CRÓNICAS. ¿Qué sucederá después del Mundial? 

CRÓNICAS. ¿Qué sucederá después del Mundial? 

Por: Lucía P. de García

Toronto.- Previo al Mundial de Fútbol Qatar 2022, las autoridades catarís advirtieron a quienes concurrirían a ver los partidos o hacer turismo que serían tolerantes ante su comportamiento cultural diferente, siempre y cuando no contraríe la Ley Islámica conocida como Sharia. Quien lo hiciere podría estar sujeto a multas, castigos, deportación inmediata, prisión. Al mismo tempo y por medio de folletos informativos o videos, las agencias de viaje y la FIFA recomendaron buen comportamiento y dieron a conocer las normas a observar: 

Respeto a la Religión Musulmana, lugares y símbolos sagrados, no profanar, no blasfemar. Cero tolerancia a la homosexualidad, no portar la bandera arcoíris del LGBTIQ. Se prohíbe pornografía, prostitución, consumir drogas. No se puede sacar fotos o videos a las mujeres. Tampoco tomar fotos o filmar zonas religiosas, militares o en construcción a menos que se obtenga un permiso. No se permite llevar o beber alcohol en áreas  públicas, sólo es posible en hoteles y sectores designados previa presentación de pasaporte. No se admite ebriedad,  insultar, escupir, pelear o gritar con irrespeto, ni hacer demostraciones de afecto en público. Mujeres y hombres están obligados a observar el código de vestimenta que exige cubrir  hombros y rodillas, a ellas se les solicita no excederse en el maquillaje, no usar minifaldas, bikinis, leggings, jeans rotos o rasgados. Pueden lucir faldas o vestidos hasta debajo la rodilla, y deben, en señal de respeto, cubrirse el cabello al visitar mezquitas, museos, palacios.  

Al momento ya hay un antecedente de castigo. El hincha italiano que en pleno juego Portugal-Uruguay irrumpió en la cancha del Estadio Lusail portando una bandera arcoíris y mensajes de apoyo a las mujeres iraníes y a Ucrania, inmediatamente fue detenido por la policía. Pese a explicar que los siete colores de la insignia representan a La Paz y no a la LGBTIQ que tiene seis, permaneció preso algunas horas y sólo fue liberado a instancias del presidente de la FIFA,  pero no puede volver a ingresar a ningún estadio catarí. Hay otro caso, la propia Comisión Disciplinaria de la FIFA ha abierto un expediente por posible conducta indebida a los jugadores argentinos y holandeses que tuvieron encontrones durante su partido en el Estadio Lusail.

Algunos medios han publicado internacionalmente la noticia de que una guapa modelo croata ha alentado en los estadios al equipo de su país vestida con prendas reveladoras diseñadas a cuadros blanco y rojo semejantes al Escudo de Armas de Croacia, y ha realizado sesiones de fotos “subidas de tono” en áreas abiertas, lo que podría acarrearle graves sanciones o prisión. Parecida suerte podrían sufrir los catarís que cayeron en la tentación de tomarle fotos o videos. También inquieta la situación de mis compatriotas que en el Estadio Al Bayt no sólo avivaron con alegría al equipo de Ecuador sino que gritaron ¡queremos cerveza! y profirieron cánticos homofóbicos contra dos queridos países de Sudamérica. Ante estos y otros eventos que sin tanta difusión se deben estar generando en Qatar “sin querer queriendo”, como decía el Chavo del Ocho, o queriendo mismo, vale preguntar ¿qué sucederá después del Mundial?