El gran peligro de los gases lacrimógenos
El gran peligro de los gases lacrimógenos
Son más preocupantes si se reciben en superficie del ojo
SANTIAGO DE CHILE, 30 NOV – Las bombas irritantes que se usan para dispersar manifestaciones pueden provocar lesiones oculares graves e incluso ceguera, alertó un estudio de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago.
Los doctores Moisés Domínguez y Raúl Mera señalaron que las personas en exposición continua a los gases lacrimógenos pueden sufrir irritación y quemaduras, lo que considera “particularmente preocupante” si el efecto se produce en la superficie del ojo.
Miles de chilenos han sido expuestos a estas sustancias a raíz del estallido social del 18 de octubre. Las manifestaciones populares han sido fuertemente reprimidas por Carabineros mediante la utilización de abundante gas, agua y balines que han dejado a más de 230 personas con lesiones oculares, entre ellas dos que perdieron la visión total. Las bombas tienen solventes que se absorben por la piel y entran por el sistema sanguíneo con grados de toxicidad, lo que puede repercutir en daños al ADN, advirtió Domínguez. “Con daños en el ADN pueden provocarse mutaciones varias y terminar con cáncer, tumores y muchos otros desórdenes bioquímicos”, apuntó. La investigación reconoce que no se conoce la fórmula exacta de las bombas usadas por Carabineros, pero que los compuestos orgánicos comúnmente utilizados son los agentes CR, CN y CS.
“El agente CN puede descomponerse con cierta facilidad en presencia de agua, dando como resultado ácido benzoico (que no es tóxico ni peligroso) y ácido clorhídrico, un ácido fuerte y corrosivo, que en exposición continua puede producir irritación y quemaduras, algo particularmente preocupante si esta hidrólisis del CN se da en la superficie del ojo”, aseveró el informe.
Domínguez detalló que “el ácido clorhídrico es un ácido corrosivo y si entra en contacto con la piel o cualquier tejido, va a quemar y, con el tiempo, destruir dicho tejido. Este ácido es el mismo que se tiene en el estómago para digerir los alimentos, por lo que es relativamente fuerte. Si entra en contacto con los ojos, una persona fácilmente podría quedar ciega”. A su juicio, esto dependerá del tiempo y la cercanía de la persona al momento en que cae la bomba.
El académico describió también que estas bombas tienen solventes que se absorben por la piel y entran por el sistema sanguíneo, con grados de toxicidad. “Además del compuesto irritante mismo, las lacrimógenas utilizan otras sustancias para lograr que el irritante salga a presión y se disperse en el aire. Algunas de estas sustancias pueden ser peligrosas por sí mismas”. Cualquier compuesto que pueda atravesar membranas implica que puede entrar a las células del cuerpo y dañar el ADN. “Con daños en el ADN pueden provocarse mutaciones varias y terminar con cáncer, tumores y muchos otros desórdenes bioquímicos. Hay una razón por la que las células tienen una membrana que impide que muchas sustancias ingresen a ella, pero estas sustancias que se utilizan en los gases lacrimógenos tienen la capacidad de penetrar estas membranas”, observó.
Aunque tradicionalmente se las ha considerado seguras, las pruebas son relativamente pequeñas y aplicadas a “varones jóvenes y sanos (típicamente voluntarios de las fuerzas armadas de EEUU). No se contemplaban niñas, niños, mujeres, adultos mayores, ni personas con problemas de salud previos (tales como asma)”.
Los autores creen que la exposición a compuestos reactivos que atraviesan membranas celulares podría tener varios efectos no específicos, “de consecuencias indeseables”.
“Uno no puede decir que las lacrimógenas nunca pueden usarse, pero estas deben ser, ciertamente, el último recurso de Carabineros, y no el primero como está siendo”, afirmó. “Como no se conocen los efectos, no se sabe lo que puede ocasionar en la población, y como no se sabe lo que puede ocasionar en la población… en mi opinión, es una irresponsabilidad el uso indiscriminado de esta arma química”, concluyó Domínguez.
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