CRONICAS. ¡Feliz Navidad!
CRONICAS. ¡Feliz Navidad!
Por: Lucía P. de García
Toronto.- La Organización Mundial de la Salud, OMS, recuerda que antes del surgimiento del COVID-19 los científicos ya advertían la llegada de una pandemia, aunque nadie sabía que se originaría en la familia coronavirus e irrumpiría a fines de 2019 en Wuhan, China. Por sobre la alerta, en todos los continentes se festejó la llegada del 2020; la enfermedad estaba lejana y sólo parecía una gripe común. La alarma creció ante el aparecimiento de neumonía y síndrome respiratorio agudo. El miedo se disparó cuando los medios de comunicación difundieron imágenes de personas que se desplomaban sin vida mientras caminaban por las calles de aquella ciudad. El pánico sobrevino cuando la muerte se multiplicó en todo el planeta. Entonces se decretó el confinamiento general.
Se cerraron fronteras, se clausuraron vidrieras y lugares de trabajo, la gente se quedó en sus casas, se obligó el uso de mascarillas. Los hospitales colapsaron, médicos y personal de salud se convirtieron en héroes al ayudar a los demás pese a su agotamiento, falta de sueño, a que sus allegados los necesitaban. Héroes fueron los campesinos que continuaron abasteciendo de alimentos, quienes enterraron cadáveres, quienes cumplieron sus tareas. La Madre Naturaleza nos obligó a mirar el daño que habíamos causado al planeta mostrándonos sutilmente que sin nuestra presencia los campos se hacían más fértiles, las selvas y los bosques más exuberantes, los valles y las montañas se poblaban de animales, las aguas se aclaraban y se llenaban de peces, los cielos se convertían en escenario perfecto para la danza de las aves. La humanidad se maravilló. Por un momento reconoció su culpa y aquilató lo que realmente tiene valor: la vida, la salud, los padres, los hijos, la familia, los amigos, el verso sentido, la pintura hermosa, la música, la solidaridad, la generosidad, el amor. Por un instante la humanidad se acordó de Dios.
Con esa idea recobró el optimismo y recibió al 2021. Este año ha transcurrido entre textos inteligentes y estimulantes, reflexiones profundas, pensamientos filosóficos, evocaciones épicas compartidas por las redes sociales, en tanto la ciencia apuraba experimentos, estudios, tratamientos y vacunas para combatir el COVID-19, alentando la esperanza de volver a la normalidad. Pero el brote de la variante Ómicron en noviembre, conspira contra ese anhelo. Hoy, el mundo se alista para recibir al 2022. Ojalá en el nuevo año el propósito de enmienda subsista y sanemos la Tierra, nuestro único hogar; erradiquemos el derroche y el materialismo; afiancemos valores, nobles sentimientos, espiritualidad, y tras dar gracias a Dios por permitirnos sobrevivir la tragedia, festejemos con humildad y alegría el nacimiento de Jesús, el verdadero protagonista de esta celebración. ¡Feliz Navidad!
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