CRÓNICAS: Chile ¿Remezón o Sismo?
CRÓNICAS: Chile ¿Remezón o Sismo?
Por: Lucía P. de García
Toronto.- Era el 11 de septiembre de 1973 cuando Augusto Pinochet derrocó al Presidente de Chile Salvador Allende. En los 17 años de su dictadura reinaron el neoliberalismo, la violación a los derechos humanos, la Constitución que promulgó en 1980. La resistencia popular le forzó a llamar a un plebiscito en 1988. Al ganar el NO tuvo que reformar su Carta Magna antes de entregar el poder en 1990 a Patricio Aylwin. Él continuó como senador vitalicio y comandante en jefe del Ejército hasta 1998 cuando, de visita en Londres, una orden internacional hizo que se le arreste por violaciones a los derechos humanos. A pretexto de delicada salud regresó a Chile en 2000, pero cuatro años después se le puso bajo arresto domiciliario por la misma razón, a más de evasión de impuestos, malversación de dinero público y apropiación ilícita de 28 millones de dólares. Falleció en 2006 por infarto.
El país heredó su Carta Magna, sin cumplir el compromiso de reemplazarla al llegar la democracia. De nada sirvieron las múltiples modificaciones, la sombra de Pinochet seguía rigiendo hasta que el pueblo no pudo más. Al grito de ¡Chile Despertó! en octubre 2019 se desató un estallido social que forzó la convocatoria a un plebiscito para aprobar o negar la redacción de una nueva Constitución. Casi el 80% aceptó, y con ello se dio paso a una Convención encargada de redactar el texto. Este organismo lo integraron mujeres y hombres electos en paridad, representantes de los 11 pueblos originarios y un grupo de independientes. Es la segunda vez que Chile forma una Convención con igual finalidad y con un formato de personas elegidas por el pueblo, la primera fue en 1833.
El importante documento será sometido al voto obligatorio de los ciudadanos el próximo 4 de septiembre. Si es rechazado, la Constitución pinochetista permanecerá, aunque se cree que provocando un remezón de contrariedad. De suceder así, desde ya se anuncia que se convocaría a otra Convención para hacer las modificaciones que se requieran hasta conseguir el escrito ideal. Si el pueblo aprueba, se dice que en Chile se sentirá un sismo de alegría. Serán especialmente los jóvenes quienes saltarán de gusto, han soñado con ser los protagonistas de su propia historia: descentralizar el poder político y poner en vigencia plena la libertad, la justicia, la autodeterminación, el respeto a los derechos humanos; la libre expresión, el pluralismo de ideas, de cultos; beneficios sociales; reconocimiento y valorización a los pueblos originarios, las diferentes naciones y culturas del territorio patrio; respeto a la diversidad, libre elección sexoafectiva, maternidad, muerte digna; paridad de género, igualdad de derechos y protección a la mujer, a la niñez, a la tercera edad; protección y respeto a los derechos de la Naturaleza, aplicación de medidas para salvar el planeta. Sobre todo se confía en que se darán pasos firmes hacia una reconciliación verdadera, sin venganzas ni violencia, posibilitando que Chile avance por un camino de paz y progreso que irá consolidando el tiempo…
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