HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
La premiada novela The Hate U Give (2017) de Angie Thomas, inspirada en un cruento suceso policial acontecido en 2009, ha sido trasladada al cine con la dirección de George Tillman Jr y en una adaptación de Audrey Wells. A través del relato queda manifestada la barrera racial de Estados Unidos, como asimismo refleja la crisis de identidad de una adolescente cuando un acontecimiento inesperado trastoca su vida.
Amandla Stenberg anima a Starr Carter una afroamericana adolescente de 16 años cuya existencia transcurre en dos universos diferentes. Uno de ellos es el vecindario predominantemente negro de Garden Heights donde habita con su querida familia integrada por su padre Maverick (Russell Hornsby), madre Lisa (Regina King), hermanos Seven (Lamar Johnson) y Sekani (TJ Wright). El otro mundo de esta joven es el colegio privado, fundamentalmente blanco, al que ella asiste y en donde se siente muy a gusto. En lo que atañe a su vida sentimental Starr mantiene una buena relación con su compañero blanco Chris (K.J. Apa).
Una noche en que ella concurre a una fiesta de su vecindario se reencuentra con Khalil (Algee Smith), un amigo negro de su infancia; cuando al regresar él la conduce en su coche, un mínimo error de tránsito que comete motiva a que la policía caminera lo detenga obligando a que ambos ocupantes desciendan del vehículo; cuando Khalil efectúa un inocente movimiento que despierta la sospecha del oficial policial blanco, éste sin dudarlo lo balea mortalmente. De inmediato, ella abandona estremecida la escena del crimen para retornar a su hogar.
De allí en más comienza para la joven un proceso de inestabilidad emocional en la medida que habiendo sido la única testigo del asesinato, desea que se haga justicia frente a la pérdida de su amigo; sin embargo, ella teme que su testimonio sobre lo ocurrido culpando al policía pueda generarle represalias incluyendo a su familia como así también repercutir negativamente en sus compañeros blancos del colegio. Es así que Starr debe adoptar una decisión sobre si confiar en el sistema judicial imperante, según le aconseja su tío Carlos (Common) que es un policía negro, o bien salir del anonimato y atestiguar lo que ha visto.
Si bien el problema racial es el foco central del film donde se muestra la solidaridad de la población negra para condenar al policía asesino, al propio tiempo refleja la búsqueda de la verdadera identidad de su protagonista al comprobar cómo esa vida dual que estaba llevando hasta ese momento no resultará fácil de seguir implementándola; en todo caso, el desenlace del film aborda satisfactoriamente ese hecho.
La inteligente realización y el buen guión quedan traslucidos en el nivel general de este absorbente drama moral que al estar esmeradamente articulado permite mantener constante interés a lo largo de su desarrollo. A la buena pintura de caracteres y la calidad de su tratamiento se agrega la participación de un convincente elenco donde se distingue la actuación de Stenberg; esta joven actriz ofrece una magnífica caracterización de la traumatizada adolescente que a una edad temprana atraviesa un proceso de madurez frente a la gran responsabilidad que debe asumir.
FREE SOLO. Estados Unidos, 2018. Un film de Elizabeth Vasarhelyi y Jimmy Chin
La asombrosa hazaña del alpinista Alex Honnold escalando la montaña de El Capitan en el Parque Nacional de Yosemite de California es reflejada en un excelente documental capaz de cortar el aliento del espectador.
Lo que se aprecia en Free Solo motiva a indagar acerca de la pasión que un deporte puede despertar en una persona que se juega su vida. Así, para Honnold con solo 31 años de edad la respuesta estaría en que desafiar el riesgo al que está expuesto compensa ampliamente el eventual costo de morir en el intento. Si a la vista de la gente corriente ese comportamiento parece completamente irracional no hay nada en la actitud de este deportista que psicológicamente denote inestabilidad.
Así como en 1974 el funambulista francés Philippe Petit causó sensación en la aventura de cruzar desde la azotea de una Torre Gemela de Nueva York hacia la otra en un cable tendido, Honnold logró lo que ningún alpinista lo había conseguido hasta el 3 de junio de 2017 al escalar El Capitan sin la ayuda de cuerda alguna, soga o arneses que le habrían protegido en el caso de una caída libre.
A través de un dinámico documental Jimmy Chin junto con su esposa Elizabeth Vasarhelyi ofrecen un vívido retrato de Honnold en todo el trayecto que precede a la famosa ascensión. Para ello realizan entrevistas a otros montañeros como así también a su madre Dierdre Wolownick y a su actual novia Sanni McCandless. En tanto que Dierdre queriendo mucho a su hijo acaba resignándose a la suerte que puede correr porque no puede olvidar la felicidad que este deporte le produce, su novia no puede disimular la angustia que le causa lo que Alex se propone realizar.
Aunque Honnold ha llevado una existencia solitaria, su estilo de vida ha cambiado desde que conoció a Sanni a través del amor que los une; en todo caso, si tuviera que optar entre el deporte que practica y su vida sentimental, él honestamente manifiesta que el alpinismo es su prioridad.
El momento culminante se produce en la última parte del relato cuando comienza el ascenso. A través del mismo Honnold va superando los enormes escollos que presenta El Capitan conformado por letales formaciones rocosas en sus 910 metros de altura. A través de los movimientos de sus pies y de sus manos exclusivamente y efectuando en las partes más dificultosas saltos peligrosísimos donde un mínimo error de cálculo significa morir, el film transmite un suspenso de indescriptible tensión.
Este incomparable espectáculo adquiere inusitada realidad gracias a la magnífica filmación y a la extraordinaria fotografía de Chin, Mikey Schaefer y Clair Popkin donde se contempla a un individuo que en búsqueda de la perfección hará lo imposible para vencer el insano desafío que se ha propuesto y burlarse de la muerte. Finalmente la sobria música de Marco Beltrami se aúna para complementar la emoción del espectador frente a lo que sus ojos están contemplando con fascinación.
Este valioso e imperdible documental constituye un merecido tributo a un remarcable deportista cuya proeza queda registrada como uno de los grandes acontecimientos en la historia del alpinismo.
THE SISTERS BROTHERS. Estados Unidos-Francia-Rumania-España. Un film de Jacques Audiard
Habiendo demostrado una gran versatilidad a través de su filmografía en el enfoque de disímiles temas, el realizador francés Jacques Audiard confirma una vez más dicha cualidad en su octavo film al considerar el género del western en su primera incursión en la cinematografía de Estados. Unidos; el resultado de The Sisters Brothers es un logrado documento, pleno de dinamismo y vitalidad que si bien recuerda ciertos filmes de los hermanos Coen este director le aporta su personal estilo distintivo.
Basado en la novela homónima del autor canadiense Patrick deWitt con un guión preparado por el realizador y Thomas Bidegain, la acción se ubica en 1851, en plena Fiebre del Oro. El relato sigue los pasos de los hermanos Sisters quienes como sicarios marginados de la ley trabajan para un mafioso de Oregón apodado Commodore (Rutger Hauer). Eli (John C. Reilly), el mayor de los hermanos, es más maduro que el jovial Charlie (Joaquin Phoenix) cuya afición a la bebida lo hace menos responsable; la relación entre ellos es aceptablemente buena lo que no impide que haya ciertos momentos de marcada discordia sin que la sangre llegue al río.
El reciente encargo que el dúo recibe de su patrón es el de localizar y matar a un tal Hermann Kermit Warm (Riz Ahmed) que según parece le debe una importante suma de dinero; el individuo buscado es un químico que inventó un líquido ácido que vertido en las aguas de los ríos permite detectar las pepitas de oro que allí se encuentran. Warm es a su vez perseguido por el detective John Morris (Jack Gyllenhaal) quien tiene la misión de entregarlo a los hermanos.
A través de un viaje que comienza en Oregón, prosigue en Sierra Nevada y concluye en San Francisco, el espectador presencia una animada historia del lejano Oeste con ciertos giros inesperados bien resueltos. Aunque el relato no evita la violencia que a veces resulta excesiva, la misma es atenuada con situaciones de franco humor que ofrecen los apreciados diálogos nutridos por el guión.
Audiard como incuestionable narrador ha logrado un film sutil de introspectivos matices que a pesar de su contexto dramático resulta más liviano que otros del mismo género. Lo importante es la muy buena descripción de sus personajes, en especial la de los hermanos pistoleros que en última instancia denotan su necesidad de afecto. Reilly en el mejor papel de su carrera aporta considerable ternura y sensibilidad a pesar de ser un asesino a sueldo; por su parte, Phoenix se luce como el impiadoso individuo emocionalmente atormentado cuya personalidad no resulta fácil de definir. En roles menores tanto Gyllenhaal como Ahmed aportan la convicción requerida de sus personajes. En los factores de producción cabe destacar la acertada música de Alexandre Desplat y la buena fotografía de Benoît Debie.
FIRST MAN. Estados Unidos, 2018. Un film de Damien Chazelle
Después del gran éxito popular obtenido con La La Land (2016), Damien Chazelle retorna con First Man cuyo tema se centra en Neil Armstrong, el primer hombre que posó sus pies en la Luna en el histórico día del 20 de Julio de 1969.
Basado en el libro de James R. Hansen, el libreto de Josh Singer presenta al diestro piloto Armstrong (Ryan Gosling) y su esposa Janet (Claire Foy) cuando en 1961 sufren la desgracia de perder a su pequeña hijita enferma de cáncer. Si bien Janet volvió a quedar embarazada en los años siguientes con dos niños varones integrando la familia, tal como se aprecia en el film, Neil no pudo olvidar el difícil trance vivido. Para iniciar una nueva vida, el matrimonio se desplaza a Houston donde en 1962 Armstrong es contratado por la NASA para participar en el Programa Gemini.
El film se nutre fundamentalmente de los numerosos entrenamientos, los ensayos de vuelos realizados a lo largo del período que se extiende hasta 1969 así como los intercambios de carácter exclusivamente técnicos que acontecen con el equipo de trabajo de la estación espacial. Si bien en principio eso puede concitar considerable interés, el excesivo metraje invertido en esos menesteres resiente un poco la agilidad narrativa.
Dentro del relato hay algunas escenas de indudable contenido dramático; entre las mismas se encuentra la secuencia que tiene lugar durante el primer vuelo espacial de Armstrong de Marzo de 1966 quien comandando la Gemini 8 y acompañado del piloto David Scott (Christopher Abbott) están a punto de morir en el viaje de retorno a la órbita terrestre; otro momento dramático acontece cuando en Enero de 1967, durante una prueba en la plataforma de lanzamiento del proyecto Apolo 1 se incendia la cabina pereciendo Edward White (Jason Clarke), uno de los colegas más cercanos de Neil, junto con otros dos astronautas. Con todo, los 10 minutos más emotivos del film están referidos a la recriminación que Janet efectúa a su introvertido y circunspecto esposo cuando se dispone a partir para la gran aventura espacial del Apolo 11 sin la intención de despedirse de sus dos hijos y de comunicarles que a lo mejor podría no regresar con vida.
A pesar de su vasto elenco, todo el peso recae fundamentalmente en Gosling y en menor parte en Foy. A lo largo del metraje, el actor aparece demasiado contenido emocionalmente y en tal sentido no alcanza a transmitir al espectador la vivencia interior de su personaje. Diferentemente es el caso de Foy en el no confortable rol de la mujer que queriendo mucho a su marido carga con el gran peso de la angustia de no saber si éste retornará sano y salvo de la gran misión espacial.
Lo más importante del film reside en la recreación de las naves espaciales, las imágenes claustrofóbicas del reducido espacio en el que se desenvuelven los astronautas, el fascinante alunizaje del Apolo 11 y en general en sus excelentes efectos especiales. Para concluir cabe remarcar el buen tino de Chazelle al abstener de presentar una imagen triunfalista o patriótica de la hazaña lograda por Estados Unidos.
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