HEROIC LOSERS (LA ODISEA DE LOS GILES). Argentina-España, 2019. Un film de Sebastian Borensztein. 116 minutos
HEROIC LOSERS (LA ODISEA DE LOS GILES). Argentina-España, 2019. Un film de Sebastian Borensztein. 116 minutos
Por Jorge Gutman
Por si alguien no viviendo en Argentina ignora el significado de la palabra “gil”, Fermin Perlassi (Ricardo Darín), uno de los principales personajes de La Odisea de los Giles y que es asimismo el narrador de la misma, lo aclara en su comienzo; así señala que el término alude a todo aquél al que le falta viveza y picardía y aunque es honesto y trabajador cumpliendo con las reglas establecidas es considerado como tal. Claro está que cuando el “gil” es explotado salvajemente tratará de utilizar su ingeniosidad para vengarse.
Inspirándose en el comportamiento de esta gente el director Sebastián Borensztein, responsable de logrados filmes como Un Cuento Chino (2011) entre otros, reafirma una vez más su talento de realizador en esta gratísima tragicomedia basada en la premiada novela La Noche de la Usina de Eduardo Sacheri. La trama tiene como telón de fondo la grave crisis financiera vivida por Argentina hacia finales de 2001 por la que el gobierno decidió restringir la libre disposición de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorros; en consecuencia a la población solamente le fue permitido el retiro de una ínfima suma semanal de su dinero depositado en las instituciones bancarias.
El relato adaptado por el autor del libro y Borensztein ubica la acción en un pueblo de provincia completamente decaído económicamente, pocos días antes de la drástica medida gubernamental. Ahí Fermín, un ex jugador de fútbol, decide poner en marcha un viejo sueño como lo es el de constituir una cooperativa para que una acopiadora de granos que estaba abandonada pueda operar nuevamente y constituya una importante fuente de trabajo para sus habitantes. Con la colaboración de su querida mujer Lidia (Verónica Llinás) y de Antonio Fontana (Luis Brandoni), su amigo anarquista, logran persuadir a varios vecinos locales de diferente condición económica a invertir sus ahorros dolarizados para concretar la operación; entre los mismos se hallan un idiosincrático peronista (Daniel Aráoz), los pintorescos hermanos Eladio (Alejandro Gigena) y Atanasio Medina (Carlos Belloso) y la dinámica empresaria Carmen Largio (Rita Cortese). Mientras tanto el dinero dolarizado que se logró juntar es depositado en la caja fuerte del banco local; sin embargo cuando Fermin decide recurrir a un préstamo bancario a fin de completar la suma necesaria para el proyecto, el gerente le aconseja abrir una cuenta con el monto mantenido en custodia a fin de poder obtener el crédito. Lamentablemente, ese funcionario actuando de mala fe, al saber de antemano el avecinamiento de la debacle financiera, se alía con un inescrupuloso abogado local (Andrés Parra) para apoderarse del dinero. Completamente estafados, estos incautos ahorristas se unen para poner en marcha un fantasioso y arriesgado plan a fin de recuperar el dinero sustraído, influidos en parte por lo que se ve en la película How to Steal a Million (1969) con Audrey Hepburn y Peter O’Toole.
Uno de los méritos de esta historia radica en la excelente descripción de los personajes quienes, cada uno con sus diferentes características, logran generar una gran empatía con la audiencia que los observa; indudablemente, eso es debido en gran parte a la valiosa prestación de un elenco estelar y uniforme donde a los actores ya mencionados se agregan Chino Darin que al igual que en la vida real interpreta al hijo de Fermín y Marco Antonio Caponi animando al hijo de Carmen.
Borensztein maneja con gran aplomo esta humana y emotiva historia donde equilibrando el drama con humor y suspenso demuestra que los nueve antihéroes no son tan giles como se les creía. Finamente cabe celebrar que un muy buen film de América Latina alterne la cartelera de los cines canadienses.
BLACK WIDOW. Estados Unidos, 2020. Un film de Cate Shortland. 133 minutos
Después de poco más de un año de espera a causa de la pandemia recién ahora vio la luz Black Widow, producción de los estudios Marvel dirigida por Cate Shortland, cuyo propósito es resaltar el emprendimiento de su heroína Natasha Romanoff. Aunque este personaje muere en el episodio de Avengers: Endgame (2019), eso no tiene mayor importancia, sobre todo para quienes no hayan visto la serie de referencia; lo que sí cabe destacar es que en la presente ocasión el universo cinemático de Marvel prioriza a los personajes femeninos.
Como prólogo de la historia de Jac Schaeffer y Ned Benson, el guión de Eric Pearson ubica el escenario en Ohio en 1995 donde la niña Natasha (Ever Anderson) y su hermanita Yelena (Violeta McGraw) se ven forzadas a huir del país con sus supuestos padres Alexei (David Harbour) y Melina (Rachel Weisz), dos espías rusos; después de su retorno a Rusia, esta disfuncional familia se disgrega. Inmediatamente el relato se desplaza a 2016 donde Natasha (Scarlett Johansson) reencontrará a Yelena (Florence Pugh) y ambas tratarán de desenmascarar y derrotar al villano general ruso Dreykov (Ray Winstone); él supervisa el programa “viuda negra”, destinado a convertir a jóvenes huérfanas en siniestras asesinas mediante el uso de drogas controladoras de la mente y en el que desafortunadamente Natasha y Yelena habían sido sometidas a ese cruel experimento.
Hay dos aspectos que la realizadora considera en esta historia. Por un lado se asiste al típico relato de acción y aventuras donde las fuerzas del bien lucharán contra las malignas; en ese quehacer que abarca aproximadamente la mitad del relato, no hay duda que los amantes del género saldrán satisfechos. Pero más allá del puro entretenimiento ofrecido en las escenas de lucha, persecuciones y balaceras, mediante una aproximación decididamente feminista la directora enfoca el devenir de Natasha. Debido a las huellas traumáticas de su pasado que han quedado registradas en su memoria, esta ex sicaria trata de lograr su verdadera identidad; es allí que el cinéfilo podrá descubrir el drama de la protagonista en procura de un sincero afecto que finalmente lo encuentra a través de la solidaridad forjada con Yelena y con sus progenitores a pesar de no existir lazos sanguíneos.
Johansson es una excelente actriz que ha demostrado su innegable aptitud en varios filmes, incluyendo entre otros Match Point (2005) y especialmente Marriage Story (2019); en este caso no resulta extraño que después de haber dado vida en ocho oportunidades a Natasha Romanoff, su nueva interpretación del famoso personaje resulta insuperable demostrando la determinación y valentía de esta joven mujer aunque internamente se sienta vulnerable . A su lado igualmente tiene ocasión de lucirse Pugh como Yelena logrando una notable química con Natasha en las secuencias de intimidad compartidas; en otros roles se distinguen la calidez brindada por la veterana Weisz así como Harbour ofreciendo algunos momentos risueños de su singular superhéroe.
Es importante remarcar que el film concluye con un epílogo fuera de serie; esto es así, porque cuando comienzan los créditos finales que se extienden por 10 minutos recién en los últimos 2 se incluye una escena -que obviamente no se develará- en la que el espectador descubrirá quien será la próxima superheroína si es que los estudios Marvel deciden continuar con esta exitosa franquicia. En todo caso, se recomienda permanecer en la sala hasta el último minuto.
NO SUDDEN MOVE. Estados Unidos, 2021. Un film de Steven Soderbergh. 115 minutos. Disponible en HBO Max
Dentro del género policial que el prolífico realizador Steven Soderberg ha abordado en su filmografía en varias ocasiones, en No Sudden Move vuelve a ofrecerlo en el marco de un relato de suspenso imbuido de cierta connotación social.
La acción se ubica a mediados de la década del 50 en la ciudad de Detroit donde Curt (Don Cheadle), un delincuente recién salido de la cárcel, se deja tentar por una suma de dinero aceptando un trabajo encomendado por un tal Jones (Brendan Fraser) que no parece ser trigo limpio. Él estará acompañado por otros dos desconocidos malandrines – Russo (Benicio del Toro) y Charley (Kieran Culkin)- quienes deberán apoderarse de una importante documentación de General Motors. Para ello previamente llegan a la casa de Matt (David Harbour), un importante ejecutivo de la empresa automotriz- donde a punta de pistola lo toman como rehén junto con su mujer (Amy Seimetz) y sus chicos (Noah Jupe y Lucy Holt). Mientras que Curt y Russo se ocupan de cuidar a esta familia evitando cualquier paso en falso, Charley se encarga de transportar a Matt en su coche hasta las oficinas de su jefe a fin de franquear su caja de seguridad y apropiarse de los documentos requeridos. Como era de esperar, nada resulta como estaba planeado y la situación se va complicando con un asesinato de por medio y la aparición de un oficial policial (Jon Hamm) tratando de dilucidar el homicidio.
De ahí en más el guión de Ed Solomon recurriendo continuamente a giros inesperados genera un relato laberíntico de considerable confusión que aunque se acepte el desafío en resolver el rompecabezas planteado no menos cierto es que el espectador pueda sentir cierta frustración. En todo caso, más allá de las dobles intenciones de sus personajes traducidas en traiciones y trampas a granel, infidelidad conyugal y el accionar de mafiosos padrinos al servicio de empresarios corruptos, lo que finalmente se destaca es el espionaje así como el oligopolio de la industria automotriz en su intento de encubrir el desarrollo de tecnologías reductoras de polución.
En este intento de revivir el cine negro, Soderbergh brinda un entretenimiento menor aunque bien realizado e impregnado de latente tensión racial. Además de los actores mencionados, en el elenco igualmente se destacan en papeles de apoyo Ray Liotta, Craig muMs Grant y Matt Damon. Cabe remarcar la encomiable fotografía del realizador -bajo el seudónimo Peter Andrews-quien con su cámara contribuye a ofrecer algunos vibrantes momentos del relato.
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