SI LO HACE BIEN, EL DEPORTE CON EL FRÍO FUNCIONA
SI LO HACE BIEN, EL DEPORTE CON EL FRÍO FUNCIONA
Por Fernando Umbides. Buenos Aires, Argentina
Si su elección fue dejar de hacer ejercicio y quedarse calentito en casa mirando películas, no por contradecirlo, pero el invierno es el mejor momento para hacer ejercicios y deportes. Lo dice la ciencia y desde hace mucho. Un informe realizado en la Universidad de Essex (Reino Unido) en 2012 afirma que los beneficios de la actividad física son mayores si la practicamos al aire libre, en un entorno natural y respirando aire limpio. Según los expertos, correr por caminos naturales es mejor ejercicio para las extremidades (por los cambios de dirección y los desniveles del terreno) que hacerlo sobre una cinta en el gimnasio. A los beneficios de poner el cuerpo en movimiento se añade una reconfortante sensación de libertad imposible de conseguir en espacios interiores que además predispone a las relaciones sociales, aumenta la autoestima y mejora el estado de ánimo.
Ahora bien, en pleno invierno usted se plantea si de verdad es saludable salir a hacer running, pedalear o esquiar con temperaturas bajo cero o casi. También. Es más, hacerlo en estas condiciones ‘tan fresquitas’ le reportará incluso más beneficios que hacerlo con calor. Alguno tips a tener en cuenta.
Mejorará su rendimiento físico. Sí, pero ojo: antes de ponerse en marcha deberá realizar un precalentamiento para evitar posibles lesiones y promover la eficiencia metabólica. En caso contrario, el frío podría provocarle molestias musculares muy dolorosas, además de impedir que rinda bien. Tomadas todas las precauciones, la práctica de deporte con frío mejorará nuestra forma física. La razón: “Para tolerar la falta de calor y el ejercicio nuestro organismo tiene que ‘adaptarse’. Estas adaptaciones le hacen más fuerte y mejoran su condición en muchos aspectos: aumenta la capacidad cardiaca, se incrementan los litros totales de sangre y los litros de aire por minuto que somos capaces de respirar a alta intensidad de ejercicio, además de que crecen las células musculares”. Así, en los siguientes entrenamientos estas condiciones adversas supondrán menos estrés para nuestro cuerpo, porque estará mucho más preparado para afrontarlas.
Estará mejor hidratado. Uno de los mayores peligros de practicar deporte en verano es la deshidratación, un cuadro con muchas menos probabilidades de presentarse durante el invierno, ya que perdemos menos agua a través del sudor.
Cuidados. Resulta imprescindible tomar ciertas precauciones. Por un lado la importancia de proteger la cabeza y el cuello, que es por donde más calor perdemos –hasta el 50%– y cuidar las partes más distales –alejadas del centro– del cuerpo, como los pies y las manos, con mayor tendencia a la congelación.
El ideal es vestirse en tres capas: la primera debe ser hidrófuga, es decir, que expulse el sudor para que no nos quedemos fríos, pero “Nada de Algodón”, absorbe el sudor y nos deja húmedos. La segunda debe ser térmica. “Actualmente hay tejidos sintéticos térmicos muy transpirables, con escaso peso y grosor, que protegen muy bien de las inclemencias del tiempo. La última prenda debe ser cortavientos, impermeable y transpirable. Y, por supuesto, justo después de hacer deporte debemos abrigarnos bien, aunque tengamos calor, para evitar quedarnos fríos” es mi consejo.
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