CIUDAD DE MEXICO, 19 SET – La jefa de gobierno de la capital mexicana, Claudia Sheinbaum, se perfila como favorita del oficialismo para la sucesión del presidente Andrés Manuel López Obrador luego que acaparó las posiciones clave en el Congreso del gobernante Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Sheinbaum, quien también es la más cercana al mandatario, y se le considera su “delfin”, colocó a sus aliados en la mayoría de los puestos de dirección del Consejo nacional de Morena, donde fue designado como presidente el gobernador del norteño estado de Sonora Alfonso Durazo, que también le ha demostrado su apoyo.
El presidente de Morena (centroizquierda) Mario Delgado y la secretaria general Citlalli Hernández, que también son sus cercanos, fueron reelectos en sus cargos hasta 2024, lo que extiende su gestión un año más de lo establecido, en medio de algunas protestas y rechiflas de los delegados.
Los grandes ausentes del Congreso, celebrado el sábado en Ciudad de México, fueron el canciller Marcelo Ebrard, el otro favorito para suceder a López Obrador, designado para representar al gobierno en los funerales de la reina Isabel de Inglaterra y el líder de la bancada de Morena en la Cámara de Senadores, Ricardo Monreal.
Monreal, otro de los precandidatos a la presidencia, junto con el ministro de Gobernación Adán Augusto López, es un “disidente” que cada vez se aleja más de Morena y de López Obrador y de quien se especula que podría abandonar el barco en cuestión de semanas o meses y sumarse a la oposición.
En cuanto al ministro de Gobernación, las encuestas le conceden pocas posibilidades y crecen las versiones de que podría respaldar a la intendente Claudia Sheinbaum.
Ebrard, que ha sido la figura más influyente del gabinete de López Obrador y quien es considerado el más hábil de los precandidatos, sólo pudo colocar 13% de sus allegados en el Congreso Nacional de Morena, mientras que la mayoría fueron afines a Sheinbaum.
La alcaldesa fue arropada con coros de aclamación por parte de los delegados a su arribo al lugar de sesiones, quienes le gritaron varias veces “presidenta”.
El cónclave, que sesionó hasta los primeros minutos de hoy, aprobó reformas a los estatutos, que incluyen la definición de Morena como un partido “de izquierda y antineoliberal” y el rechazo a las “campañas de denostación, calumnia e injuria” y de quienes “actúen en contra de los principios” de la organización.
Durante la sesión se proyectó un video del ex presidente de Uruguay José Mujica, quien llamó a los delegados a evitar el ejemplo del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI, centro), que gobernó a México desde 1929 hasta 2018, con una pausa de 12 años.
“Si la gente pierde la confianza, después no creerá en el partido”, afirmó Mujica, invitado especial a las fiestas de la Independencia Nacional por López Obrador, quien señaló que “sin fuerza colectiva no hay durabilidad”.
A su vez, en otro video, el ex presidente de Bolivia, otro invitado especial a estas ceremonias, recomendó a los delegados “nunca claudicar en la posición ideológica y estar siempre del lado de la gente humilde” y dijo que “si fuera mexicano sería militante de Morena”.
El nuevo presidente del Consejo Nacional de Morena afirmó que vienen tiempos muy intensos y los mejores” para esta fuerza política dominante en el país, fundada por López Obrador en 2014, y señaló que “nuestro mayor reto es darle continuidad histórica”.
“Hay que trabajar de manera muy comprometida, en unidad, con vocación democrática y pensando en el bienestar general de los mexicanos”, agregó al comprometerse a hacer que Morena siga “siendo la voz que representa a millones de personas comprometidas en lograr un mejor país para todos”.
“Nuestra responsabilidad traducir las políticas públicas en bienestar para la gente. Por eso la mejor manera de hacerlo es en un ámbito democrático, incluyente, abierto, tolerante”, expuso.
Según las más recientes encuestas, Morena con Ebrard o Sheinbaum como candidatos ganarían la presidencia en las elecciones del 2024 por una diferencia de más de 10 puntos frente a un bloque que agrupara a los principales partidos de la oposición, aunque se duda que estos logren consolidar una alianza.