CHARLIE CHAPLIN, LE GÉNIE DE LA LIBERTÉ. Francia, 2020. Un film de Yves Jeuland. 145 minutos
CHARLIE CHAPLIN, LE GÉNIE DE LA LIBERTÉ. Francia, 2020. Un film de Yves Jeuland. 145 minutos
Por Jorge Gutman
FIFA
A lo largo de casi cuatro décadas los cinéfilos de Montreal han tenido oportunidad de disfrutar con el Festival Internacional del Film sobre Arte (FIFA) que como su nombre lo indica tiene como propósito difundir la creación artística en sus diversas manifestaciones a través de valiosos documentales.
Debido a la pandemia que afecta al mundo, tanto en 2020 como en la 39ª edición de este año, salvo dos películas presentadas en sala -Being Spring (China) y Comme una vague/Big Giant Wave (Canadá)- la casi mayoría de los 249 títulos que integran la muestra son ofrecidos en línea para todo Canadá. Los lectores interesados en tener acceso a los filmes programados pueden hacerlo acudiendo a las plataformas digitales: lefifa.com y arts.film
He aquí el comentario de tres de los títulos exhibidos vinculados con el arte del cine.
CHARLIE CHAPLIN, LE GÉNIE DE LA LIBERTÉ. Francia, 2020. Un film de Yves Jeuland. 145 minutos
Con más de 30 notables documentales realizados, el director Yves Jeuland retorna ahora con un excepcional trabajo dedicado al genial Charles Chaplin efectuado para la televisión de Francia. El guión de Jeuland y François Aymé, permite seguir el trayecto de Chaplin (1889-1977) desde sus humildes orígenes en Inglaterra hasta su deceso en Suiza, con especial énfasis a su invaluable labor profesional.
A diferencia de otros documentales aquí no hay ninguna persona entrevistada dado que lo exhibido es nutrido por un extraordinario material de archivo proveniente del cine y la televisión como asimismo extractos de filmación privados pertenecientes a la familia del actor. Más allá de una mera recopilación es importante destacar el esfuerzo realizado por sus autores que implicó aproximadamente 3 años de trabajo y casi un año de edición realizado de manera remarcable por la montajista Sylvie Bourget. Consecuentemente, el espectador acompañado por la voz humana en off del actor Mathieu Amalric es guiado a través del desarrollo de este magnífico documental.
Entre los aspectos salientes de los archivos se destaca sus comienzos a temprana edad en los music-halls de Londres, su paso por París y posteriormente llegada a Estados Unidos en 1910. En pleno auge del cine mudo comenzó su actuación en numerosos cortos utilizando en todos ellos el emblemático personaje del pobre vagabundo Charlot -su alter ego- con su clásico sombrero y bastón que habría de acompañarlo por más de dos décadas. Con su popularidad conquistada en dichos cortos, llega el momento en que desea lograr su independencia y aprovechar al máximo su creatividad de artista sin restricción de ninguna índole; es así que en 1919 funda la compañía United Artists junto con la popular actriz Mary Pickford, el célebre realizador D.W. Griffith y el actor y director Douglas Fairbanks quien fue su gran amigo.
Después de The Kid (El Pibe, 1921), el primer conmovedor largometraje que lanzó a la fama al actor infantil Jackie Coogan, para Chaplin el cielo es el único límite. Como notoria celebridad de Hollywood y del cine mundial dirige y actúa en su obra maestra The Gold Rush (La Quimera del Oro, 1925) en donde el documental resalta la inolvidable escena en que el errabundo Charlot, acuciado por el hambre prepara como plato de comida su propio zapato. Resistiéndose al advenimiento del cine sonoro sigue centrándose en el mudo con la filmación de la tierna comedia sentimental Limelight (Luces de la Ciudad, 1931), otro de sus grandes éxitos. Después de un año y medio de estancia en Europa donde es recibido como estrella mundial retorna a Hollywood para ofrecer Modern Times (Tiempos Moderno, 1936); en ese film Chaplin alude a las diferencias de clases, mostrando a su irresistible personaje como un instrumento del maquinismo industrial convertido en robot a través de la producción en serie.
La difícil situación política que sacude a Europa con el advenimiento del nazismo, le sirve de inspiración para preparar el guión de The Great Dictator (El Gran Dictador) que lo completa el 10 de noviembre de 1938, el día siguiente al de la “Noche de los Cristales Rotos” donde el aberrante antisemitismo vigente en Alemania se hace sentir en toda su dimensión; es así que su visionaria película estrenada en 1940 y la primera que realiza para el cine sonoro constituye una despiadada crítica de Hitler y de todas las dictaduras en general; a pesar de que el film recibió múltiples nominaciones de la Academia de Hollywood, Chaplin fue distinguido en 1941 con un solo Oscar atribuido al Mejor Guión Original.
Cuatro filmes adicionales seguirían entre los finales de la década del 40 y la del 50 donde el título más destacado es Limelight (Candilejas, 1952); en el mismo el prodigioso cineasta narra la historia de un payaso y una bailarina cuyas vidas se cruzan descubriendo que a través de la mutua ayuda subyace el amor que sienten el uno por el otro.
El documental igualmente alude a las acusaciones de comunista de que fue objeto Chaplin por simpatizar con los rusos lo que motivó que en 1947 el Comité de Actividades Antiamericanas comenzara su cacería de brujas a fin de que fuese deportado. Cuando en 1952 parte rumbo a Inglaterra, donde es recibido con todos los honores, el FBI logró que le sea quitado el permiso de residencia americana; solamente logra retornar en 1972 mediante un visado de sólo 10 días para recibir el Oscar Honorífico por la trayectoria de su brillante carrera. Si bien el documental ofrece numerosas escenas conmovedoras, sus últimos 15 minutos contribuyen para que al final de su visión uno quede profundamente emocionado.
Gracias a la calidad de la escritura, a la selección del material en donde participó asimismo la documentalista Aude Vasallo y a su extraordinario montaje, éste es uno de los mejores documentales que se haya realizado en los últimos años. Aunque gran parte de los cinéfilos conoce la mayoría de la filmografía de Chaplin, el trabajo de Jeuland y Ayme constituye un más que merecido tributo a esta icónica personalidad que como director, actor, guionista y compositor musical a través de la magia del séptimo arte supo ofrecer obras de gran humanidad así como de penetrante contenido social.
BABENCO: TELL ME WHEN I DIE. Brasil, 2019. Un film de Barbara Paz. 73 minutos.
Haciendo su debut como realizadora, Bárbara Paz -la viuda de Héctor Babenco- ofrece un emotivo documental dedicado a la trayectoria del director argentino-brasileño. Cuando muy enfermo y presintiendo su inminente muerte Babenco le dice “Yo ya he vivido mi muerte y ahora lo que resta es hacer un film sobre eso”, la documentalista satisface su deseo mediante este logrado film.
Ciertamente uno de los más importantes realizadores de América Latina, Babenco a los 38 años (1984) fue diagnosticado de cáncer linfático por parte de su amigo y oncólogo Dr. Drauzio Varella. Su pronóstico de vida era de escasos meses pero el destino dispuso de otro modo permitiendo que su enfermedad se prolongara por más de tres décadas. Es así que Paz aborda el documental exponiendo las facetas de una persona que enfrentando su mortalidad transmite sus miedos, ansiedades y fundamentalmente su deseo de no interrumpir su trabajo para el cine que para él constituyó la medicina más importante para alargar su vida hasta el momento en que en 2016 la muerte asomó en su puerta.
A través de extractos filmados el documental lo exhibe en su infancia en Mar del Plata, la ciudad donde nació. Perteneciendo a una familia judía, Babenco manifiesta que a los 17 años decide dejar Argentina debido al antisemitismo imperante para residir en Brasil; en ese devenir no oculta el problema de identidad que debe afrontar cuando en el país anfitrión se lo considera argentino, en tanto que en Argentina se lo supone brasileño.
Pasando revista a su filmografía, Paz ilustra algunas escenas con clips de sus filmes incluyendo entre otros a Pixote (1981), su primer gran triunfo en donde con un tono documental denunciando la injusticia social, el cineasta expone a la juventud delincuente de Brasil y la forma en que es utilizada por la policía corrupta para cometer delitos. Su consagración internacional la obtiene con El Beso de la Mujer Araña (1985), basada en la célebre novela de Manuel Puig, cuyo traslado a la pantalla le cupo ser nominado como mejor director por la Academia de Hollywood y que le valió a William Hurt el premio al mejor actor. No menos importante ha sido Carandirú (2003), basado en el libro del doctor Varella, cuyo título se refiere al tristemente célebre centro de detención de San Pablo que fue demolido en 2002.
Paz igualmente presenta a su esposo en los tratamientos recibidos tanto en el hospital como en su domicilio y aunque se lo ve como al típico paciente postrado débilmente después de las sesiones de quimioterapia, en esas escenas la directora evita tener compasión de su esposo sino por el contrario destaca su ímpetu para seguir filmando; en tal sentido su póstumo film Mi Amigo Hindú (2015) muestra al personaje interpretado por Willem Dafoe como su alter ego: un director de cine próximo a morir.
Magníficamente filmado en blanco y negro y sin sentimentalismo alguno, Paz ofrece un íntimo retrato de un hombre desnudando su alma, que a pesar de su máxima fragilidad física no claudica su pasión por el cine hasta exhalar el último respiro. Este conmovedor film ha sido premiado como mejor documental en el Festival de Venecia de 2019 en ocasión de su estreno mundial.
FELLINI NEVER ENDING (Fellini Fine Mai). Italia 2019. Un documental escrito y dirigido por Eugenio Cappuccio. 80 minutos.
Conmemorando el centenario del nacimiento de Federico Fellini (1920-1993), el realizador Eugenio Cappuccio decidió homenajear a su gran maestro con este documental. Habiendo comenzado a trabajar como su asistente en Ginger y Fred (1986) con Giulietta Massina y Marcello Mastroianni, el documentalista ofrece un retrato del gran realizador italiano con resultados mixtos.
En su primera parte se asiste a un recuento de las películas más importantes de su carrera con especiales referencias a I Vitelloni (1953), Amarcord (1973) basada en Rimini, su ciudad natal, una entrevista realizada a Fellini en el set de filmación de E La Nave Va (1983) e introduciendo algunas escenas de Le notti di Cabiria (1957) y La città delle donne (1980) . En esa revisión Cappuccio se vale de material de archivo así como del testimonio de varios de los colaboradores y amigos de Fellini, incluyendo entre otros a Sergio Rubini, Daniela Barbiani, Ferruccio Castronuovo, Andrea de Carlo, Vincenzo Mollica, Gianfranco Angelucci y a su sobrina Francesca Fabbri Fellini.
En esencia, esta reseña efectuada por Cappuccio no ofrece nada nuevo de lo que ya se ha visto en otras ocasiones; en ese aspecto es más exhaustivo el excelente documental franco-italiano Fellini, Je suis un grand menteur (2002) de Damian Pettigrew donde queda resaltada la excepcional filmografía de Fellini así como sus métodos poco ortodoxos de trabajo, su singular maestría estética y características de su personalidad.
Es en la segunda mitad de este documental donde el realizador ofrece aspectos poco conocidos de Fellini vinculados con ciertos proyectos fílmicos que no se concretaron. En la entrevista que Cappuccio realiza al dibujante e ilustrador italiano Milo Manra -que mereció el respeto de Fellini- él explica porqué la ilustración de su cuento sobre un viaje a Tulum no pudo implementarse en un film. La película también se refiere al encuentro que Fellini deseaba mantener con el autor peruano Carlos Castañeda después de haber leído con gran entusiasmo su libro Las Enseñanzas de Don Juan que deseaba filmar y que tampoco se pudo concretar. Otro proyecto malogrado ha sido el del film que habría de llamarse El Viaje de G. Mastorna, basado en una historia surrealista.
Globalmente considerado, la figura de Fellini siempre interesa pero en este caso el documental no logra suscitar un entusiasmo mayor; de todos modos, constituye un honesto homenaje de Capuccio al remarcable cineasta destacando además de su remarcable creatividad artística, sus apreciables cualidades humanas.
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