El Rincón del Profe
El Rincón del Profe
Por Fernando Umbides. Buenos Aires, Argentina
NUTRICIÓN Y EJERCICO FÍSICO SEGÚN LA EDAD (2da entrega)
Continuando con la entrega anterior, hoy nos detendremos en dos nuevas etapas de la vida, donde de acuerdo a las mismas, debemos ajustar la energía que ingerimos.
A LOS 30 AÑOS
Al cumplir los 30 empieza a haber una preocupación por la salud porque debutan algunos signos de envejecimiento (como las arrugas o la caída del pelo). Lo positivo es que la gente va concienciándose de que hay que cuidarse. Precisamente por eso hay menos prevalencia de obesidad en esta etapa de la vida. Por otro lado, los hábitos que no se modifican en esta etapa costará mucho modificarlos en el futuro.
Nutricionalmente, el principal consejo es alejarse de la comida rápida o basura y consumir productos naturales en lugar de procesados. Hay que ingerir algo más de proteínas, comiendo más carne blanca y magra (sin grasa), leche, pescados azules y huevos.
A los 30 se inicia la pérdida de masa muscular de manera suave, reduciendo la fuerza. Como añadido, en las mujeres empieza a aparecer la osteopenia. De ahí la importancia de empezar a hacer ejercicio físico (cardiovascular, por ejemplo) dejando el deporte poco a poco. “Obligatoriamente tienen que practicar ejercicios que trabajen la fuerza de la masa muscular, como sentadillas, zancadas y empujes (o flexiones) contra la pared y el suelo.
A LOS 40 AÑOS
En la década de los 40 años en la mujer aparece la menopausia y los problemas derivados del cambio hormonal que supone. En función del estado de cada fémina, tendrá que llevar a cabo un cambio nutricional, incorporando el calcio a su dieta. Las mujeres con osteopenia no asimilan bien el calcio porque no tienen suficiente vitamina D3. Esta vitamina, además de estar presente en algunos alimentos, se encuentra en el sol. Por eso se recomienda hacer ejercicio al aire libre. Si no es posible, hay que empezar a tomar suplementos de vitamina D.
Asimismo, hay que hacer ejercicios que fortalezcan para los huesos. Un buen ejemplo son los saltos. Lo ideal es correr, hacer ejercicios con step, hacer pequeñas sentadillas con salto o zancadas también con salto”. Algo que, en general, se desconoce es que a partir de esta edad la mujer tiene que ir reduciendo los ejercicios cardiovasculares, ya que su exceso conlleva una pérdida de masa muscular y ósea. Por ejemplo, se pueden hacer 3 o 4 días de ejercicios de fuerza a la semana y 1 o 2 de cardiovascular.
En el hombre, que a estas edades nota ya la andropausia por la bajada de testosterona, es “importantísimo trabajar la fuerza muscular, suponiendo el 80 por ciento del ejercicio que practique. El resto debe ser cardiovascular”.
Siguiendo con la nutrición para hombres y mujeres, se aconseja subir un punto más el consumo de proteínas. En concreto, en cada década de la vida hay que incrementar entre 0,2 y 0,4 gramos por cada kilogramo de peso la ingesta proteica. Un desayuno muy rico en proteínas podría ser una tortilla con una tostada de pan integral, en lugar de basar la primera comida del día en los hidratos de carbono.
Sin olvidar, como siempre, el consumo de carbohidratos integrales, frutas, verduras y carnes blancas.
En la próxima entrega nos detendremos en los 50 y 60 años.
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