México vuelve a cerrar las playas
México vuelve a cerrar las playas

Vista aérea de un Cáncún desolado. Cierre de playas en México por rebrotes.
En dos tercios del país se volvió obligatorio el uso de barbijos
CIUDAD DE MÉXICO, 19 JUL – El fin del confinamiento en algunos de los paraísos turísticos de México hace tres semanas apareció como una idea equivocada y por ello el gobierno federal decidió dar reversa y decretar nuevamente la cuarentena en estados de playa del país.
En ciudades veraniegas famosas y tradicionales como Acapulco (sur), Cancún (sureste) y Los Cabos (noroeste) se presentaron rebrotes de coronavirus que llevaron a las autoridades a cambiar el semáforo “naranja” (alerta media) a “rojo” (alerta máxima).
Además, en 21 estados (dos tercios del país), las autoridades locales decretaron la obligación de usar barbijos principalmente en el transporte público.
Cuando el conteo de muertes y contagios sigue su inexorable marcha, al ritmo del 2% en promedio por día, en el segundo país con mayor cifra de fatalidades en América Latina, con 331.289 casos y 38.310 fallecimientos, 9 de los 32 estados del país retrocedieron en el proceso de desescalada.
El zar antipandemia, Hugo López-Gatell anunció que algunas de las provincias donde se dio marcha atrás en el desconfinamiento son aquellos con populares destinos turísticos como Baja California Sur (Los Cabos), Quintana Roo (Cancún y la Riviera Maya), Oaxaca (Huatulco) y Jalisco (Puerto Vallarta).
José Luis Alomía, director general de Epidemiología del ministerio de Salud, señaló que en Guerrero, que se mantiene en “rojo”, había “alcanzado una estabilización en la velocidad de los contagios”.
Sin embargo, en las dos últimas semanas se elevaron otra vez los casos, con un crecimiento del 7%, aunque las muertes van en descenso.
En Acapulco parecía que se había logrado un descenso en la transmisión del virus, pero en las dos últimas semanas superó su pico anterior.
“Aquí, prácticamente, estamos viendo la figura de lo que representa un rebrote”, señaló preocupado el funcionario.
Como un símbolo de que las cosas no marchan como se esperaba, el propio gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, anunció que él mismo había contraído el coronavirus.
La cara visible de la respuesta de la autoridad federal contra la peste, Gómez-Gatell, mantiene fricciones con algunos gobernadores, descontentos por la decisión de incluir a sus estados en “rojo” y estropear sus planes de reanudación de actividades.
“Hay cosas que no tienen remedio. López Gatell sigue en su agenda política. Sus caprichos ya le costaron muchas vidas a México. No entiende que la pandemia es un asunto serio.
Avanzamos un paso y él se encarga de echar de nuevo todo a perder”, señaló por Twitter el gobernador de Jalisco (occidente), Enrique Alfaro.
Alfaro es conocido como liderar a un grupo de gobernadores rebeldes que se han puesto en contra de algunas medidas del gobierno federal para combatir la crisis sanitaria.
Por ahora, 14 estados (incluida la capital) fueron declarados en “naranja” y 18 en “rojo”, lo que supone pocos cambios respecto a las dos semanas previas.
Hasta ahora no hay ningún estado que haya pasado al “amarillo” y se ve lejano que alguno llegue al “verde”, que representa el desconfinamiento total.
La buena noticia es que en la capital y su vecino el Estado de México, el principal epicentro de la pandemia, las hospitalizaciones y fallecimientos se reducen a un ritmo del 2% por día, con algunos altibajos, desde hace varias jornadas, aunque la curva se aplana muy lentamente.
No obstante, algunos estados del país registran alzas en contagios y muertes y se dirigen a su fase crítica, como Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León, Jalisco (occidente), Tabasco (sureste) y Baja California Sur (noroeste).
La muerte de al menos cinco alcaldes en algunos estados por coronavirus en los últimos 10 días ha sido interpretada como una señal de que la epidemia está aún lejos de llegar a su fase final.
El caso más dramático fue el de Fernando Bautista, intendente de San Juan Bautista Tuxtepec, la segunda ciudad en importancia del estado sureño de Oaxaca, después de la capital provincial, quien estuvo internado en un hospital durante 20 días.
Las muertes de estos funcionarios han hecho que muchos habitantes de zonas pobres y sobre todo indígenas de estos estados cambien su percepción muy extendida de que “el coronavirus no existe”.

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