CRONICAS. Mujeres Afganas: S.O.S
CRONICAS. Mujeres Afganas: S.O.S
Lucía P. de García
TORONTO, 24 Ago.- Desde tiempos remotos Afganistán (significa país de los persas) ha estado tutelado por diferentes culturas, imperios. Esa condición dio origen en 1990 al grupo ultraderechista Talibán, cuyo fin es crear un califato bajo leyes islámicas de la Sharia. Cuatro años antes, por influencia soviética el gobierno de entonces había permitido cierta flexibilidad social y la alfabetización femenina. Tras derrocar ese mandato en 1996, los Talibán reaplicaron las duras leyes sharias. El amparo que dieron a Osama bin Laden desató la intervención de Estados Unidos, que tras acabar (en Pakistán) con el autor de los atentados de septiembre 2001 alentó elecciones, ayudó al nuevo presidente afgano a crear las Fuerzas de Seguridad y auspició una sociedad más libre, donde las mujeres volvieron a tener derechos, pudieron estudiar, ocupar cargos. Paralelamente, los Talibán abrían más y más frentes de lucha.
El 29 de febrero 2020 en Qatar, el ex presidente Donald Trump y los Talibán acordaron terminar con el derramamiento de sangre, comprometiéndose Estados Unidos y sus aliados a retirar sus fuerzas militares hasta mayo 2021 y los talibanes a no consentir que en Afganistán se gesten actos contra los estadounidenses. Si bien el acuerdo se ha estado cumpliendo, los acelerados eventos de las últimas semanas y la huida del presidente Ashraf Ghani dejaron a la población a merced de los Talibán, quienes asumieron el poder asegurando que respetarán los derechos humanos. Pero sus acciones hacen dudar de su palabra y se teme que impongan la Sharia con sus penalidades extremas, afectando principalmente a las mujeres, a quienes obliga casarse a la fuerza; usar el burka, túnica negra que las cubre de la cabeza a los pies dejando un enrejado al nivel de los ojos para que puedan mirar. Les prohibe maquillarse, estudiar, usar baños públicos; hacer deporte, hacer bulla, reir. Sólo les faculta salir en compañía del esposo, hermano, hijo; recibir atención médica de otra mujer. Permite azotar en plena calle a la mujer que muestre los tobillos. Si huye del maltrato físico, psicológico, sexual, doméstico, se la encarcela, pierde la custodia de sus hijos. Si es violada, el o los actores no van a prisión sino ella.
El destino de las mujeres afganas preocupa al mundo. Más ¿cómo se puede exigir a los Talibán el respeto a los derechos femeninos? Siendo un país de paisajes bellos pero suelo inhóspito y sin más valor económico que estar atravesado por el Gasoducto Trans-Afganistán ¿cuáles señores de la guerra estarían dispuestos a socorrerlas? Conscientes de que su situación es desesperante, las mujeres afganas apenas pueden lanzar un S.O.S…
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