– El rey Carlos III fue proclamado jefe de Estado de Canadá este sábado en una ceremonia que incluyó trompetas heráldicas, un saludo de 21 cañonazos y un momento en recuerdo de su madre, la reina Isabel II.

OTTAWA.- El primer ministro Justin Trudeau llegó a Rideau Hall alrededor de las 10 a.m. hora local con su hijo menor, Hadrien, y colocó flores en un memorial improvisado para la reina, quien murió el pasado jueves.

Él y los miembros del gabinete federal y del Consejo Privado se reunieron antes de la ceremonia como parte del protocolo necesario para proclamar formalmente al nuevo soberano.

El primer ministro pidió permiso a la gobernadora general Mary Simon para proceder, y después de que ella dijo que sí, ambos firmaron la orden en consejo y la proclamación de adhesión.

El momento solemne se desarrolló en la misma mesa que usó la reina Isabel II durante su primera visita oficial a Canadá en octubre de 1957, y fue seguido por una ronda de aplausos de los reunidos en el salón de baile Rideau Hall.

El Dr. Samy Khalid, el principal heraldo de Canadá, encabezó una procesión al exterior momentos después. Después de una fanfarria tocada con trompetas heráldicas, leyó la proclamación de la adhesión en los dos idiomas oficiales. Mientras hablaba, miembros de las Fuerzas Armadas Reales de Canadá dispararon un saludo de artillería.

“Nosotros (el Gobernador General y el Consejo Privado) proclamamos que Su Alteza Real el Príncipe Charles Philip Arthur George es ahora, por la muerte de nuestro difunto soberano, Charles III, por la gracia de Dios del Reino Unido, Canadá y sus otros reinos y territorios, Rey, cabeza de la comunidad, defensor de la fe a quien reconocemos fe y lealtad”, dijo Khalid.

“Viva el Rey”, concluyó, mientras los reunidos repetían la frase.

La bandera canadiense se izó para marcar el ascenso del nuevo soberano, pero se bajó inmediatamente a media asta mientras continúa el luto por la reina.

La ceremonia de adhesión en Rideau Hall se produce cuando el gobierno federal prepara una serie de eventos para conmemorar el legado de la reina Isabel II.

El protocolo exige 10 días de luto después de la muerte de la Reina, pero las reglas sobre el funeral real no son tan rígidas. Funcionarios británicos anunciaron el sábado que el funeral de estado de la reina se llevará a cabo en la Abadía de Westminster el 19 de septiembre.