INMIGRANDO A CANADA
INMIGRANDO A CANADA
¿Tiene realmente Canadá una crisis de refugiados?
Por Vilma Filici
filici@filici.com
TORONTO. Este verano ha habido mucha discusión en nuestra arena política, transmitida a los medios de comunicación, sobre el tema de los solicitantes de refugio que llegan a Canadá a través de puntos fronterizos ciegos desde los Estados Unidos. Y la discusión ha llegado hasta nuestra hermosa sociedad multicultural, enfrentando a personas en contra de refugiados, e incluso tristemente a inmigrantes en contra de refugiados.
El Partido Conservador alega que el gobierno federal no está manejando bien la “crisis” de refugiados y que esto le cuesta a las provincias y ciudades (particularmente a Toronto y a Montreal) mucho dinero. En respuesta, el gobierno federal ha dicho que, aunque los refugiados que ingresan a Canadá son un desafío, no constituye ninguna crisis y que está cumpliendo con sus obligaciones internacionales. El debate tiene a ambas partes acusando a la otra de crear histeria usando un lenguaje de “miedo y división”.
Es importante recordar que en todo el mundo hay un aumento de personas, refugiados, que huyen de sus hogares debido a la guerra, la persecución y la violencia. Las estadísticas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) muestran que a fines del año pasado había 25,4 millones de refugiados en el mundo. Este es el número más alto desde la Segunda Guerra Mundial.
Pero con respecto al ingreso de refugiados a Canadá, el año pasado nuestro país recibió menos del 0,2% de la población general de refugiados en el mundo, lo que equivale a 50,000 solicitantes de refugio. La mayoría de los refugiados huyeron a sus países vecinos, no a Canadá, como algunos políticos y medios de comunicación nos quieren hacer creer.
Los países que tienen una verdadera crisis de refugiados son los países en desarrollo, no Canadá, no los EE. UU. y no Europa. Canadá ni siquiera está entre los 10 principales países de destino para los solicitantes de refugio. Así, los refugiados no se están apoderando de Canadá. Las mismas estadísticas muestran que, en proporción a la población de Canadá, los refugiados que ingresaron al país el año pasado representaron únicamente el 0,13% de la población total.
Las 50,000 personas que vinieron a Canadá para hacer solicitudes de refugio el año pasado son apenas más que la cantidad que llegó en el año 2001. Pudimos manejar esos números sin ninguna crisis económica y existen planes de contingencia para los recién llegados y los solicitantes de refugio, quienes están recibiendo permisos de trabajo casi de forma inmediata, lo que les permite trabajar y mantenerse por sí solos sin ser una carga para nuestros servicios sociales.
La imagen de que nuestras fronteras están siendo invadidas por personas que ingresan para hacer solicitudes de refugio tampoco es precisa. La mayoría de las personas que realizan solicitudes de refugio en Canadá lo hacen mediante el uso de los canales regulares, lo que hace que los refugiados utilicen los puertos de entrada regulares, como las fronteras patrulladas y los aeropuertos.
En el 2017, el ministerio de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá (IRCC) registró 50.445 solicitudes de refugio en Canadá. Menos de la mitad de los reclamos, 20,593, fueron hechos por solicitantes de refugio que ingresaron a Canadá a través de puntos de control irregulares. Por lo tanto, los solicitantes de refugio no están entrando a Canadá de forma irregular, como algunos políticos y medios de comunicación nos quieren hacer creer.
Tampoco las personas que ingresan a Canadá a través de puntos de entrada irregulares no lo hacen “ilegalmente”. Este es un lenguaje que se usa a menudo para describir a las personas que ingresan a Canadá en cruces fronterizos irregulares y es incorrecto e inflamatorio. Como signatarios de la Convención de la ONU de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, tenemos la obligación internacional de permitir que las personas que se encuentran en Canadá puedan hacer una solicitud de asilo y no podemos penalizarlas por la forma en que ingresan a Canadá.
La ley de refugio reconoce que cuando una persona huye de su hogar, no siempre puede encontrar la mejor ruta o reunir los documentos necesarios para ingresar a un país. Es por eso por lo que cruzar la frontera hacia Canadá en un cruce irregular no se considera “ilegal”. El término que se debería usar es “cruce irregular”.
Ya en Canadá, tenemos la Ley de Inmigración y Protección de Refugiados (IRPA) para controlar el flujo de personas que ingresan al país. No es una histeria colectiva. Tenemos una obligación internacional y un proceso organizado para tratar con los solicitantes de refugio en Canadá.
Los solicitantes de refugio que están ingresando actualmente a Canadá de manera irregular lo hacen principalmente para escapar de la política antiinmigrante del presidente Donald Trump en los EE. UU. Debido al Acuerdo de Tercer País Seguro que tiene Canadá con los EE. UU., las personas que se encuentran en los EE. UU. sin estatus migratorio no pueden ingresar a Canadá a través de un puerto de entrada regular dado que corren el riesgo de que se les niegue la entrada. Por lo tanto, están ingresando a través de cruces fronterizos irregulares y hacen sus solicitudes de refugio una vez están en territorio canadiense. Debido a nuestras obligaciones internacionales como signatarios de la Convención de las Naciones Unidas de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, una vez que una persona se encuentra en territorio canadiense debemos permitirle realizar su solicitud de asilo.
Los medios nos han hecho creer que el número de refugiados que ingresan a través de puntos de control irregulares va en aumento. En realidad, ese no es el caso. En mayo y junio de este año el número de solicitantes de refugio que ingresaron a Canadá por cruces fronterizos irregulares con EE. UU. disminuyó al nivel más bajo en un año. Según el gobierno federal, un promedio de 42 personas cruzó a Canadá a través de puntos fronterizos ciegos, 39 de los cuales se dirigieron a Quebec. La mayoría de las personas que cruzaron irregularmente eran de Nigeria, Congo, Haití y Colombia. Alrededor de la mitad de las personas que ingresaron a Canadá en puntos irregulares y realizaron solicitudes de asilo fueron aceptadas como Refugiados por Convención.
El problema con los políticos y los medios de comunicación confundiendo la información sobre el número real de solicitantes de refugio y usando términos como “ilegales” para describir a las personas que llegan es que deshumaniza y criminaliza a la población de refugiados. Pone a muchas personas en contra de los refugiados, incluidos los inmigrantes que ya están en Canadá, y nuestro país está compuesto por muchos, muchos inmigrantes. Nuestra población ha aumentado a más de 37 millones este año y, según Statistics Canada, se debe a la población inmigrante.
Pero en lugar de ver a los refugiados como personas necesitadas de nuestra empatía y ayuda; como personas que se ven obligadas a huir de sus hogares por razones horribles y que necesitan nuestro apoyo, la población canadiense está siendo inducida a creer que están ingresando ilegalmente, en cantidades exageradas y agotando todos nuestros recursos. Esto simplemente no es verdad.
Por definición, un refugiado es una persona que está fuera de su país de nacionalidad debido a un temor bien fundado de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un grupo social en particular y que sufriría persecución si es regresada a su país de origen.
Un inmigrante, por su parte, es una persona que ha elegido salir de su país y se ha establecido permanentemente en Canadá.
La diferencia de por qué refugiados e inmigrantes se encuentran en Canadá es que los inmigrantes optaron por mudarse a Canadá y los refugiados se vieron obligados a huir de sus países. Pero ambos están legalmente en Canadá.
De acuerdo con el derecho internacional y con los valores que tenemos como canadienses, debemos permitir que las personas que huyen de la persecución vengan a Canadá y reciban nuestro apoyo. Tenemos un sistema para decidir quién es un refugiado de Convención; no nos corresponde a nosotros decidir quién merece serlo y quién no. No debemos caer en las exageraciones que están siendo fabricadas por algunos políticos y medios de comunicación.
Estamos siendo manipulados para creer falsedades, y es incorrecto, injusto e inmoral que propaguemos el miedo a los refugiados en Canadá. No tenemos una crisis de refugiados, y tenemos la obligación internacional de permitir que la pequeña porción del 0.2 por ciento de los solicitantes de refugio del mundo ingrese a Canadá, y que sus solicitudes sean escuchadas sin prejuicios.
Comments (0)