Latinoamérica está a punto de superar a África como la región menos inmunizada del mundo
Latinoamérica está a punto de superar a África como la región menos inmunizada del mundo
Una mujer camina junto a un mural que busca promover la vacunación contra la covid-19, en Río de Janeiro (Brasil), el 31 de julio de 2021. NURPHOTO VIA GETTY IMAGES
– Un informe de Unicef alerta de un descenso del 18% en vacunación en la última década. Uno de cada cuatro niños no ha recibido la pauta completa de las inyecciones básicas
En los últimos 10 años, América Latina y el Caribe ha pasado de tener una de las tasas de vacunación infantil más altas del mundo a estar a la cola. Unos 2,4 millones de niños de la región no han recibido las pautas completas de las inyecciones principales. Muchos de ellos no han recibido ninguna dosis. Así, uno de cada cuatro menores quedan expuestos a un sinfín de infecciones inmunoprevenibles como la hepatitis B, el sarampión o el tétanos. Aunque la pandemia ha sido la mayor zancadilla, no es la única. La pobreza, la falta de financiación y la creciente inestabilidad política y social del continente están detrás del descenso más brutal de hace tres décadas.
En la región, la cobertura de la tercera dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tosferina, la principal inyección que reciben niños menores de un año, cayó un 18% de 2012 a 2021, según el informe de Unicef, El Estado Mundial de la Infancia 2023: Para cada infancia, vacunación, publicado este jueves.
El continente pasó de tener vacunados al 93% de los más pequeños a apenas el 75%, lo que sitúa a América Latina y el Caribe por debajo de la media mundial (81%) y casi a la par que África Oriental y Meridional (74%). “Solo se podrá revertir la situación con más inversión y sensibilización”, explica Ralph Midy, asesor regional de Inmunización de Unicef para América Latina y el Caribe. “Hay que volver a poner en marcha clínicas móviles, políticas públicas y medidas de salud comunitarias. Tenemos que ampliar los socios comunitarios para que estos servicios lleguen a quienes lo necesitan”.
Entre los datos que más preocupan son los pequeños que no recibieron ninguna dosis de ninguna vacuna. En la región son más de 1,7 millones, la mayoría con el mismo denominador común: la pobreza. Aunque con diferentes caras —migración, desastres naturales, inestabilidad política, violencia— la vacunación ha venido cayendo en la última década porque la población vulnerable es cada vez mayor y la inmunización cada vez está más abajo en la lista de prioridades de las familias (y de los Estados).
Brasil, México y Venezuela, los países con más “niños cero”
El fenómeno conocido como “niños cero” ha afectado principalmente a Brasil (700.000), México (316.000) y Venezuela (120.000). Entre estos tres países, suman más del 60% de los menores sin inmunizar de la región. Brasil y México, además, constan en la lista de los 20 países (la mayoría africanos) con más menores sin vacunar. Los niños sin recursos tienen el triple de probabilidades de estar en este grupo.
Un joven recibe una dosis de la vacuna contra la covid-19, en Ciudad de México, el 27 de julio de 2021.
SÁSHENKA GUTIÉRREZ (EFE)
“Lo primero en lo que piensan las personas en situación de pobreza no suele ser ponerse una vacuna. Piensan en qué comer y en la seguridad de sus hijos”, explica por teléfono Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica y miembro directorio de la Sociedad Mundial de la misma rama, WSPID por sus siglas en inglés. “La mayoría de países en América Latina no tiene programas activos para buscar a poblaciones vulnerables que no consiguen llegar a los centros de salud y vacunarlas. Hoy en día apenas hay políticas ni tecnologías para ello”.
Para Midy, estas bajas tasas son el resultado del exceso de confianza: “Fuimos víctimas de nuestros éxitos. Llegamos a una cobertura prácticamente total y pensamos que el problema se había resuelto. Por eso dejó de ser prioritario en la financiación”.
La disparidad del gasto público en salud en la región y la reducción de la inversión en algunos países han dejado a las comunidades marginadas con un acceso limitado a la atención primaria de salud de calidad, responsable de este servicio médico. Y la covid lo dinamitó todo. Según cifras del Banco Mundial prepandémicas, la media de inversión en salud en América Latina era del 6,6% del PIB, inferior al 8,8% de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Las consecuencias
Se estima que vacunar a un niño con todas las inyecciones que necesita cuesta unos 58 dólares. Las consecuencias de no hacerlo son incalculables. Según Unicef, por cada dólar invertido en vacunación, se produce un retorno de 26. “El riesgo de no hacer nada es muy grave: va a crear una desestabilización enorme de la región”, añade Midy mediante una videollamada.
La primera de las consecuencias, vinculada a la salud pública, se traduce en el resurgimiento de enfermedades inmunoprevenibles, como los brotes de difteria o tétanos que se están dando en la región. Si bien la vacunación es un procedimiento muy sencillo técnicamente hablando, para Debbag, volver a subir la cobertura no será algo “de la noche a la mañana”. “Cuando cae tan abruptamente, no se soluciona de un año para otro. Hace falta volver a sensibilizar y llevar a los sanitarios al lugar donde está la población que no se vacuna”.
Una niña se prepara para recibir una dosis de la vacuna contra la covid-19, en Santo Domingo (República Dominicana). ERIKA SANTELICES (AFP)
En América Latina los grupos antivacunas no son tan fuertes ni están tan organizados como en África, pero la desinformación a raíz de la pandemia añadió esta variable a la ecuación. “Las cifras fueron muy alarmantes. En muchos países de la región, la gente se negaba a vacunarse de la covid porque decían de todo: que si les iban a inyectar un chip para geolocalizados, que los iban a enfermar…”, explica Midy. El estudio muestra un aumento de vacunación en las familias en las que la madre ha ido a la escuela. “Es nuestro deber poner todo nuestro empeño en sensibilizar y explicarle a la gente que vacunar a los niños es un bien para todos”.
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