CRONICAS. Invitado indeseado en Naciones Unidas
CRONICAS. Invitado indeseado en Naciones Unidas
Lucía P. de García
TORONTO, 5 OCT.- A mediados de septiembre y previa realización de la 76 Asamblea General de las Naciones Unidas, el Alcalde de Nueva York advirtió: “Necesitamos enviar a los líderes del mundo, incluido al más notable, Bolsonaro del Brasil, que si intentan venir lo deben hacer previamente vacunados. Si no se van a vacunar, no se molesten en venir”. Haciendo caso omiso, el presidente Jair Bolsonaro y su comitiva llegaron a la Gran Manzana sin vacuna, sin mascarilla, sin guardar distancia y acaso sin lavarse las manos. El test de rigor mostró que uno de sus acompañantes traía, camuflado, un invitado indeseado: el Covid -19.
La novedad incrementó los controles a funcionarios y autoridades que ingresaban a las dependencias de las Naciones Unidas. Pasada la ceremonia inaugural, la delegación de Brasil salió a degustar las famosas pizzas neoyorquinas, quizás creyendo que el rango del mandatario serviría para eludir la exigencia de ingresar a un restaurante previa presentación del certificado de vacunación completa. Como ninguno tenía, el presidente Jair Bolsonaro y sus acompañantes tuvieron que servirse las deliciosas pizzas en una de las veredas de Manhattan, muy apartados de los curiosos transeúntes.
Es que el Covid-19 y sus variantes no respetan a nadie, causan la muerte. Por su culpa la humanidad tuvo que confinarse durante varios meses en 2020; los fallecidos superaron las cifras oficiales que proporcionaron los gobiernos; los enfermos aumentaron en forma exponencial agotando física y anímicamente a médicos y personal de salud; los hospitales del planeta colapsaron ante la impotencia y el dolor de las familias; ni dinero ni medicinas ni antídotos ni oraciones fueron capaces de vencer a tan cruel e invisible enemigo.
La esperanza llegó con las vacunas. Desafortunadamente no todos confían en ellas o no las aceptan por razones religiosas o las exigen de cierta marca. Otros las rechazan por ignorancia, creen que con la inyección se les implantará chips que les volverá robots o les alterará el ADN transmutando a zombies. Los científicos niegan esas fantasías, lo que sí aseguran es que quienes no se vacunen se convertirán en kamikazes, pues corren el riesgo de contagiarse y al hacerlo esparcir el virus cual bomba exterminadora. En Naciones Unidas no se desea que invitado tan indeseado se pasee por el mundo, de allí su constante exhorto a que todos nos vacunemos, única forma de salvar nuestras vidas y las de nuestros seres queridos, única forma de estudiar, trabajar, viajar y volver a la normalidad.
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