Perú retira definitivamente a su embajador en Colombia tras acusar a Petro de “injerencias”
Perú retira definitivamente a su embajador en Colombia tras acusar a Petro de “injerencias”
El presidente colombiano, Gustavo Petro, el pasado sábado en la Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo, se quedí sin embajador peruano por bocón. MAURICIO DUENAS CASTANEDA (EFE)
El Gobierno peruano profundiza su aislamiento internacional después de que el presidente colombiano defendiera a Pedro Castillo en la Cumbre Iberoamericana
El Gobierno peruano comunicó la retirada definitiva de su embajador en Colombia, atribuyendo su decisión a los comentarios del presidente de Colombia, Gustavo Petro, que calificó de “injerencistas y ofensivos”. El Ejecutivo encabezado por Dina Boluarte desde el pasado diciembre afirmó que el mandatario del país vecino “persiste en distorsionar la realidad” al no reconocer que el exmandatario Pedro Castillo dio un fallido autogolpe el pasado 7 de diciembre.
Petro, en su afinidad a la ideología de Castillo, aseguró el pasado sábado durante la XXVIII Cumbre Iberoamericana celebrada en Santo Domingo que Castillo tendría que haber estado en la reunión, no en la cárcel. “Hoy debería estar aquí, lo sacaron. Está preso”, lanzó ante la ministra de Relaciones Exteriores de Perú, Ana Cecilia Gervasi. Esta le contestó poco después: “Si Pedro Castillo no está aquí es porque dio un golpe de Estado. Si estuviera, tendrían a un dictador”.
Con la retirada del embajador Perú confirma su tendencia al aislamiento en lo que a política exterior se refiere. Si el Congreso ya había declarado persona non grata al presidente colombiano, esta vez el Ejecutivo tomó una decisión más drástica.
La medida, agregó la Cancillería, obedece precisamente a que Petro puso en tela de juicio el intento fallido de golpe de Estado del expresidente Castillo en diciembre pasado. El comunicado anota que los pronunciamientos de Petro “han deteriorado seriamente la histórica relación de amistad, cooperación y respeto mutuo que ha existido entre el Perú y Colombia”.
Las relaciones diplomáticas entre los dos países vecinos quedarán ahora reducidas a encargados de negocios, tal y como han quedado las relaciones entre México y Perú. A finales de febrero, Boluarte anunció el cese definitivo de Manuel Gerardo Talavera Espinar, hasta entonces embajador peruano en México. La razón es la misma, por las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aquella vez Boluarte fue rotunda: “Rechazo enérgicamente las expresiones formuladas por el presidente de México sobre asuntos internos del Perú y sus inaceptables cuestionamientos que de manera reiterada formula sobre el origen constitucional y democrático de mi Gobierno. El señor López ha decidido apoyar el golpe de Estado del expresidente Pedro Castillo, el mismo que generó el rechazo unánime de las instituciones que integran el orden democrático en el Perú”.
La tensión con Colombia ha ido en aumento en los últimos tres meses, en medio del escenario de las protestas contra el nuevo Gobierno peruano. La declaración que más tensó la cuerda fue cuando Petro dijo que la Policía peruana “marchaba como nazi en contra de su pueblo”. Entonces fue el Congreso el que se pronunció en su contra.
El comunicado de la Cancillería termina solicitando que se calmen las aguas: “El Perú hace votos para que la estrecha y bicentenaria relación bilateral con Colombia retome su cauce en el marco del respeto mutuo y las normas, principios y valores que rigen la convivencia entre los estados”. Petro, sin embargo, en todo este tiempo no ha dado una sola muestra de cesar en su apoyo al maestro rural Pedro Castillo, hoy encarcelado.
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