HABLEMOS DE CINE
HABLEMOS DE CINE
Por Jorge Gutman
Este film ha sido aguardado con impaciencia por haber sido realizado por Quentin Tarantino como así también por la enorme popularidad de sus protagonistas, Leonardo DiCaprio y Brad Pitt. Afortunadamente en Once Upon A Time…in Hollywood, su novena película, Tarantino no defraudó las expectativas ratificando una vez más su solvencia de gran cineasta y uno de los mejores dentro del contexto internacional.
La historia transcurre en 1969 en Los Ángeles presentando a Rick Dalton (DiCaprio), un actor de cowboys en series televisivas que durante cierto tiempo logró el favor del público; sin embargo su popularidad se ha ido desvaneciendo en la medida que este tipo de programas ya no concita la misma atracción. A su lado se encuentra Cliff Booth (Pitt), su mejor amigo, chofer y hombre de confianza quien a la vez es el doble que lo reemplaza en la filmación de acciones riesgosas. Como la industria de Hollywood está en plena mutación, el renombrado y sagaz publicista Martin Schwarzs (Al Pacino) le hace notar a Rick que los tiempos han cambiado y le sugiere que se desplace a Roma donde allí podrá seguir interpretando a vaqueros del oeste dado que en Italia el spaguetti western se halla en pleno apogeo.
El relato que no es precisamente lineal, muestra a Rick habitando en una amplia mansión ubicada en Cielo Drive, Beverly Hills, que se encuentra vecina a la de Roman Polanski (Rafal Zawierucha) y su esposa Sharon Tate (Margot Robbie). En la medida que el personaje de Tate adquiere cierta importancia en el relato, ese hecho crea la intriga de saber cómo se relacionará con los de Rick y Cliff, teniendo en cuenta el mortal golpe que el destino le asestaría. En todo caso, el relato de Tarantino se cuida muy bien de no aludir a su cruel asesinato de agosto de 1969.
Evitando suministrar más detalles sobre cómo continúa la trama, no resulta indiscreto mencionar que una de las mejores escenas del film tiene lugar cuando Cliff se introduce en un amplio desvencijado rancho donde se solían filmar los westerns de antaño y que ahora aloja a una banda de hippies pertenecientes al siniestro clan Manson; ese encuentro produce un enfrentamiento violento generando un clima de considerable tensión.
Esta película, donde el venerado realizador mezcla adecuadamente distintos géneros -comedia pop, drama, western, acción, violencia y suspenso-, constituye un homenaje a la televisión de finales de los años 50 e inicios de la década del 60 como igualmente a un cine que ya no existe más; en tal sentido la gran pasión de Tarantino por el séptimo arte queda evidenciada a través de múltiples referencias cinéfilas; entre las mismas se hallan las vinculadas con los westerns de Sergio Leone y Sergio Corbucci, extractos de filmes alusivos y la participación de actores de ese entonces como Steve McQueen (Damien Lewis), Sam Wanamaker (Nicholas Hammond) y Bruce Lee (Mike Moh).
La interpretación es uno de los factores que valorizan al film; dentro de un multitudinario elenco se destacan Pitt -ofreciendo algunas de las secuencias más graciosas de la historia- así como DiCaprio donde a través de los personajes que ambos componen transmiten la cálida amistad que los une. Igualmente cabe mencionar la excelente reproducción de época donde se evidencia los cambios culturales de ese entonces. No menos importante es la incorporación de casi una veintena de temas musicales de la época utilizados en la banda sonora, como Summertime, Mrs. Robinson y California Dreamin’, ofreciendo al relato un aire de nostalgia muy bien logrado. Finalmente, lo más remarcable es la puesta escénica del realizador y los sabrosos diálogos volcados en su guión; así, a través de un ritmo fluido y dinámico Tarantino deja su impronta en este espectáculo altamente entretenido que complacerá al público que fielmente lo sigue.
THE OTHER STORY. Israel, 2018. Un film de Avi Nesher
Al mencionar a Israel, lo primero que a uno le viene a la mente es el conflicto permanente entre israelíes y palestinos. Sin embargo más allá del aspecto político, existe otro motivo de tensión que late en las entrañas de esta diminuta nación ocasionado por el antagonismo existente entre el sector de la población secular y aquel otro compenetrado con el judaísmo religioso. Este es el apasionante tema que aborda el prestigioso realizador israelí Avi Nesher en The Other Story en el marco de un relato de ficción muy bien construido.
Uno de los personajes es Anat (Joy Rieger) una joven israelí que habiéndose desenvuelto en el mundo de los clubes nocturnos de Tel Aviv ha decidido renunciar a los avatares de la vida moderna y volcarse con total devoción a la fe religiosa; al propio tiempo es su intención de casarse con Shahar (Nathan Goshen), un cantante y letrista de canciones que habiendo sido una popular estrella del rock igualmente ha optado por la ortodoxia estricta sumergiéndose en la Torah. La actitud de Anat contraría profundamente a su abuelo Shlomo (Sasson Gabai) -un psiquiatra y pertinaz ateo- y más aún a su madre Tali (Maya Dagan) que como exitosa mujer de negocios nada quiere saber con la religión. Como consecuencia de lo que acontece Tali que está divorciada de Jonathan (Yuval Segal), quien dejó Israel hace algunos años para vivir en Estados Unidos, junto con Schlomo logran que él retorne al país para que unidos puedan impedir que la boda se efectúe y que Anat retorne a la vida secular.
Paralelamente hay otra historia que se desarrolla. En una tarea asignada por un juez a Schlomo, él le pide a su hijo que es igualmente psiquiatra para que ambos actúen de consejeros a fin de resolver el caso de una pareja que se está divorciando y que se disputa la custodia de su dotado hijito. Sari (Avigail Harari) que dejó el opresivo ambiente ultra ortodoxo de su familia para llevar una vida espiritual de mayor libertad se unió a su marido Rami (Maayan Bloom) con quien tampoco logró ser feliz; es así que ahora está embarcada en un culto feminista pagano destinado a luchar contra el patriarcado vigente; por esa razón el padre del niño teme que si su mujer llega a lograr el cuidado del pequeño, él verá afectado su bienestar al estar influido por su madre.
El guión del realizador y de Noam Shpancer -quien es un prestigioso psicólogo- permite que las dos subtramas se intercalen al entrecruzarse los destinos de dos jóvenes rebeldes mujeres -Anat y Sari- con ideologías religiosas completamente divergentes.
Entre otros aspectos, el film abre paso a la discusión sobre aspectos claves concernientes al significado de la verdad cuando con total convicción cada una de las partes en pugna cree ser dueña de la misma. ¿Resultan más veraces aquéllos que sostienen que el encuentro con Dios se produce a través de la fe religiosa que quienes por el contrario sostienen que la libertad secular es la que permite la total plenitud y realización del ser humano? Evidentemente es muy difícil responder a esta pregunta, si acaso existe una respuesta valedera.
Entre otros aspectos, la temática del film permite meditar hasta dónde los padres tienen el derecho de decidir, interferir y/o modificar el camino emprendido por los hijos. Ciertamente este fascinante tópico a su vez pone a prueba los lazos de familia cuando en su seno no todos coinciden en materia religiosa con el riesgo de crear grietas difíciles de superar.
En resumen, una ágil dirección, un excelente guión nutrido de complejos personajes y un calificado elenco contribuyen a enriquecer este pujante drama familiar.
THE FAREWELL. Estados Unidos-China, 2019. Un film escrito y dirigido por Lulu Wang
Inspirada en situaciones que personalmente vivió, la directora Lulu Wang esbozó una agridulce comedia dramática que infunde amor y ternura.
Difícil resulta expresar la variada gama de emociones experimentadas cuando un entrañable miembro de la familia atraviesa la última etapa de su existencia. Sin embargo Awkwafina, la agraciada joven actriz americana que gratamente impresionó el año pasado en Crazy Rich Adams, lo logra ampliamente en el rol protagónico que le ha sido asignado en The Farewell.
Como Wang lo anticipa en los créditos iniciales, el relato se basa en una verdadera mentira. Awkwafina da vida a Billi, una joven que habiendo dejado China a los 6 años, se radicó con sus padres Haiyan (Tzi Ma) y Jian (Diana Lin) en Brooklyn. Eso no le impide mantener una fluida comunicación con Nai Nai (Zhao Shuzen), su adorada abuela paterna, que vive en Changchun. Cuando a través de Little Nai Nai (Lu Hong), la hermana menor de la abuela,.se llega a saber que la anciana padece de un cáncer terminal al pulmón, del cual no está enterada, la noticia desconsuela tremendamente a Billi. Es así que ella y sus padres deciden viajar a visitarla donde se le pide a Billi, que contrariamente a su deseo, es importante que Nai Nai no sepa cuan gravemente se encuentra. En consecuencia, la joven deberá someterse forzadamente a la blanca mentira porque la verdad contradiría el espíritu de la tradición china de no revelar al paciente la gravedad de su estado.
La excusa para que los familiares cercanos se congreguen por primera vez en 25 años alrededor de Nai Na es la celebración de la boda de Hao Hao (Chen Han) -hijo del hermano de Haiyan (Jiang Yongbo) radicado con su núcleo familiar en Japón—con Aiko (Aoi Mizuhara). Así todo está dispuesto para que los familiares reunidos escondiendo la verdad a Nai Nai manifiesten su alegría frente a ella alrededor de varias comidas realizadas en vísperas del inminente enlace matrimonial.
El relato se complementa con una secuencia de agradables viñetas donde van emergiendo pequeños detalles que denotan las características peculiares de cada uno de los miembros de esta familia. A ello se añaden algunas situaciones cómicas muy bien resueltas contemplando el comportamiento de la carismática Nai Nai; así se la ve disponiendo los detalles de la boda, cuidando que nada falte en cuanto a la comida dispuesta y sobre todo indicando a los novios cómo deben posar para la fotografía principal, pidiéndoles que sonrían y demuestren quererse.
Con todo uno de los tópicos apreciables de esta historia radica en el contraste de los valores tradicionales de la sociedad china que Billi comienza a apreciar con los prevalecientes en la moderna cultura americana donde ella ha sido educada. Es por esa razón que siente una gran frustración ocultando a su venerada abuela lo que le está sucediendo.
A pesar de su sombrío trasfondo Wang evita caer en la trampa de desbordar en un exacerbado melodrama como tampoco en la farsa. Por el contrario, adoptando un bajo perfil la directora equilibra entre sonrisas y penas un delicado film que refleja absoluta autenticidad gracias a la magnífica prestación de los actores que integran su reparto; por la gravitación de sus roles se distinguen tanto Awkwafina- como la veterana actriz china Zhao Shuzen, logrando que sus excelentes actuaciones conquisten al público.
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