HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
El tema que Kim Nguyen aborda en The Hummingbird Project puede resultar excéntrico e irrealista; no obstante, es un medio para demostrar una vez más cómo la codicia humana por el dinero puede conducir a situaciones extravagantes no alejadas de la realidad. Enmarcado en un frenético torbellino, el público se encuentra frente a un ambicioso y entretenido relato no exento de contenido dramático en sus tramos finales.
La historia presenta a dos primos, Vincent (Jesse Eisenberg) y Anton (Alexander Skarsgard), quienes en Nueva York se desempeñan como operadores bursátiles para una compañía financiera. Cansado de tolerar la arrogancia de Eva Torres (Salma Hayek), la directora de la firma, Vincent consigue persuadir a su primo que es un gran experto y codificador tecnológico, para renunciar a sus puestos y abrirse camino por sí mismos. Como audaz planificador, Vincent concibe la construcción de un delgado cable de fibra óptica extendido desde Kansas hasta New Jersey; eso les permitirá ganar millones de dólares al poder acceder en milésimos de segundos antes que la competencia a la información suministrada por el mercado de valores en las negociaciones de alta frecuencia realizadas.
Dispuestos a implementar el proyecto, Anton es el cerebro pensante que se ocupa de todo lo atinente con la tecnología del mismo. Vincent, entre otros menesteres tiene a su cargo atraer inversores para financiar la operación; asimismo, para que el cable pueda ser extendido debe hallar una solución a los obstáculos interpuestos por los diferentes accidentes geográficos existentes en las mil millas que separan a ambas ciudades. No menos importante es el enfrentamiento que se produce con Eva quien de ningún modo está dispuesta a que sus ex empleados compitan con su firma.
Reflejando dos personalidades diametralmente opuestas pero a la vez complementarias los dos protagonistas caracterizan muy bien a sus respectivos personajes. Eisenberg, es el vivaz, extravertido y empedernido soñador tratando de que su proyecto se convierta en realidad; además de una inmejorable actuación, el actor transmite considerable emoción como un ser humano que en un momento dado adquiere conciencia de su propia mortalidad; Skarsgard por su parte transmite suficiente convicción como el socialmente inepto e introvertido genio quien se siente más confortable manejando el teclado de su computadora para dar rienda suelta a su conocimiento tecnológico. Hayek se luce como la avasalladora villana de la historia, así como en papeles de reparto igualmente satisfacen Michael Mando y Frank Schorpion.
El director canadiense imprime un ritmo vertiginoso a esta tragicomedia impregnada de muy buenos diálogos, acertadas situaciones humorísticas y dotada de un notable contenido humano.
ASH IS PUREST WHITE / LES ÉTERNELS. China-Francia, 2018. Un film escrito y dirigido por Jia Zhangke
Una historia de amor, tragedia y venganza es la que el remarcable director chino Jia Zhang-Ke narra en Ash Is Purest White enfocando su atención sobre la China contemporánea de las últimas dos décadas. Menos compleja que otras películas de su filmografía y más directa en su construcción, éste es un film donde se ilustran los vientos de cambio que soplan en la otrora misteriosa China a través del viaje físico y emocional realizado por el personaje central de esta historia.
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La acción comienza en 2001 en Datong, una ciudad ubicada al oeste de Beijing, donde vive la joven Qiao (Zhao Tao) quien está románticamente vinculada con Bin (Fan Llao), un atractivo gánster que trabaja para un corrupto patrón inmobiliario; cuando inesperadamente Bin es atacado en una emboscada tendida por una banda rival de mafiosos, Qiao logra salvarlo de morir haciendo uso de un arma de fuego; como consecuencia del hecho ella es condenada a 5 años de prisión. Cuando en 2006 sale de la cárcel, descubre que su entorno ha cambiado por completo comenzando por su novio que ha rehecho su vida y se ha alejado de las actividades criminales para triunfar exitosamente trabajando legalmente. A ese desencanto se le agrega el comprobar la transformación de su país en una gigantesca potencia capitalista. Esto influye para que Qiao deba asumir una nueva identidad a fin de poder adaptarse al ahora imperante medio económico-social.
Con un enigmático e inesperado desenlace que tiene lugar en 2018, el realizador ofrece una elegante obra melodramática no exento de nostalgia e ilustrando una vez más la oposición de los valores tradicionales de la sociedad China con aquellos ideológica y económicamente modernos de la actualidad, donde Qiao emerge como el personaje más íntegro y fiel a sus convicciones.
El tema no es novedoso pero eso no llega a afectar el nivel de calidad del film en la medida que está bien relatado por Jia e irreprochablemente interpretado por Fan y sobre todo por Zhao quien como esposa y musa del realizador mantiene con él una buena complicidad artística. En los valores técnicos de producción se destaca la fotografía de Eric Gautier creando la atmósfera apropiada requerida por el relato.
WOMAN AT WAR. Islandia-Francia-Ucrania. Un film de Benedikt Erlingsson
Entremezclando diversos géneros con acertado ingenio, el director islandés Benedikt Erlingsson ofrece en Woman At War un film feminista a la vez que ecologista donde presenta a una mujer de edad media que adoptando una doble identidad, persigue el loable propósito de preservar el medio ambiente. Habiendo sido estrenado en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2018, la película conquistó de inmediato tanto al público como a los críticos por haber contado una historia brillantemente entretenida nutrida de un punzante humor entremezclado armoniosamente con un poco de drama, suspenso, acción y fantasioso surrealismo.
La acción transcurre en Islandia donde Halla (Halldòra Geirhardsdòttir) se desempeña en Reykjavik como una eficiente directora y profesora de canto; su cálida sonrisa desmiente por completo su actividad paralela. Así, adoptando la fachada de una audaz amazónica se vale de un arco y una flecha que la lanza a un cable por debajo de unas líneas de alta tensión produciendo un apagón de luz que afecta a la fábrica de aluminio que se encuentra en el otro extremo de la isla; ese acto es cometido para evitar el daño que el funcionamiento de la usina causa a los recursos naturales. Perseguida por la policía en un helicóptero, ella logra esquivarla con la ayuda de un primo granjero (Jóhann Sigurðarson); ya de regreso a la capital, como si nada hubiera pasado, reanuda sus actividades docentes.
El guión del realizador escrito con Olafur Egilsson va redoblando el interés del relato cuando esta resuelta activista que por largo tiempo anhela adoptar una criatura se impone que finalmente hay una niña huérfana aguardando en Ucrania y que por ella debe competir con los deseos de su hermana gemela (interpretada igualmente por Geirhardsdòttir). ¿Qué acontecerá de ahí en más? Si bien ese hecho define en cierta forma el sentido del film es mejor no revelar lo que acontece después, excepto anticipar que su imprevisible desenlace es sumamente sagaz y tan inteligente como el resto del relato.
Es interesante destacar la importancia que adquiere la música de David Thor Jonsson, donde el compositor y los instrumentistas aparecen por sí mismos en el relato a la manera de un coro teatral con reminiscencias de las obras de Bertold Brecht.
La muy buena puesta escénica de Erlingsson con los acertados movimientos de cámara que adopta, el ingenioso guión y la vibrante actuación de Geirhadsdóttir como la mujer combativa dispuesta a luchar por la preservación de la belleza natural de Islandia, contribuyen a recomendar sin reserva alguna este original y atractivo film.
TRIPLE FRONTIER. Estados Unidos, 2019. Un film de J.C. Chandor
Con el favorable antecedente de una filmografía integrada por buenos títulos (Margin Call, All is Lost y A Most Violent Year) el director J.C. Chandor retorna con Triple Frontier, un drama de acción moderadamente entretenido.
El punto de arranque resulta interesante en la medida que en principio el guión de Mark Boal reescrito por Chandor parecería considerar el tema de los veteranos de guerra quienes después de haber cumplido la misión militar al regresar a la vida civil son dejados de lado por parte del gobierno; pero rápidamente esa idea queda descartada.
La acción de la primera parte del film transcurre en la zona brasileña aledaña a la triple frontera que vincula a Brasil con Argentina y Paraguay, aunque su filmación ha sido efectuada en Colombia. En un bunker en medio de la selva habita Lorea (Reynaldo Gallegos), un poderoso narcotraficante cuyos compinches generan en la zona un clima de violencia. Con el supuesto propósito de restaurar la situación Pope García (Oscar Isaac), un veterano de guerra americano, reúne a cuatro camaradas (Ben Affleck, Charlie Hunnam, Garrett Hedlund, Pedro Pascal) que habían integrado el operativo de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos, a fin de abatir a Lorea y además apoderarse de los 75 millones de dólares que tiene guardados en su caja fuerte.
¿Hay alguna razón especial para que ex militares participen como bandidos mercenarios en ese asalto? Para los integrantes de este grupo las reticencias morales quedan a un lado cuando la oportunidad se presenta para resarcirse de los coletazos de la guerra que los han dejado sin empleo y en precaria situación financiera. Aquí no se trata de servir a la patria sino lograr el beneficio individual, aunque se trate de un robo.
La primera parte consiste fundamentalmente en lograr el objetivo propuesto contando para ello con la ayuda de la joven Iovanna (Adria Arjona), el contacto local que facilitará la operación; si bien lo que se aprecia despierta interés, la tensión creada es insuficiente para generar el clima dramático necesario.
La segunda mitad consistente en el traslado del botín millonario cuya pesada carga afecta al helicóptero que transporta al grupo atravesando la cordillera andina, cuenta con algunos momentos de suspenso bien logrados aunque el relato se prolonga más de lo necesario.
En esta historia donde se percibe el propósito del realizador en ahondar en sus personajes, los mismos no están profundizados convenientemente; con todo, los actores se desempeñan correctamente, sobresaliendo Isaac y Affleck dada la mayor importancia que adquieren sus roles.
A pesar de no existir el fuego suficiente para generar una mayor excitación, el film de Chandor, con las objeciones mencionadas, es un pasatiempo aceptable sin ser memorable.
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