‘Los doce apóstoles’: el motín que terminó con empanadas de carne humana
‘Los doce apóstoles’: el motín que terminó con empanadas de carne humana
El motín ocurrió en la Unidad Penal Número 2 de Sierra Chica, en Argentina.
Foto archivo
– El motín tuvo una duración de ocho días en los cuales varias personas fueron rehenes.
El 30 de marzo de 1996 un grupo de hombres privados de la libertad que fueron llamados los ‘Doce Apóstoles’ tomaron 17 rehenes, mataron a ocho personas y cocinaron comida con partes de su cuerpo.
Preparando empanadas con carne humana
Entre los rehenes se encontraban la jueza María Mercedes Malére y el secretario del Juzgado.
El suceso, que además duró ocho días, ocurrió en la Unidad Penal Número 2 de Sierra Chica, en Argentina. La idea general de los presos era lograr fugarse en el sábado de Semana Santa, pues era un día en el que, según ellos, la seguridad era más ligera.
Al parecer, cuando los guardias de la cárcel abrieron fuego ante quienes querían huir, los ‘Doce Apóstoles’ respondieron de la misma manera, pues habían logrado entrar un arma de fuego a la cárcel con anterioridad.
Jorge Kröhling, un guardia de seguridad que se entregó como rehén a cambio de uno de sus compañeros que estaba herido, habló en un reportaje del medio argentino ‘Infobae’ sobre lo que fue esta experiencia, a la que describió como “un infierno en la Tierra”.
Lo que comenzó como un intento de huida se convirtió en una guerra interna entre dos bandos enemigos que había dentro de la cárcel. Por un lado, estaban los ‘Doce Apóstoles’ y por el otro, un grupo dirigido por el preso Agapito Lencinas.
Kröhling compartió en la entrevista momentos escalofriantes a los que se enfrentó durante esos ocho días: “Lastimaron a mucha gente (los ‘Doce Apóstoles’). Yo vi cómo descuartizaban. El sonido que hace un cuerpo cortado es especial, no es como cortar una vaca. No es comparable a nada”.
Por lo que recuerda el exguardia del suceso, el nivel de violencia que se llevó a cabo esos días y las imágenes a las que tuvo que enfrentarse fueron algo que le cambió por completo la vida.
Puntualmente, recuerda que los dirigentes del motín mataron a Agapito Lencinas, líder de su grupo enemigo, con dos balazos y dos “facazos” para después arrancarle los ojos y la lengua y exponerlo “como crucificado” contra una reja de la correccional.
Los cuerpos de los muertos llegaron a ser apilados en una esquina, e incluso así no acababa la tortura: “Yo vi cómo agarraron una cabeza y jugaron a la pelota”.
Sin embargo, este último juego lo desmintió el ‘Gitano’ Ariel Acuña, uno de los ‘Apóstoles’, quien también le dio una entrevista a ‘Infobae’. Allí, el exconvicto que ahora es youtuber, dijo que eso jamás pasó y que no hicieron ningún tipo de “ritual” con los cuerpos.
Según explica él, descuartizarlos y quemarlos en el horno de la cocina de la cárcel fue únicamente una táctica para que no quedara rastro de los hechos y no los pudieran culpar por homicidio.
Lo que sí confirmó ‘El Gitano’ fue el hecho de que los cuerpos de algunos presos, específicamente la carne de los glúteos, fueron utilizados para hacer empanadas para dárselas a los guardias de seguridad que, después de comer, fueron informados de qué estaban hechas.
Según recuerdan ambos hombres, los ‘Doce Apóstoles’ se entregaron a la justicia después de ocho días.
Kröhling comenta a ‘Infobae’ que probablemente esto se debió a que los reclusos estaban cansados, “se les había acabado la droga y el resto de la población carcelaria se estaba hartando. Seguro iban a terminar atacando a los Apóstoles”.
Se entregaron con la única condición de ser trasladados a un nuevo recinto.
El 30 de marzo de 1996 un grupo de hombres privados de la libertad que fueron llamados los ‘Doce Apóstoles’ tomaron 17 rehenes, mataron a ocho personas y cocinaron comida con partes de su cuerpo.
Entre los rehenes se encontraban la jueza María Mercedes Malére y el secretario del Juzgado.
¿Qué sucedió?
El suceso, que además duró ocho días, ocurrió en la Unidad Penal Número 2 de Sierra Chica, en Argentina. La idea general de los presos era lograr fugarse en el sábado de Semana Santa, pues era un día en el que, según ellos, la seguridad era más ligera.
Al parecer, cuando los guardias de la cárcel abrieron fuego ante quienes querían huir, los ‘Doce Apóstoles’ respondieron de la misma manera, pues habían logrado entrar un arma de fuego a la cárcel con anterioridad.
Jorge Kröhling, un guardia de seguridad que se entregó como rehén a cambio de uno de sus compañeros que estaba herido, habló en un reportaje del medio argentino ‘Infobae’ sobre lo que fue esta experiencia, a la que describió como “un infierno en la Tierra”.
Lo que comenzó como un intento de huida se convirtió en una guerra interna entre dos bandos enemigos que había dentro de la cárcel. Por un lado, estaban los ‘Doce Apóstoles’ y por el otro, un grupo dirigido por el preso Agapito Lencinas.
Kröhling compartió en la entrevista momentos escalofriantes a los que se enfrentó durante esos ocho días: “Lastimaron a mucha gente (los ‘Doce Apóstoles’). Yo vi cómo descuartizaban. El sonido que hace un cuerpo cortado es especial, no es como cortar una vaca. No es comparable a nada”.
Por lo que recuerda el exguardia del suceso, el nivel de violencia que se llevó a cabo esos días y las imágenes a las que tuvo que enfrentarse fueron algo que le cambió por completo la vida.
Puntualmente, recuerda que los dirigentes del motín mataron a Agapito Lencinas, líder de su grupo enemigo, con dos balazos y dos “facazos” para después arrancarle los ojos y la lengua y exponerlo “como crucificado” contra una reja de la correccional.
Los cuerpos de los muertos llegaron a ser apilados en una esquina, e incluso así no acababa la tortura: “Yo vi cómo agarraron una cabeza y jugaron a la pelota”.
Sin embargo, este último juego lo desmintió el ‘Gitano’ Ariel Acuña, uno de los ‘Apóstoles’, quien también le dio una entrevista a ‘Infobae’. Allí, el exconvicto que ahora es youtuber, dijo que eso jamás pasó y que no hicieron ningún tipo de “ritual” con los cuerpos.
Según explica él, descuartizarlos y quemarlos en el horno de la cocina de la cárcel fue únicamente una táctica para que no quedara rastro de los hechos y no los pudieran culpar por homicidio.
Lo que sí confirmó ‘El Gitano’ fue el hecho de que los cuerpos de algunos presos, específicamente la carne de los glúteos, fueron utilizados para hacer empanadas para dárselas a los guardias de seguridad que, después de comer, fueron informados de qué estaban hechas.
¿Cómo acabó?
Según recuerdan ambos hombres, los ‘Doce Apóstoles’ se entregaron a la justicia después de ocho días.
Kröhling comenta a ‘Infobae’ que probablemente esto se debió a que los reclusos estaban cansados, “se les había acabado la droga y el resto de la población carcelaria se estaba hartando. Seguro iban a terminar atacando a los Apóstoles”.
Se entregaron con la única condición de ser trasladados a un nuevo recinto.
¿Qué pasó con los ‘Doce apóstoles’?
Algo que aclaró el ‘Gitano’ es que ni eran doce, ni eran apóstoles. Según él, el nombre se dio porque el suceso ocurrió en Semana Santa, pero los implicados eran alrededor de 17.
Entre algunos de los nombres que la justicia asoció con el caso están Marcelo Brandán Juárez, Miguel Ángel Acevedo, Jorge Alberto Pedraza -quien fue identificado como uno de los cabecillas-, Victor Esquivel, Ariel Acuña, Carlos Villalva, entre otros.
En el 2000 se dio el juicio para la condena sobre lo que había sucedido en el motín y aunque los acusados se defendieron diciendo que no había cuerpos por los que ser señalados de “homicidio simple”, entre otros delitos, esto no fue válido debido a que cuando las autoridades volvieron a tener control de la unidad penitenciaria faltaban algunos reclusos.
En el momento, los hombres fueron condenados a entre 12 y 15 años de prisión.
Su destino no ha sido el mejor, algunos de ellos continúan cumpliendo condenas tras salir y volver a ser retenidos, otros murieron en prisión a causa de riñas internas de las cárceles o en libertad debido a enfermedades o enfrentamientos con otras personas.
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