Chile: Violeta Parra vuelve a pasear por Quinta Normal
Chile: Violeta Parra vuelve a pasear por Quinta Normal
Uno de los cuadros de Violeta Parra
– Exhiben pinturas al oleo y arpilleras en su cumpleaños 105
SANTIAGO DE CHILE, 05 OCT – La Universidad de Chile, su Museo de Arte Contemporáneo (MAC) y el Museo Violeta Parra rescataron obras inéditas de la gran folclorista, arpillerista, pintora, poeta, música, que hoy habría cumplido 105 años.
Con motivo de su cumpleaños y gracias a un convenio entre estas instituciones, habrá una sala dedicada a su obra en la sede del MAC de Quinta Normal, paseo popular del sector poniente de Santiago, donde vivió la autora de “Gracias a la vida”.
“Al conmemorarse 105 años de su natalicio, la exposición ‘Violeta Parra: Amigos tengo por cientos’, constituye una maravillosa oportunidad para el reencuentro con el genio creador de Violeta. Con ello, de algún modo, vuelve a Matucana y pasea por la Quinta, permitiendo que el público pueda seguir adentrándose en la versatilidad de su obra plástica, donde el amor, las luchas sociales y sus deseos de un mundo mejor, tienen un lugar preponderante”, destacó Roberto Guerra, presidente del directorio Fundación Museo Violeta Parra.
Es la segunda ocasión que el Museo Violeta Parra presenta parte de su colección en el barrio. A principios de año se realizó la muestra “Violeta Parra: Ir a Matucana, pasear por la Quinta” en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, donde por primera vez se expuso la arpillera “La Huelga de los campesinos”, restaurada en el MAC durante 2020; y la pintura sobre arpillera “Justice”. Ambas obras también son parte de la curatoría de “Violeta Parra: Amigos tengo por cientos”.
Quinta Normal tiene una gran importancia simbólica en la biografía de Violeta Parra. En 1935 llegó desde la localidad campesina de San Carlos (340 kilómetros al sur de Santiago) a la Estación Central de trenes, ubicada frente a Matucana. Ella, al igual que su hermano Nicanor, viajaron con el principal objetivo de estudiar.
Esta etapa se aprecia en sus “Décimas autobiográficas” y en canciones como “Violeta ausente” (“Por qué me vine de Chile/también que yo estaba allá/ahora ando en tierras extrañas/ay cantando pero apená/.Quiero bailar cueca, quiero tomar chicha/Ir al mercado y comprarme un pequén/Ir a Matucana y pasear por la quinta/Y al Santa Lucía, contigo, mi bien”).
Con la inauguración de la Sala Museo Violeta Parra en el MAC de Quinta, ambos museos convivirán en el mismo lugar, mientras se concreta la construcción de un mejorado edificio en la Plaza Italia. Dicho espacio resultó destruido por tres incendios durante las manifestaciones de la revuelta social de octubre de 2019.
La Universidad de Chile recordó hoy la entrevista que en 1965 (dos años antes de su muerte) le hiciera la periodista suiza Madeleine Brumagne en su taller de Ginebra. Mientras la artista pintaba, le consultó si es que tuviese que elegir de todas las expresiones artísticas que ella dominaba, con cuál se quedaría, a lo que Violeta respondió: “Me quedaría con la gente.
Es la gente que me motiva a hacer todas estas cosas”.
En torno a ese espíritu, la rectora Rosa Devés relevó hoy que “para la Universidad es un orgullo y una responsabilidad muy grande acoger a la obra de nuestra gran artista Violeta. Es una responsabilidad porque es una obra que vivirá y deberá crecer, es decir, deberá estar disponible a la ciudadanía y también ser objeto de investigación, de análisis y estudio, como es el compromiso de la Universidad con respecto a todo aquello que habita en ella” “Celebramos este espacio, y reconocemos aquí un espacio reflexivo, de intimidad, de encuentro, que es lo que Violeta viene a vivir en la Universidad de Chile: viene a hacernos pensar y a recoger nuestras tradiciones, así como a mirar hacia el futuro y a proyectar nuestro país desde esa alma creativa que ella fue y que es nuestra responsabilidad que siga siendo”, agregó la rectora.
El director del MAC, Daniel Cruz, apuntó a lo interesante que es “seguir haciendo cruces entre las disciplinas del arte popular y el arte contemporáneo, en un diálogo permanente y un trabajo conjunto entre las instituciones, los museos y las personas”.
Las obras expuestas revelan a Violeta como una artista contemporánea, que logra integrar música, escritura y artes visuales en una práctica total, en plena conexión con las personas.
La artista se relacionó con muchas figuras del mundo intelectual y artístico, pero también popular y folclórico, lo cual quedó plasmado en gran parte de sus creaciones.
Pablo Neruda, Joaquín Blaya, Nemesio Antúnez, Raquel Barros, Pablo de Rokha, Thiago de Mello, Gonzalo Rojas, Leopoldo Castedo, Alfonso Letelier, Sergio Bravo, Sergio Larraín, Rosa Lorca e Isaías Angulo, su madre, Clarisa Sandoval, y sus hermanos Nicanor, Hilda, Eduardo y Roberto, fueron influencias fundamentales para una obra donde confluyen la cultura popular chilena y las vanguardias europeas que conoció, pero que adquieren, con ella, una voz única y personal.
Obras como “Retrato” del historiador Leopoldo Castedo exponen la amistad como impulso para la creación, y revelan su lado cosmopolita, bohemio y trotamundos. El óleo “La muerte del angelito” o la arpillera “La huelga de los campesinos”, en cambio, muestran la otra cara de la artista, expresada como simpatía y comunión con las costumbres del mundo campesino, su interés por la cultura profunda de Chile, la naturaleza humana y el devenir político y social del país.
Con motivo de su cumpleaños y gracias a un convenio entre estas instituciones, habrá una sala dedicada a su obra en la sede del MAC de Quinta Normal, paseo popular del sector poniente de Santiago, donde vivió la autora de “Gracias a la vida”.
“Al conmemorarse 105 años de su natalicio, la exposición ‘Violeta Parra: Amigos tengo por cientos’, constituye una maravillosa oportunidad para el reencuentro con el genio creador de Violeta. Con ello, de algún modo, vuelve a Matucana y pasea por la Quinta, permitiendo que el público pueda seguir adentrándose en la versatilidad de su obra plástica, donde el amor, las luchas sociales y sus deseos de un mundo mejor, tienen un lugar preponderante”, destacó Roberto Guerra, presidente del directorio Fundación Museo Violeta Parra.
Es la segunda ocasión que el Museo Violeta Parra presenta parte de su colección en el barrio. A principios de año se realizó la muestra “Violeta Parra: Ir a Matucana, pasear por la Quinta” en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, donde por primera vez se expuso la arpillera “La Huelga de los campesinos”, restaurada en el MAC durante 2020; y la pintura sobre arpillera “Justice”. Ambas obras también son parte de la curatoría de “Violeta Parra: Amigos tengo por cientos”.
Quinta Normal tiene una gran importancia simbólica en la biografía de Violeta Parra. En 1935 llegó desde la localidad campesina de San Carlos (340 kilómetros al sur de Santiago) a la Estación Central de trenes, ubicada frente a Matucana. Ella, al igual que su hermano Nicanor, viajaron con el principal objetivo de estudiar.
Esta etapa se aprecia en sus “Décimas autobiográficas” y en canciones como “Violeta ausente” (“Por qué me vine de Chile/también que yo estaba allá/ahora ando en tierras extrañas/ay cantando pero apená/.Quiero bailar cueca, quiero tomar chicha/Ir al mercado y comprarme un pequén/Ir a Matucana y pasear por la quinta/Y al Santa Lucía, contigo, mi bien”).
Con la inauguración de la Sala Museo Violeta Parra en el MAC de Quinta, ambos museos convivirán en el mismo lugar, mientras se concreta la construcción de un mejorado edificio en la Plaza Italia. Dicho espacio resultó destruido por tres incendios durante las manifestaciones de la revuelta social de octubre de 2019.
La Universidad de Chile recordó hoy la entrevista que en 1965 (dos años antes de su muerte) le hiciera la periodista suiza Madeleine Brumagne en su taller de Ginebra. Mientras la artista pintaba, le consultó si es que tuviese que elegir de todas las expresiones artísticas que ella dominaba, con cuál se quedaría, a lo que Violeta respondió: “Me quedaría con la gente.
Es la gente que me motiva a hacer todas estas cosas”.
En torno a ese espíritu, la rectora Rosa Devés relevó hoy que “para la Universidad es un orgullo y una responsabilidad muy grande acoger a la obra de nuestra gran artista Violeta. Es una responsabilidad porque es una obra que vivirá y deberá crecer, es decir, deberá estar disponible a la ciudadanía y también ser objeto de investigación, de análisis y estudio, como es el compromiso de la Universidad con respecto a todo aquello que habita en ella” “Celebramos este espacio, y reconocemos aquí un espacio reflexivo, de intimidad, de encuentro, que es lo que Violeta viene a vivir en la Universidad de Chile: viene a hacernos pensar y a recoger nuestras tradiciones, así como a mirar hacia el futuro y a proyectar nuestro país desde esa alma creativa que ella fue y que es nuestra responsabilidad que siga siendo”, agregó la rectora.
El director del MAC, Daniel Cruz, apuntó a lo interesante que es “seguir haciendo cruces entre las disciplinas del arte popular y el arte contemporáneo, en un diálogo permanente y un trabajo conjunto entre las instituciones, los museos y las personas”.
Las obras expuestas revelan a Violeta como una artista contemporánea, que logra integrar música, escritura y artes visuales en una práctica total, en plena conexión con las personas.
La artista se relacionó con muchas figuras del mundo intelectual y artístico, pero también popular y folclórico, lo cual quedó plasmado en gran parte de sus creaciones.
Pablo Neruda, Joaquín Blaya, Nemesio Antúnez, Raquel Barros, Pablo de Rokha, Thiago de Mello, Gonzalo Rojas, Leopoldo Castedo, Alfonso Letelier, Sergio Bravo, Sergio Larraín, Rosa Lorca e Isaías Angulo, su madre, Clarisa Sandoval, y sus hermanos Nicanor, Hilda, Eduardo y Roberto, fueron influencias fundamentales para una obra donde confluyen la cultura popular chilena y las vanguardias europeas que conoció, pero que adquieren, con ella, una voz única y personal.
Obras como “Retrato” del historiador Leopoldo Castedo exponen la amistad como impulso para la creación, y revelan su lado cosmopolita, bohemio y trotamundos. El óleo “La muerte del angelito” o la arpillera “La huelga de los campesinos”, en cambio, muestran la otra cara de la artista, expresada como simpatía y comunión con las costumbres del mundo campesino, su interés por la cultura profunda de Chile, la naturaleza humana y el devenir político y social del país.
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