THE FATHER. Gran Bretaña-Francia. Un film de Florian Zeller. 97 minutos
THE FATHER. Gran Bretaña-Francia. Un film de Florian Zeller. 97 minutos
Por Jorge Gutman
Habiendo sido elogiado como escritor, Florian Zeller también ha logrado gran éxito como dramaturgo; así su obra The Truth (2017) obtuvo el premio Olivier como mejor comedia, pero previamente The Father (2012) ha sido aplaudida al exponer con gran lucidez un drama psicológico sobre la demencia senil. Es precisamente esta pieza la que su autor decidió trasladarla al cine. Ubicándose por primera vez detrás de la cámara, Zeller obtiene un óptimo resultado; eso es debido a su habilidad de haber logrado que el film oculte parcialmente su origen teatral y además por haber contado con las excepcionales actuaciones de Anthony Hopkins y Olivia Colman.
El muy buen guión preparado por el realizador juntamente con el renombrado dramaturgo británico Christopher Hampton, introduce en las primeras imágenes al octogenario Anthony (Hopkins) en su piso londinense; a través de su rostro y mirada denota haber perdido la memoria por lo que necesita del cuidado de alguien que lo atienda. Al ser visitado por su devota hija Anne (Colman), ella se muestra frustrada porque las personas empleadas para cuidarlo dejaron de hacerlo debido a su difícil carácter como enfermo. De allí que a pesar de su insistencia de que él puede manejarse por sí mismo, su hija ha contratado a Laura (Imogen Poots) una nueva enfermera, donde en principio parece que todo podrá marchar bien. Asimismo, Anne le hace saber que ella se mudará a París con su pareja y que vendrá a visitarlo durante los fines de semana; de allí la importancia de que en su ausencia él sea debidamente supervisado por Laura.
Este drama se distingue de otros que el cine ha tratado sobre el mismo tópico en la medida que en su mayor parte enfoca la visión de lo que acontece en la mente de Anthony. Teniendo en cuenta los problemas del anciano en su percepción del tiempo y del espacio así como en su pérdida parcial de las habilidades cognitivas, la trama cede espacio a un verdadero crucigrama psicológico ya que no se puede afirmar con certeza si lo que él avizora es real o producto de su imaginación. Precisamente en esa ambigüedad reside uno de los aspectos más cautivantes de esta historia a fin de que el espectador lo dilucide por sí mismo.
Lo más importante de este film es que permite que uno se sumerja en la psiquis de Anthony y pueda cabalmente captar su desorientación así como la desolación que lo invade. La caracterización que Hopkins efectúa de este personaje es absolutamente fascinante; si bien a lo largo de su fructífera carrera ha logrado maravillar al público, aquí se supera a sí mismo como el atiborrado y vulnerable padre que con inusitado realismo va atravesando por diferentes estados emocionales hasta culminar en una antológica escena final.
Aunque Colman ya ha dado sobradas muestras de su calidad de intérprete, aquí nuevamente reafirma sus condiciones como la querida hija que a través de su expresión facial no puede ocultar su pena al comprobar cómo su progenitor va perdiendo sus facultades mentales; la total autenticidad con que ella se apropia de su personaje motiva a que la audiencia olvide que está contemplando a una actriz. En papeles de apoyo además de Poots igualmente se destacan Rufus Sewell, Olivia Williams y Mark Gatiss.
Como un personaje invisible del film es la acertada música del compositor italiano Ludovico Einaudi quien a través de la banda sonora incluye dos hermosos temas del arte lírico; uno de los mismos es el aria Casta Diva de la ópera Norma de Bellini y el otro Je crois entendre encore de la ópera Les Pécheurs de Perles de Georges Bizet.
Sin recurrir a golpes bajos, Zeller ofrece un impecable a la vez que angustioso cuadro exponiendo cómo un ser humano puede desintegrarse cuando su lucidez va desapareciendo. Con su impecable puesta escénica, este film constituye un excelente antecedente para el novel cineasta.
Por sus indiscutibles méritos, The Father ha sido nominado por la Academia de Hollywood para los premios Oscar 2021 en 6 categorías: mejor film, mejor actor (Hopkins), mejor actriz de reparto (Colman), mejor guión adaptado (Zeller y Hampton), mejor edición (Yorgos Lamprinos) y mejor diseño de producción (Peter Francis y Cathy Featherstone)
EFFACER L’HISTORIQUE. Francia-Bélgica, 2020. Un film escrito y dirgido por Benoît Delépine y Gustave Kervern. 110 minutos
El desafío enfrentado por tres personas de mediana edad pertenecientes a las generaciones precedentes a la de la era digital es enfocado por los directores Benoît Delépine y Gustave Kervern en esta comedia que adoptando el tono del absurdo nunca termina de cuajar.
La acción se desarrolla en los suburbios de una ciudad provincial de Francia donde uno de los personajes es Marie (Blanche Gardin), una mujer adicta a la bebida que se halla abandonada por su marido y su hijo de 15 años (Lucas Mondher). Su rutina se ve alterada cuando un chantajista (Vincent Lacoste) que la filmó en una comprometedora relación sexual le exige una importante suma de dinero a fin de que el video no llegue a difundirse a través de la red; es así que ella está urgida en hallar una vía para impedirlo, sobre todo para que su vástago no llegue a enterarse del incidente. Otro de los personajes es Bertrand (Denis Podalydès), un hombre viudo y vecino de Marie, cuya máxima preocupación es que su hija adolescente (Clementine Peyricot) no siga siendo víctima del acoso cibernético; eso lo impulsa a buscar una solución para protegerla. Finalmente está Christine (Corinne Masiero), otra vecina de la zona que es conductora de taxi Uber y está alienada por su adicción a las series televisivas, lo que le produce un bajo rating en la evaluación de sus clientes y finalmente es despedida por su empleador. De allí en más, los tres vecinos se unen a fin de emprender una guerra contra los gigantes de la tecnología, previo contacto con un hacker que se autodenomina “Dios” (Bouli Lanners).
Si bien en su primera mitad el film ofrece algunos gags aceptables, las situaciones absurdas que se van sucediendo no se traducen en una sátira que logre impactar; eso se debe en parte a una narración superficial unido a que sus personajes, bordeando la caricatura, no alcanzan a crear una empatía en su intento de no seguir sometidos a la esclavitud de la tecnología digital. No obstante la presencia de buenos actores, la premisa de este relato se malogra por el endeble guión originando un deslucido sitcom televisivo.
LA NUIT DES ROIS / NIGHT OF THE KINGS. Costa de Marfil-Francia-Canadá-Senegal, /2020.
Un film escrito y dirigido por Philippe Lacȏte. 93 minutos.
Este original film sumerge al espectador en algunos aspectos de las costumbres imperantes en Costa de Marfil. El director y guionista Philippe Lacȏte centraliza la acción en MACA, el centro penitenciario más grande del país y que según uno de sus personajes es la única cárcel del mundo gobernada por sus prisioneros. En esta historia donde los guardianes solamente se limitan a custodiar, es Barbe Noire (Steve Tientcheu) el “supremo jefe” encarcelado que dirige la prisión; debido al deterioro de su salud, su autoridad es disputada por el convicto Lass (Abdul Karim Konate) quien apoyado por sus compinches aspira a ocupar su puesto.
Para seguir manteniendo su cargo Barbe Noire renueva la tradición oral africana mediante un ritual que consiste en obligar a un prisionero a contar una historia durante el transcurso de una noche; es así que Roman (Bakari Koné), un joven carterista recién ingresado a la prisión, para evitar que lo maten se convierte en el cuentista que, a la manera de la famosa princesa Scherezade de Las Mil y Una Noches, se ve forzado a imaginar un relato que deberá durar desde las horas nocturnas hasta el amanecer.
La novela que el convicto narra se refiere a un acontecimiento realmente acontecido con Zama King; él es el joven jefe de una banda criminal de los barrios desfavorecidos de Abidján que cuando deja de ser popular es brutalmente linchado y asesinado. A través del relato la historia de Roman va adquiriendo un aura mágica; así, los prisioneros comienzan a actuar de manera improvisada dando vida a los personajes del cuento quienes con sus contorsiones, movimientos, bailes y cantos a capella generan una visión poética e iluminadora que embellece a esta imaginativa fábula donde la realidad se entremezcla con la fantasía.
NOTTURNO. Italia-Francia-Alemania, 2020. Un documental escrito y dirigido por Gianfranco Rosi. 100 minutos. Disponible en la plataforma digital.tiff.net
Después de haber obtenido en 2016 el Oso de Oro en el festival de Berlín con Fuocoammare, considerando la situación de desesperados migrantes del norte de África que tratan de llegar a la isla de Lampedusa en procura de libertad, Gianfranco Rosi retorna con Notturno (Italia-Francia-Alemania); en este documental filmado en las fronteras de Iraq, Siria, Kurdistán y El Líbano durante un período de 3 años, el realizador intenta reflejar los diferentes sentimientos que experimenta la gente que vive y sufre el horror de los conflictos bélicos que azotan a esa región.
Eludiendo la narración en off, el tratamiento empleado se limita a presentar una serie de viñetas sin que se mencione específicamente el lugar donde transcurre. Entre las variadas escenas se puede observar a madres que lloran por la muerte de sus hijos asesinados, un pescador navegando con su bote mientras resuenan los estruendos de bombardeos, dos jinetes galopando a través de calles semivacías, un cantante callejero vestido por su mujer antes de dejar su hogar cantando para Allah, así como un huérfano adolescente que se gana la vida como asistente de cazadores furtivos. Si bien todo ello está expuesto en bellísimas imágenes, el director no ofrece explicación alguna dejando que el público extraiga sus propias conclusiones.
En ese contexto existen dos especiales momentos que proveen considerable emoción. Uno de ellos transcurre en un hospital psiquiátrico donde sus pacientes ensayan una obra escrita por un doctor con temas vinculados a los problemas que afligen a la región. Más importante aún es contemplar a niños que habiendo sufrido la violencia del ISIS expresan sus emociones a través de sus dibujos.
Globalmente analizado, el director ha realizado un film contemplativo captando la vida cotidiana en ese dificultoso lugar del mundo; aunque esa ilustración carece de la envergadura dramática necesaria para gravitar con mayor intensidad, de todos modos el trabajo emprendido por Rosi es loable ofreciendo un documental bien filmado que despierta interés y que por lo tanto amerita su visión
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