INMIGRANDO A CANADA
INMIGRANDO A CANADA
Por Vilma Filici
filici@filici.com
TORONTO. La semana pasada, el presidente del Consejo de Inmigración y Refugiados de Canadá (Immigration and Refugee Board, IRB) anunció que los casos de refugio en el país se han acumulado y que a pesar de que los reglamentos dicen que ciertos casos deben tener sus audiencias a los 30 días de haber sido encontrados elegibles, y otros a los 60 días, debido al alto número de solicitantes no tiene los recursos necesarios para cumplir con los tiempos estipulados.
Dijo que el flujo de solicitantes de refugio no está llegando solamente desde los Estados Unidos, sino que también de muchísimos otros países, y que cree que las personas que están pidiendo refugio en estos días van a tener sus audiencias hasta dentro de unos 16 meses.
Este es un problema reciente, pero también tenemos el problema de los “Legacy Cases”, que son los casos de las personas que vinieron a Canadá a pedir refugio antes del 15 de diciembre del 2012. Esos casos quedaron congelados en el tiempo, y recién este mes de septiembre empezaron a darles fechas de audiencia.
En este sentido, lo que está sucediendo es que los casos que están llegando ahora, una vez que la audiencia no puede ser realizada porque no tienen un juez disponible, les falta intérpretes, no tienen suficiente personal para manejar las audiencias, etc., las están posponiendo sin fecha, por lo que van a ir a parar con los tiempos de los Legacy Cases.
Esto es terriblemente injusto. Es injusto para quienes están en los Legacy Cases ya que han estado esperando entre 5 y 7 años para sus audiencias, y en muchos casos en muchos países ha habido cambios que van a impactar en las decisiones que los miembros del Consejo de Refugiados van a tomar. Por ejemplo, en Colombia ha habido tratados de paz, por lo que los casos de las personas que hayan sido perseguidas por las guerrillas van a tener problemas para probar serán perseguidos si regresan a su país de origen. También, con la apertura que ha habido en Cuba, los casos de este país que quedaron estancados pueden tener un impacto negativo por haberlos hecho esperar tanto tiempo.
Esto definitivamente es injusto, porque a pesar de que algunas personas puedan pensar que como ya no tienen problemas pueden regresar a sus países de origen, la realidad es que estas personas han estado en Canadá por un periodo muy largo, se han establecido, algunas han tenido hijos en el país, si vinieron con niños pequeños estos se han establecido, han hecho sus grupos de amigo y sus redes, y es inhumano simplemente arrancarlos del lugar donde están y mandarlos nuevamente al país de origen.
Lo humano que debería hacer este gobierno es eliminar el requisito de que las personas tengan que esperar 12 meses pues de haber perdido el caso de refugio para poder hacer una solicitud de PRRA (Pre Removal Risk Assessment), así como lo han hecho ya para Venezuela, para Haití y para otros países donde ha habido cambios que han empeorado las condiciones de derechos humanos. El PRRA es la última revisión de la situación de riesgo en la que se encontraría una persona al ser regresada al país de origen. Y deberían hacerlo simplemente por una cuestión de justicia, ya que no es culpa de los solicitantes que el gobierno no haya tenido los recursos para hacer estos procesos.
Se les debe dar otras oportunidades. Una de estas posibilidades es precisamente el que puedan procesar el PRRA, y otra es que puedan hacer una solicitud por razones humanitarias y de Compasión. En estos momentos la ley estipula que una persona no puede hacer el PRRA ni pedir residencia por razones humanitarias a menos de que hayan pasado 12 meses desde el momento en que se les rechazó el caso. Si son de países designados, como por ejemplo de México, de Chile, o personas que vienen de algunos países de Europa que aparecen en la lista de países designados, tiene que esperar 36 meses.
La idea del gobierno Conservador, que fue quien impuso estos tiempos, era justamente que las personas no alcanzaran a esperar ese tiempo y entonces los pudieran sacar del país.
Hay que invocar entonces al corazón del Ministro de Inmigración, así como también del Primer Ministro Justin Trudeau, para que eliminen este requisito y le permitan a las personas un proceso justo. Incluso una mejor idea sería que hicieran lo que ya se ha hecho en el pasado: que establezcan un programa especial donde todas estas personas que han quedado estacadas por la ineptitud de nuestro gobierno puedan solicitar la residencia permanente, demostrar su valor aquí en Canadá, que han estudiado, que han trabajado, que han realizado trabajo comunitario, que se han establecido económicamente en Canadá y que merecen permanecer como residentes permanentes.
Por el momento, el gobierno continúa deportando más personas, pero como ahora no hay redadas masivas como las había con el gobierno anterior, no son noticias. Sin embargo, el número de personas deportadas desde Canadá ha aumentado considerablemente, lo que significa que no ha cambiado la política de deportaciones.
Y son deportadas las personas que no son aceptadas como refugiadas, que son rechazadas en sus solicitudes por razones humanitarias o en cualquier otro tipo de programa que se pueda procesar desde dentro de Canadá. Una vez rechazadas, reciben las órdenes de salida, las cuales están siendo implementadas eficientemente.
La población en general no reacciona ante estas situaciones dado que lamentablemente a través de los años se ha creado un sentimiento negativo en relación con el refugiado y con el inmigrante en general. No hay que olvidar que el gobierno anterior usaba el racismo como un arma política para su beneficio, lo que ha ayudado a crear esta atmosfera negativa en contra del inmigrante y del refugiado.
Para empeorar las cosas, con la llegada de Donald Trump al gobierno en los Estados Unidos, y con las declaraciones anti inmigrantes que ha hecho y que continúa haciendo, pareciera que le ha dado licencia a los racistas para que se opongan abiertamente a la inmigración.
Pero al final, las decisiones en este tipo de situaciones pasan por los cálculos políticos, porque si en este contexto el gobierno canadiense le dedica más fondos a los refugiados, o si proporciona algún tipo de programa especial para los indocumentados y los refugiados que están llegando, el temor es que puede salir perjudicado en las próximas elecciones.
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