MOTHERING SUNDAY. Gran Bretaña, 2021. Un film de Eva Husson. 110 minutos
MOTHERING SUNDAY. Gran Bretaña, 2021. Un film de Eva Husson. 110 minutos
Jorge Gutman
Después de su traspié en Les filles du soleil (2018), la realizadora Eva Husson retorna con mejor suerte en Mothering Sunday, un film de época basado en la novela de Graham Swift de 2016 y adaptada por la guionista Alice Birch.
La acción al principio se desarrolla en Inglaterra en el último domingo de marzo de 1924 donde la población anglosajona celebra el Día de la Madre. En ese contexto Jane Fairchild (Odessa Young), una joven quien criada en un orfanato, trabaja como empleada doméstica en el hogar de Godfrey (Collin Firth) y Clarrie Niven (Olivia Colman) y se apresta a mantener un encuentro final con Paul Sheringham (Josh O’Connor), su amante desde hace 7 años; él, cuyos padres (Craig Crosbie y Emily Woof) pertenecen a la alta burguesía, va a contraer enlace con Emma Hobdays (Emma D’ Arcy), una joven de su misma clase social. Aprovechando que es su día de asueto, Jane se reúne en la casa de Paul teniendo en cuenta que sus padres están ausentes; allí ambos por última vez se involucrarán en un tórrido vínculo sexual. El final de esa relación constituye para Jane una experiencia vital que habrá de influir en el rumbo que ella adoptará en el futuro.
En tanto que el relato se desenvuelve en tres períodos distintos, se verá cómo algunas décadas después Jane tendrá otro vínculo sentimental a través de un breve casamiento con un filósofo de nombre Donald (Sope Dirisu), en tanto que profesionalmente se convierte en una excelente escritora. A través de un prólogo y epílogo es la anciana Jane (Glenda Jackson) quien pasa revista a su vida, con especial referencia a lo acontecido en ese inolvidable domingo primaveral de 1924.
En una producción de muy buen nivel valorizada en gran medida por la buena fotografía de Jamie Ramsay, este melodrama romántico satisfará a quienes son adeptos al género. Además de la veta sentimental el film deja transcender -como ya se ha visto en múltiples ocasiones- las típicas diferencias de clases entre los de “arriba y los que se encuentran “abajo” de la escala social. Asimismo, la película refleja muy bien el sentimiento de dolor de muchos hogares que vieron perder a padres, hermanos e hijos durante la Primera Guerra, aunque haya transcurrido varios años después de la misma; eso está muy bien expuesto en el caso del solitario matrimonio Niven cuyos dos hijos murieron en el conflicto bélico como asimismo con la familia Sheningham donde Paul ha sido el único hijo varón sobreviviente.
Si bien la narrativa de Husson no adquiere toda la fluidez debida, además de extenderse más de lo necesario, los valores de producción y su calificado elenco atenúan estas objeciones. Tanto Young como O’Connor brindan solidas actuaciones además de existir buena química entre ambos. Aunque en breves papeles Firth y Colman, transmiten la enorme pena de haber visto su familia desmoronada, aunque traten de disimularlo. Por último aunque en un brevísimo cameo, la veterana y querida Glenda Jackson como de costumbre ilumina la pantalla con su expresiva e invalorable presencia.
UNE VIE DÉMENTE. Bélgica, 2020. Un film escrito y dirigido por Raphaël Balboni y Ann Sirot. 87 minutos
Los nóveles directores Raphaél Balboni y Ann Sirtot consideran en Une vie démente el tema de la demencia semántica a través de un tratamiento que se acerca más a la comedia que al drama propiamente dicho.
El relato enfoca a Alex (Jean Le Peltier) y a su esposa Noémie (Lucie Debay) deseosos de tener un hijo. Sin embargo sus planes se ven obstaculizados cuando Susanne (Jo Deseure), la madre de Alex, comienza a dar señales de que algo raro está aconteciendo con su estado mental. Si bien en un principio sus ocurrencias son consideradas un tanto extemporáneas pero aceptables, gradualmente su deterioro mental transforma a Susanne en una mujer completamente excéntrica, perdiendo conciencia de la realidad que la circunda y que decididamente necesita especial protección.
Como consecuencia de lo antedicho es Alex quien toma cartas en el asunto y decide asistir a su progenitora de la mejor forma posible. Sin embargo la devota atención de Alex hacia su madre motiva a que con gran pesar de Noémie los planes de concebir un hijo queden suspendidos hasta un incierto futuro. En tanto, el relato se nutre de situaciones graciosas frente a la conducta de Suzanne, entrometiéndose en horas nocturnas en las viviendas de vecinos, fabricándose un falso permiso de conducir, o bien invitando en la calle a una desconocida mujer para que salga con su hijo a pesar de estar casado.
En esta agridulce comedia, los realizadores efectúan un veraz retrato de sus tres protagonistas Deseure realiza una prestación extraordinaria de su personaje que involuntariamente deja de lado los códigos de comportamiento social a medida que su decadencia cerebral se acentúa sin posibilidad alguna de recuperación. Le Peltier por su parte satisface plenamente como el hijo que se siente impotente de poder lidiar con su madre cuando su mal se apodera por completo de su persona, en tanto que Debay resulta completamente convincente como la esposa capaz de tolerar hasta cierto punto la situación planteada.
El relato concluye precipitadamente de manera complaciente mediante un epílogo que tiene lugar un año después de lo expuesto, ofreciendo una inesperada sorpresa. A pesar de que el tema de este film ha sido considerado por el cine en numerosas oportunidades, los realizadores ofrecen un buen trabajo demostrando que no existe un camino fácil para quienes conviven y tienen que lidiar con un ser amado que ha perdido el control mental.
TWIST À BAMAKO. Francia-Canadá-Italia-Senegal. Un film de Robert Guédiguian. 129 minutos
Dejando de lado el habitual escenario de Marsella, el militante realizador Robert Guédiguian esta vez enfoca su cámara en Mali para ilustrar un drama histórico ubicado en los primeros años de la década del 60, cuando el país africano acababa de independizarse del colonialismo francés. Habiendo tenido como primer jefe de gobierno a Modibo Keita su propósito fue el de establecer un estado africano independiente de orientación socialista capaz de erradicar la desigualdad económica y social imperante.
A través del guión del cineasta con la colaboración de Gilles Taurand se asiste a un relato que entremezcla documental con ficción. En ese contexto es que ha transcurrido la vida de Samba (Stéphane Bak), hijo de un adinerado comerciante local, quien lleno de ímpetu y jovial vitalidad se embarca a lo largo del novel país para transmitir a sus conciudadanos las virtudes del socialismo; es así que en sus alocuciones aboga por los principios de la solidaridad, la necesidad de trabajar en forma colectiva y en general compartir la riqueza de quienes la detentan con los sectores más desfavorecidos de la población.
En ese peregrinaje llega a conocer a la bella Lara (Alice Da Luz) quien ha huido de la aldea en que vivía para no doblegarse a un casamiento forzado con un hombre a quien no quiere. De este modo surge entre ambos un apasionado amor aunque obstaculizado por los esfuerzos que el padre de Lara interpone para obligarla a retornar a su hogar a fin de honrar las tradiciones vigentes y salvaguardar el honor y la dignidad de la familia.
Simultáneamente a la cruzada emprendida por Samba y a la apasionada historia de amor, el film ilustra cómo a pesar de los nuevos aires que soplan en Malí, existen factores difíciles de erradicar como es el caso de la revuelta de los comerciantes que se oponen abiertamente a las medidas intervencionistas del Estado; además se agrega la dificultad de eliminar las ancestrales costumbres medievales donde la mujer debe permanecer sumisa a la voluntad paternal y cumplir con el rol de buena madre y esposa de sus hijos. .
Exaltando el espíritu revolucionario de la juventud, Guédiguian brinda una sobria ilustración de la cultura malí mediante la impecable reproducción de época de Papa Mahamoudouj Kouyate y Oumar Sali, la lograda fotografía de Pierre Milon, el colorido diseño de vestuario de Anne-Marie Giacalone y Abidou Lahad Gueye y la remarcable banda sonora con la música de Johnny Hallday y Ray Charles, entre otros. A estos valores se añade la magnífica interpretación de Bak y Da Luz quienes contribuyen a apuntalar la solidez de este impecable drama africano.
GRANIZO. Argentina, 2022. Un film de Marcos Carnevale. 118 minutos. Disponible en Netflix
Aunque Marcos Carnevale reúne buenos antecedentes como director de comedias dramáticas, como lo fueron Elsa y Fred (2005), Anita (2007) y Viudas (2011), en el caso de Granizo le ha fallado la puntería. No obstante el buen desempeño de Guillermo Francella, este film destila a naftalina a través de un argumento previsible y carente de situaciones que permitan crear tangible emoción.
El guión de Nicolás Giacobone y Fernando Balmayor, se centra en Miguel Flores (Francella), un hombre de mediana edad cuya pasión por la meteorología a lo largo de los últimos 20 años lo ha convertido en el pronosticador imbatible de Buenos Aires por lo que es muy querido por sus vecinos, además de gozar de una fama similar a la de un importante jugador de fútbol. De allí que crea gran expectativa la primera emisión que efectuará en un programa televisivo sui generis denominado “El Show del tiempo”, donde estará acompañado de una despampanante secretaria (Laura Fernández). Ya instalado frente a las cámaras, vaticina a la inmensa audiencia televisiva que la ciudad gozará en la próxima noche de un clima agradable y apacible.
La buena estrella de Miguel se deshace cuando esa noche Buenos Aires es arreciada por una gran tormenta de granizo causando múltiples daños. Eso motiva a que su credibilidad sea puesta en duda, por lo que inmediatamente es despedido por el jefe del canal (Martin Seefeld).
Por lo que acaba de sucederle este desacreditado hombre del tiempo decide viajar a Córdoba, su ciudad natal, para reencontrarse con Carla (Romina Fernández), su hija médica, con quien mantuvo una distanciada relación, desde que murió su esposa en 1997 como consecuencia de un fatídico rayo. Si bien el encuentro entre padre e hija dista de ser cálido, el tira y afloje que se produce cederá paso a que el vínculo llegue a estrecharse olvidando los resquemores del pasado.
Simultáneamente, como historia subsidiaria se asiste a las desventuras de un taxista (Peto Menahem) que solía conducir a Miguel y de quien era un gran fanático. La relación que este hombre mantiene con su esposa (Eugenia Guerty) y su anciano padre (Norman Briski) origina varias escenas groseras de discutible gusto.
Con el propósito de motivar la fibra sentimental del espectador, el relato arriba a un complaciente desenlace con ciertos visos morales aunque decididamente irrealistas.
La puesta en escena de Carnevale cumple con los requisitos mínimos para una comedia televisiva, aunque cinematográficamente no descuelle. En esencia, esta historia sobre el ascenso, caída y recuperación de un meteorólogo podrá satisfacer a los leales seguidores del carismático Francella; ciertamente él es un gran actor pero para ello es necesario que disponga de un buen guión que permita resaltar su acostumbrada brillante actuación.
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