UN AUTRE MONDE / ANOTHER WORLD. Francia, 2021. Un film de Stéphane Brizé. 96 minutos
UN AUTRE MONDE / ANOTHER WORLD. Francia, 2021. Un film de Stéphane Brizé. 96 minutos
Vincent Lindon en UN AUTRE MONDE
Por Jorge Gutman
En su quinta colaboración con el actor Vincent Lindon el realizador Stéphane Brizé ofrece otro vibrante relato que completa la trilogía referente a las relaciones de trabajo. Así como en La Loi du Marché (2015) Brizé enfocaba la situación de un desempleado trabajador y en En guerre (2018) la del movimiento sindical, aquí la observación es realizada desde una óptica diferente.
El guión del director compartido con Olivier Gorce se centra en Philippe Lemesle (Lindon), el director de una de las cinco plantas con asiento en París de una corporación multinacional dedicada a producir artículos del hogar cuya sede social se encuentra en Estados Unidos. Este íntegro y honesto individuo, dejando en segundo plano su vida familiar, se vuelca íntegramente a su trabajo. Ese es uno de los problemas que confronta pues a pesar de haber mantenido una buena relación con su esposa Anne (Sandrine Kiberlain), ha llegado un momento en que ella ya no puede seguir tolerando la situación de tener un esposo que absorbido por su ocupación profesional, se muestra ausente incluyendo los fines de semana; ese es el motivo por el cual ella ha decidido divorciarse. A todo ello su situación se complica dado que Lucas (Anthony Bajon), su hijo adolescente, experimenta un colapso mental y requiere que se le preste la máxima atención posible; esta historia subsidiaria está muy bien tratada por Brizé sin desentonar con el tema central.
Gran parte del relato se centra en las reuniones de directorio que Philippe mantiene con la junta directiva sobre la marcha de la empresa y el punto de inflexión se produce cuando Claire Bonnet-Guérin (Marie Drucker), la ejecutiva francesa, recibe instrucciones provenientes del gerente general (Jerry Hickey) de la multinacional americana que deben ser cumplidas de inmediato; se trata de tener que suprimir parte del personal de la filial. No obstante que los trabajadores dedican todo su esfuerzo para cumplir con sus labores sin que haya disminuido la productividad, esa argumentación no resulta persuasiva. En un mercado internacional competitivo para el conglomerado multinacional lo que cuenta en primera instancia es reducir los costos de producción a fin de acrecentar el valor de las acciones y satisfacer a sus poseedores. En suma he aquí la implacable realidad imperante donde se impone la ley del mercado.
Si bien Philippe con el apoyo de algunos miembros del directorio trata de convencer a Claire de no reducir el personal, ella no atiende su sugerencia puesto que a su vez debe obedecer el mandato recibido de la sede central. De este modo la trama enfoca a Philippe enfrentando la misión imposible de no defraudar las expectativas de los trabajadores que confían en él y esperan no ser despedidos.
Sin necesidad de avanzar en el desarrollo de esta historia como así tampoco en su desenlace, lo concreto es que Brizé ha logrado un film de notable intensidad graficando una situación absolutamente realista que refleja la deshumanización vigente en las relaciones laborales; así poco importa la dedicación y lealtad de la clase trabajadora cuando es necesario privilegiar a los accionistas.
Con una narración dinámica, el cineasta se ha valido de un intachable elenco en donde Lindon confirma una vez más ser uno de los más estupendos intérpretes de la cinematografía internacional; caracterizando el pesar de un héroe arrinconado dispuesto a mantener su dignidad, el actor expresa con gran intensidad la profunda humanidad de su personaje en este perturbador drama social.
VIKING. Canadá, 2022. Un film de Stéphane Lafleur 105 minutos
Ausente desde 2014 en que ofreció su notable largometraje Tu Dors Nicole, Stéphane Lafleur retorna con su cuarto opus en Viking en el que ratifica su condición de ser uno de los más creativos realizadores de Canadá. En esta oportunidad aborda un tema decididamente original que a primera vista puede catalogarse de ciencia ficción, pero que bien podría asemejarse a una situación realista.
La historia concebida por Lafleur con la colaboración de Éric K. Boulanne transcurre en la época en que la NASA decide enviar la primera misión humana a Marte. Al comienzo del relato se observa a David (Steve Laplante), un profesor de educación física, que después de haber participado con su compañera Isabelle (Marie-Laurence Moreau) y unos amigos en una cena cordial, se despide de ellos por cuanto se ausentará por dos años y medio para participar en un singular proyecto. Él ha sido elegido por la Viking Society como voluntario para integrar un grupo de 5 participantes en un simulacro de viaje espacial a Marte, como réplica de la real expedición que está a punto de comenzar. El objetivo perseguido es el de poder anticipar los inesperados problemas interpersonales que los verdaderos astronautas tendrán que enfrentar durante el prolongado viaje espacial.
La selección efectuada por la compañía ha tenido en cuenta de que cada uno de los integrantes independientemente de su sexo, responda a la similar naturaleza psicológica de sus homólogos.
Bajo la supervisión de Jean-Marc (Martin-David Peters) y Christiane (Marie Brassard), David, que de ahí en más será el simulado astronauta John, convivirá aislado con los cuatro restantes voluntarios del equipo ficticio que serán conocidos con los nombres de Steven (Larissa Corriveau), Janet (Fabiola N. Aladin), Gary (Hamza Haq) y Liz (Denis Houle). La supuesta astronave es un bunker ubicado en una desértica región de Estados Unidos y en su interior se desarrollará el viaje espacial donde cada uno de los voluntarios tiene asignado una tarea especial.
Durante el transcurso de esa misión interplanetaria van sucediéndose algunas situaciones absurdas que generan un logrado humor equilibrando de este modo los aspectos más serios que se generan en la interacción de los miembros del equipo; es precisamente en ese devenir donde el relato resalta las dificultades que pueden producirse cuando resulta problemático vislumbrar la conducta humana al estar alejado de la Tierra durante un prolongado espacio de tiempo.
Todos los personajes están muy bien delineados en el ingenioso guión, sobre todo el de David mostrando cómo su asumida identidad del astronauta John le resulta difícil dejarla de lado, al llegar a suponer que verdaderamente es un explorador espacial.
Gracias a la esmerada realización de Lafleur, Viking constituye una muy buena exploración del comportamiento motivacional, mostrando la falibilidad del ser humano como asimismo las reacciones emocionales que se generan frente a situaciones imprevistas.
Con intachables interpretaciones del elenco y resaltado por la magnífica fotografía de Sara Mishara, a través de este imaginario viaje espacial Lafleur ha logrado un cautivante retrato de la condición humana que sin duda el cinéfilo sabrá apreciar.
BLONDE. Estados Unidos, 2022. Un film escrito y dirigido por Andrew Dominik. 165 minutos. Distribuido por Netflix
Aún perdura en la memoria colectiva la muerte de Marilyn Monroe acaecida el 4 de agosto de 1962 a causa de una sobredosis de barbitúricos ingerida y cuyo deceso ha sido considerado como probable suicidio. Interesado por quien fuera una de las estrellas más deslumbrantes de la década del 50, el director Andrew Dominik decidió abordar su vida tomando como referencia la biografía ficcional de Joyce Carol Oates publicada en 2000 y que en su momento fue muy controvertida.
Más allá de considerar si lo que el film refleja se adhiere estrictamente a la existencia de la glamorosa Marilyn, mucho de lo que se presencia ha sido bien conocido a través de los diferentes medios de difusión. Adoptando el clásico estilo de una biografía convencional aunque con importantes saltos en su desarrollo, la primera imagen exhibe a Norma Jeane Baker (Lily Fisher), donde su madre Gladys (Julianne Nicholson) le festeja su séptimo cumpleaños. Sin embargo muy pronto esta mujer, seriamente desequilibrada que abusa de su hijita al punto de intentar ahogarla en la bañera, es internada en una clínica psiquiátrica; así, la niña sin su padre a quien nunca ha conocido es forzada a pasar su infancia en un orfanato.
Después de su triste niñez, en su etapa adulta la joven Norma Jeane, ya apodada Marilyn Monroe (Ana de Armas), en su aspiración de ser actriz sufre la humillación de la violación ejercida por un productor de Hollywood (David Warshofsky) que la entrevista. De allí en más Marilyn se convertirá prontamente en la gran bomba sexual del espectáculo donde se la ve asediada y celebrada por el público y los fotógrafos en ocasión del estreno de Gentlemen Prefer Blondes (1953). Con todo, su celebridad no llega a compensar su sentimiento de pena frente a su madre enferma, por no haber podido conocer a su padre y especialmente al ver frustrada su vocación maternal debido al aborto forzado al que estuvo sujeta por imposición de los estudios de Hollywood para seguir gozando de los beneficios derivados de su éxito en futuros filmes.
De allí en más Dominiik ilustra su tumultuosa vida sentimental, incluyendo el casamiento con el famoso beisbolista Joe DiMaggio (Bobby Cannavale) y su pronto divorcio en la medida que él no está dispuesto a que ella siga con su trabajo centrado fundamentalmente en la seducción sexual. El otro derrotero sentimental será con el gran dramaturgo Arthur Miller (Adrien Brody) con quien contrae enlace y llega a compartir algunos momentos de felicidad, sobre todo al haber quedado embarazada y concretar su aspiración maternal; pero la dicha es de corto alcance al producirse un aborto involuntario, factor que motiva a que su sufrimiento la aleje gradualmente de su marido.
A través de la excelente caracterización de Ana de Armas quien se sumerge en cuerpo y alma en su personaje, se puede empatizar con la vida en última instancia triste y desolada de la despampanante rubia; la artista transmite plenamente la fragilidad, desamparo y tristeza de una celebridad que nunca pudo superar la amargura de no ser madre; a ello se agrega la pesadumbre de no haber tenido contacto alguno con su padre en donde esa figura es reemplazada en parte por quienes mantuvo amoríos, llamándoles “daddy”.
El tratamiento brindado por Dominik resulta un tanto discutible en tanto que continuamente la filmación en color cede lugar al blanco y negro a lo largo de su desarrollo, sin que exista razón alguna que lo justifique. Asimismo resulta innecesario enfatizar en el “menage a trois” que Marilyn mantiene con Eddy Robinson Jr (Evan Williams), el hijo de Edwar Robinson, y Cass Chaplin (Xavier Samuel), el vástago de Charles Chaplin; igualmente resulta de poco gusto la escena en que ella se degrada practicando el coito oral con el presidente Kennedy (Caspar Phillipson).
Al margen de las objeciones señaladas y adoptando un tratamiento visual impresionista, cabe ponderar la buena puesta en escena del director brindando un relato globalmente atractivo aunque no excepcional del emblemático ícono sexual.
Comments (0)