CRÓNICAS. Nuestros Inviernos
CRÓNICAS. Nuestros Inviernos
Por: Lucía P. de García
Toronto.- Los tres territorios y las diez provincias de Canadá están acostumbrados a inviernos gélidos y abundante nieve. Yukón, los Territorios del Noroeste y Nunavut tienen temperaturas que promedian entre -16 y -30 grados centígrados y nevadas que afectan a sus pequeñas ciudades donde habitan miembros de los pueblos originarios. De las provincias, en British Columbia el invierno es más suave, lo moderan el Océano Pacífico y las montañas Rocosas, Costeras, Cassair y Columbia situando el termómetro entre 2 y -4 grados, cuando cae nieve sólo permanece horas. Las praderas centrales Alberta, Saskatchewan y Manitoba ostentan las cifras más bajas, entre -12 y -23 grados y su nieve semeja un gigantesco manto blanco con destellos de plata. Ontario está rodeada por cuatro de los cinco grandes lagos: Superior, Hurón, Erie y Ontario que alivian el frío señalándolo entre -5 y -20 grados y propician nevadas normales. Quebec es muy frío, entre -6 y -14 grados, su gran cantidad de nieve añade belleza a sus paisajes. En las provincias bañadas por el Océano Atlántico, Terranova, Isla del Príncipe Eduardo, Nueva Brunswick, Nueva Escocia, el termómetro señala entre -2 y -9 grados centígrados, el derroche de nieve es idéntico a la acogida tradicionalmente afectuosa que su gente brinda a las visitas.
El precioso cielo azul-celeste que Ontario luce sobre sus 23 ciudades casi todo el año permanece en invierno, cuando los fríos duran más tiempo al norte que al sur. Entre las urbes se destacan la capital del país Otawa con inviernos crudos, y la capital provincial Toronto que suele sorprender como en diciembre 2005 con 18,3 grados centígrados y en febrero 2016 con -26,3 grados.
Por sobre estas particularidades, en Canadá se dan tormentas donde nieve y viento mandan a su antojo. La gran tormenta de nieve, hielo y lluvia de enero 1998 causó un daño terrible al Este canadiense al derrumbar árboles, torres eléctricas, dañar casas, edificios, dejar sin electricidad a más de cuatro millones de personas que no tuvieron luz, agua, calefacción, ni pudieron salir de sus hogares. Ontario, Quebec y New Brunswick pidieron ayuda a las Fuerzas Armadas que en despliegue no visto desde los años 50 inmediatamente enviaron 16.000 militares a limpiar vías, reparar puentes, torres y cables eléctricos. A las personas socorrieron, alimentaron, llevaron a albergues, acompañaron, cuidaron. Igual hicieron con los animales.
Las últimas “tormentas feroces” antes de Navidad 2022 causaron similares estragos en amplias zonas de las provincias, a más de inundaciones. Vehículos varados, trenes estancados y aviones que cancelaron alrededor de 5.000 vuelos, complicaron el desplazamiento general forzando estados de emergencia. Afortunadamente no hubo muertes que lamentar, lo que sí ocurrió en Estados Unidos donde la situación fue peor. Hoy, en la plenitud de uno más de nuestros inviernos habrá que prepararse para enfrentar nuevas tormentas, ojalá sean tan compasivas con todo el territorio de Canadá como lo fueron esta vez con Toronto.
Comments (0)