CRÓNICAS. COP27
CRÓNICAS. COP27
Por: Lucía P. de García
Toronto.- Entre el 6 y el 18 de noviembre, Jefes de Estado, ministros y autoridades acudirán al bello y lujoso balneario Sharm El Sheikh, Egipto, para participar en la COP27, Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2022 bajo el lema “Juntos para la Implementación”. Si bien se esperaba que los países más poderosos llegaran a la cita cumpliendo los ofrecimientos que hicieron el año pasado conforme el obligatorio Protocolo de Kioto y el no vinculante Acuerdo de París 2015, todo evidencia que no lo han hecho. Lo más absurdo es que uno de los auspiciantes a la reunión sea la Coca-Cola, gran contaminador con sus botellas plásticas que se las encuentran en todas partes del mundo. Pese a las críticas y protestas de los activistas, Egipto no ha vetado el auspicio de la empresa cuyos directivos, desde hace años, vienen inobservando sus promesas de mejorar su reciclaje.
Mientras tanto, el calentamiento global avanza a gran velocidad a partir del “craqueo” de los combustibles fósiles del cual se obtiene el plástico, las emisiones de carbono, los químicos empleados en las guerras, el excesivo uso de fertilizantes, los residuos tóxicos de la industria, la deforestación de selvas, bosques, la contaminación de las aguas. A diario se dan fenómenos meteorológicos extremos, se incrementa el deshielo de los polos, la desertificación, la subida del nivel de mares, lagos, ríos, lo que golpea la economía internacional y merma el desarrollo social. Para colmo, entre los líderes de ciertos países se ha desatado un despliegue de egos y amenazas de atacar al otro con su arsenal nuclear, aunque eso implique su suicidio y el nuestro, pues nos “suicidarían” sin siquiera habernos pedido nuestra opinión.
Los únicos verdaderos defensores de la Tierra son los pueblos originarios, con su forma de vivir en armonía con la Madre Naturaleza, a la que cuidan con amor. También los activistas climáticos, muchos de los cuales han sido perseguidos, martirizados, asesinados. Igual de decidida ha sido la labor de las entidades ambientalistas que enfrentan la arremetida de la corrupción, los intereses de las mineras, de las grandes industrias y empresas.
El tiempo para salvar a nuestro planeta se agota. Según las Naciones Unidas, tenemos hasta 2030 para bajar la contaminación a la mitad hasta llegar a 0 en 2050. ¿Será que los gobiernos se pondrán a trabajar inmediatamente con eficiencia? Muy dudoso. Pero no sólo son los gobiernos los llamados a ese menester, todos debemos asumir esa tarea. La ONU da las directrices: no desperdiciar los alimentos; evitar las carnes, preferir los vegetales, los productos ecológicos; ahorrar energía en casas y edificios; cambiar a la energía eólica o solar; utilizar vehículos eléctricos; conducir menos; usar bicicleta, caminar; consumir en forma responsable; aplicar la trilogía: Reutilizar, Reparar, Reciclar. Especialmente, elegir bien a los Jefes de Estado, hacerles oír nuestras voces hasta que comprendan que nosotros les hemos dado el honor de representarnos, organizarnos, dirigirnos, y que es su obligación obedecer nuestros mandatos. El de hoy es ¡Salvar el único hogar que tenemos: la Tierra!
.
Comments (0)