A España se le resiste Cristiano
A España se le resiste Cristiano
Con chicha y cuajo y un goteo de fútbol, España no salió mal parada de un partido tan sinuoso como tortuosa ha sido su corta estancia en Rusia. El partido requería mucho talante tras días tan volcánicos. Y mucho más cuando, encima, ya sobre el césped la Roja tuvo que cargar con varios episodios desdichados, como un penalti madrugador y las manos de carmelita de De Gea. Para colmo, se topó con el mejor Cristiano Ronaldo de los Mundiales. España, que tuvo la victoria a tiro, pudo con todo para sellar un empate.
FERNANDO HIERRO
El arrebato legionario de Costa, en su mejor partido con España de largo, hizo pendular el encuentro. En el primer tiempo, hasta la tacha de De Gea, Portugal se fundió con Guedes. Fernando Santos, técnico luso, le hizo gravitar sobre la parte central del ataque, con Cristiano en la izquierda. Y en dos contras lanzadas estupendamente por CR se hizo más que discutible el cambio de papeles. A Guedes, más extremo, le faltó el instinto terminal de su totémico camarada.
Cada vez más enchironada Portugal, Isco comenzó a tutelar la pelota. Lo que siempre anima a gente como Silva e Iniesta. A su música se sumó Jordi Alba a lo Jordi Alba. Poco a poco España se le ponía cara de España. E incluso a Diego Costa, más pinturero que nunca en el trance español con la pelota. Silva e Iniesta se quedaron a un dedo del gol. De Portugal, más allá de su abnegada zaga solo las pisadas de CR. Como en la que ruborizó a De Gea. Sin más, los primeros goles del siete a la Roja. Sin más, en solo 45 minutos CR se quedó a un gol de los tres que llevaba en sus tres Mundiales precedentes, registro que igualaría con su traca final. Con futbolistas así por el medio nada es lo que parece, ni nada parece lo que es.
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12
FALTAS COMETIDAS
10
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105
BALONES PERDIDOS
96
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46
BALONES RECUPERADOS
37
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1
FUERA DE JUEGO
3
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1
PENALTIES
0
Contrariado por tanto imprevisto, al equipo del debutante Hierro, cuya alineación tuvo el equipaje de Lopetegui, le tocaba otra conjura para la segunda parte. Puede que más de uno rebobinara a la presentación mundialista de hace cuatro años. Aquel 13 de junio de 2014 en el que España se cayó con estrépito por un despeñaperros en Salvador de Bahía. Al fin y al cabo, el 1-5 con Holanda surgió tras un embrionario empatenaranja también a un paso del intermedio. La zurra se desató después y siete futbolistas españoles fueron tan titulares en aquel batacazo como en Sochi. Todos menos Nacho, Koke, De Gea e Isco. Otro motivo para sospechar del mochilón con el que le tocaba remontar a la Roja.
Con un tiempo por delante, España contra el campeón de Europa, sus propios fantasmas de estos tiempos y un Cristiano más iluminado que en toda su carrera mundialista. La reacción fue encomiable. El equipo no está sinfónico y la noche rusa exigía una dosis de fútbol, claro, pero sobremanera carácter, suela desgastada y dejarse el corazón en los huesos.
Costa acertó a descorchar el segundo gol con el mismo asistente que en el primero. Busquets prolongó una falta lanzada por Silva y el ariete llegó puntual. Tal fue el repunte que hasta Nacho, que aún tendría en sus adentros la treta de CR en el penalti, se vino arriba. Suyo fue el tercer tanto español con un trallazo que hizo carambola en los dos postes de Rui Patricio.
A España no le sobraba fútbol, pero no le faltaba coraje después de tanta desventura. El duelo lo tenía por la pechera, solo inquietada por otra pifia de De Gea en una salida sin brújula que pudo abortar la defensa. Sin nada deslumbrante, pero con Portugal embridada sin apenas dictado y con Hierro refrescando al equipo con Thiago, Aspas y Lucas. Salvo imprevistos, de la selección lusa solo cabía esperar a Cristiano, con deudas pendientes con España y con los Mundiales. Dicho y hecho. Una falta de Piqué sobre el capitán portugués en los últimos minutos derivó en el tercer gol de CR. Tiró de escuadra y cartabón y con un golpe punzante y recto encuadró la pelota en la escuadra izquierda de De Gea. Esta vez sin otra opción que quedarse como una estalactita.
Solo Cristiano se le resistió a una España con muchos méritos. No pocos en sus circunstancias se hubieran derrumbado. En un día para el remangue, lo tuvo. Ahora, frente a Irán y Marruecos le convendrá recuperar sus señas de la última década. Será hora de jugar.
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