Bien realizado, el film se deja ver aunque sin ofrecer facetas memorables.
La acción se desarrolla en Antigonish, una muy pequeña ciudad de Nova Scotia, en el verano de 1976 cuando Estados Unidos celebra el bicentenario de su independencia. Allí viven Kit (Dylan Authors) de 15 años con su padre (Alan Hawco) y abuela, y Alice (Julia Sarah Stone) de la misma edad que comparte el hogar con sus padres. A pesar de que el ambiente familiar de ambos transcurre normalmente, estos jóvenes que se aman platónicamente deciden realizar un viaje a Sydney, en la isla de Cape Breton que se halla a 200 km. del lugar, ocultando sus intenciones a sus respectivos familiares. Dado que los padres de Kit están divorciados y hace mucho que él no tiene noticia alguna de su madre Laura (Molly Parker), el propósito que lo anima a viajar es tratar de reencontrarla; por su parte la motivación de Alice es la de lanzarse a la aventura al propio tiempo que tratar de que su relación romántica con Kit quede físicamente consumada.
a partir de esta premisa, el recorrido que ambos realizan a dedo se convierte en un road movie donde los jóvenes salen al encuentro de diferentes compañeros de viaje. En tal sentido, no hay nada especial que permita que esta película de carretera se diferencie de otras ya vistas en numerosas oportunidades; la única variante es que durante el trayecto queda en claro la ambigüedad sexual de Kit, cuando entre las paradas efectuadas y encontrándose solos él trata de posponer el encuentro sexual solicitado por Alice.
Una vez llegado a destino la prácticamente única nota dramática del relato se produce cuando al poco tiempo de estar con Laura, esta mujer de aparente libre espíritu, comienza a mostrar condiciones de inestabilidad mental produciendo un sentimiento de frustración por parte de su hijo.
Con el propósito de insuflar un toque de realismo mágico a esta historia, el guión introduce imaginarios encuentros de Kit con un personaje (Rhys Bevan-John) que él supone que podría ser el famoso Andy Warhol. Esas escenas no son más que una mera curiosidad que nada sustancial agrega a la trama del film.
Sin mayor envergadura dramática y con una historia medianamente endeble, la correcta actuación de Authors y Stone en sus respectivos personajes y especialmente la de Parker en un breve rol permiten que el film resulte aceptable. Con todo el mérito mayor se debe a la lograda fotografía en blanco y negro de Becky Parsons captando bellas imágenes rurales de los lugares en que se desarrolla la acción como así también a la agradable música de Asif Illyas con canciones de los años 60 y 70.
GIFTED. Estados Unidos, 2017. Un film de Mark Webb
Este film se caracteriza por tratar dos problemas importantes. Uno de los mismos se vincula cone cuál es el mejor tratamiento brindado a un niño superdotado; el otro se refiere a la lucha judicial que se produce cuando en el seno de una unidad familiar hay más de una persona que se cree responsable de custodiar a un menor huérfano de padres. Ambos temas son tratados por el realizador Mark Webb de manera realista dando como resultado un relato bien narrado que repercute emocionalmente.
La historia que tiene lugar en Florida presenta a Frank Adler (Chris Evans), un hombre afable que se ha hecho responsable de la custodia de su sobrina Mary (Mckenna Grace), una niña de 7 años sin padre conocido y una madre que se suicidó cuando ella era una infante. La chica es superdotada, sobre todo en el campo de las matemáticas lo que le ocasiona problemas de adaptación social al ingresar al primer año de educación escolar; su fuerte personalidad no condice con la disciplina establecida en la escuela sino que además se siente diferente al resto de sus compañeros de clase al realizar las tareas con una velocidad asombrosa que llega a sorprender a su maestra (Jenny Slate). Eso motiva a que la directora de la escuela (Elizabeth Marvel) le ofrezca la oportunidad para realizar sus estudios en una escuela especializada en niños prodigios; sin embargo Frank se niega a esa opción, porque desea que su sobrina no sea diferente al de los otros niños de su edad, sobre todo teniendo en cuenta que su hermana a quien él mucho quiso también había sido un genio de las matemáticas lo que finalmente repercutió en ella negativamente cuando decidió suicidarse.
La circunstancia descripta conduce a reflexionar sobre la actitud de Frank como responsable de su sobrina. ¿Es pertinente su manera de pensar en la medida que su decisión podría conducir a que Mary se sienta frustrada por el aburrimiento de tener que compartir una educación con chicos de capacidad normal? La situación se complica aún más cuando al lugar arriba inesperadamente Evelyn (Lindsay Duncan), la madre de Frank, reclamando la custodia de su nieta porque entiende que su hijo es incapaz de explotar todo el potencial de la niña para que en el futuro pueda llegar a ser una extraordinaria científica matemática. Las dos posiciones irreconciliables conducen a que el entredicho sea sometido a la justicia donde el magistrado judicial debe decidir quién tendrá a su cargo la custodia de Mary.
El guión de Tom Flynn logra mantener el adecuado equilibrio de no santificar a Frank ni demonizar a Evelyn; en tal sentido, la descripción de los personajes y el diálogo utilizado permiten que cada una de las partes defienda sus puntos de vista coherentemente de manera que el espectador es al igual que el juez el encargado de considerar quién está mejor capacitado para guiar a Mary en el desenvolvimiento de su evolución intelectual y emocional.
En líneas generales, el film es lo suficientemente plausible para que el público se identifique con sus personajes y si algo habría que reparar es que en sus últimos tramos existen situaciones que crean lapsos de credibilidad que no obstante no disminuyen la eficacia del relato.
A nivel de interpretación, las prestaciones de Evans y Duncan son inobjetables como así también el de Octavia Spencer como la cariñosa vecina de Frank que trata de darle apoyo moral en los momentos difíciles por los que debe atravesar. Con todo, quien se lleva las palmas es Mckenna Grace quien con inusitada vitalidad permite que su Mary resulte tan auténticamente real, sobre todo en la relación con su tío, que uno se olvida que alguien la está caracterizando.
En resumen, Gifted puede que no se distinga por la originalidad de su tema pero en cambio resulta ampliamente gratificante y eso es lo que realmente cuenta.
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