Carlos Ibáñez, de ‘hackear’ para Correa en Ecuador a ayudar a Bartomeu
Carlos Ibáñez, de ‘hackear’ para Correa en Ecuador a ayudar a Bartomeu
El administrador único de I3 Ventures, empresa que contrató el Barcelona y que ha puesto en jaque al presidente, salió en los papeles de Wikileaks
“No somos Snowden”, gritó, en su defensa. Lo dijo con cierta sorna Carlos Ibáñez, socio fundador de I3 Ventures, la empresa que ha puesto en jaque al FC Barcelona y, especialmente, a su presidente, Josep Maria Bartomeu. Fue en la única entrevista que ha concedido tras conocerse el escándalo, en El Matí de Catalunya Ràdio. En ella, como Sabina, lo negó todo. O casi todo. Aparentemente, con idéntico resultado.
Efectivamente, Ibáñez, natural de Uruguay, residente en Barcelona, experto en Big Data y márketing digital, no es Edward Snowden, el consultor tecnológico y exempleado de la CIA que desveló documentos de alto secreto. El empresario se ha visto señalado ya en diferentes ocasiones por utilizar la red con técnicas aparentemente poco ortodoxas. El supuesto interés del Barcelona por maquillar la imagen de Bartomeuaunque fuera dañando a terceros a través de páginas de Facebook y con la promoción de perfiles falsos yfake news no es el primer escándalo que salpica a Carlos Ibáñez. El del Barcelona es solo un capítulo más en el historial de prácticas irregulares de Carlos Ibáñez y sus distintas agencias.
De todas las empresas de las que es administrador único, I3 Ventures es la única que presentó sus cuentas anuales en el Registro de Madrid. Claro que la última vez que lo hizo fue 2017. Sin embargo, no se conoce información económica de Nicestream (la agencia que firma el informe sobre cómo incomodar a Víctor Font, por ejemplo), ni de Eye Watch, ni de NSG Corp, las tres empresas que figuran en el perfil de LinkedIn de Ibáñez y a las que supuestamente se dedica en la actualidad. No consta en la red de contactos profesionales, curiosamente, I3 Ventures, aunque se sabe que su domicilio fiscal, en la madrileña calle Zurbano, es el mismo que el de Nicestream. Todas estas sociedades tienen la misma actividad principal que tuvo en su día Illuminati Lab, de la que Ibáñez fue también socio fundador junto a Gastón Douek, quien registró la empresa en Argentina.
La página web de Illuminati Lab está sin actualizar desde 2016, pocos años después de verse envuelta en negocios controvertidos. Dedicada a “crear estrategias inteligentes, innovadoras e inspiradas para gobiernos y elecciones”, según la descripción de su propio sitio, fue la representante exclusiva de la Secretaría Nacional de Inteligencia de Ecuador para la“demostración, evaluación y contratación de los servicios que presta la empresa Hacking Team”, una compañía tecnológica italiana denunciada por Wikileaks por vender a múltiples gobiernos y empresas el software de espionaje Da Vinci.
No fue esta la única relación laboral que tuvo Ibáñez con el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, del que cobró supuestamente más de seis millones de euros –también presumió en su intervención radiofónica de haber asesorado a José Mujica, presidente de Uruguay–. A través de su marca Eye Watch trabajó para hackear páginas de internet que sustentaban contenido crítico con el gobierno de Correa, además se encargó de atacar la imagen de Galo Lara, el principal opositor del dirigente ecuatoriano. El gran éxito de Eye Watch, presentado en un informe similar a los que se han publicado recientemente con el sello del Barça, fue el de la denominada Operación Walkiria. Su objetivo era bloquear y hacer caer la página Bananaleaks, un azote para Correa, y sus cuentas asociadas. “El sitio fue tirado”, señala el dossier en cuestión.
En otro informe de Illuminati Lab se especifica cómo trabajan y a qué se dedican. Bajo el lema “Social Media Intelligence” (término que se repite en el informe sobre el Barcelona), la casa presenta sus estrategias para moderar la información, influenciar y desactivar con bots, lo que entraría en conflicto con las declaraciones del propio Ibáñez en Catalunya Ràdio, donde negaba trabajar con bots –perfiles falsos o robados– ni otro tipo de “usuarios anómalos”. En el citado informe se explica que uno de los servicios que ofrecen es el de Intervención Ciudadana. Consiste en el uso de lemmings –identidades múltiples– “que permiten intervenir en todo tipo de redes sociales ya sea emulando comportamientos ciudadanos o emitiendo opiniones sobre los tópicos”.
En sus declaraciones recientes, Ibáñez negó que el informe que se filtró sobre cómo dañar la imagen de Víctor Font, futurible aspirante a la presidencia del Barcelona, hubiera salido de su empresa. Si bien el estilo del dossier es muy similar a los citados más arriba, como también lo es aquel sobre el monitoreo realizado para el Barça (extremo que sí reconoció el presidente Bartomeu) y el seguimiento de las páginas no oficiales de Facebook, de las que Ibáñez dijo no ser el autor, aunque sí sea el propietario, al menos, de una de ellas.
Multiplicar por 14 la cifra de negocio
I3 Ventures se constituyó en el año 2015, su administrador único es Ibáñez y, según las últimas cuentas anuales de la empresa que se conocen, que datan del 2017, su cifra de negocio se multiplicó por 14 entre 2016 (104.886,84 euros) y 2017, el año en el que firmó el primer acuerdo con el Barcelona y cuando superó el millón de euros (1.513.437,70 euros, concretamente). Ese curso sus beneficios ascendieron a 292.313,21 euros; el año anterior lo cerró en negativo.
La relación contractual entre el Barcelona e I3 Ventures se inició en noviembre de 2017 y estaba previsto (hasta que Bartomeu dio la orden de romper el contrato) que su colaboración se prolongara hasta el 2021 –así lo han confirmado las partes– a razón de 198.000 euros por año, según admitió el proveedor azulgrana en la citada entrevista este jueves, lo que hubiera supuesto un desembolso de 990.000 euros para el Barça.
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