CRÓNICAS: Origen del nombre Canadá
CRÓNICAS: Origen del nombre Canadá
Por: Lucía P. de García
Toronto.- Nadie sabe el origen del nombre con el cual se identifica Canadá. La palabra emerge desde lo remoto del tiempo, quizás cuando los vikingos dejaban su huella en Terranova o españoles y portugueses se acercaban a costas canadienses para pescar, mucho antes de que Cristóbal Colón llegara a nuestro continente en 1492. Cuando en 1534 los franceses comandados por Jacques Cartier avanzaron desde el océano Atlántico por el río San Lorenzo, los pueblos originarios iroqueses y hurones ya llamaban “kanata” a su aldea, por lo que Cartier creyó que ese era el nombre de este lugar del mundo.
Con la intención de despejar tal misterio, el científico español-canadiense Demetrio G. Lahoz, radicado en Edmonton en 1973, decidió viajar por todo el país. Guiado por un presentimiento llegó al río San Lorenzo, donde la espectacularidad del paisaje le hizo exclamar “¡Qué cañada y qué puente!”. La palabra “cañada” tuvo un efecto mágico: le abrió las puertas de prestigiosas instituciones, le condujo por bibliotecas inaccesibles, le permitió descubrir textos antiguos, le hizo vivir hechos sorprendentes. La información adquirida la plasmó en el libro “The Name Canada in Historic Perspective”, lanzado en 1992 en Toronto.
Tiempo después tuvo la gentileza de obsequiarme un ejemplar, cuya lectura repetí hace pocas semanas, encontrándolo otra vez muy interesante. El análisis etimológico y el juego de acentos sonoros que se prestan a confusión, Canada, Canadá, Canyada, Canñada, es esclarecedor. Cautiva encontrar a personajes nativos y europeos juntos, construyendo la historia canadiense al protagonizar aventuras, viajes, descubrimientos, caprichos, intrigas, odios, amores. Los colonizadores españoles y portugueses primero, luego los franceses, por último los ingleses, todos decidiendo sobre las inmensas tierras de Canadá. Los reyes europeos diseñando el destino de los pueblos originarios. Las cortes europeas llenas de espías interesados en descubrir el secreto de los reyes españoles, quienes ocultaban la existencia de Terranova. La Bula del Papa Alejandro VI, que al dividir el Atlántico mediante una línea imaginaria de polo a polo, otorga a España la parte oeste de Terranova y a Portugal la parte este. El primer mapa que identifica a Canadá con su nombre, aparece en 1546. El Tratado de Vaucelles, en 1556, señala que Francia “tiene que reconocer nuevamente los exclusivos derechos de España en América y pedirle permiso para poder zarpar a cualquier parte de la América hispana”. “Champlain encontró en 1620 tan fuerte industria española alrededor de Saguenay, que no tuvo otra opción que acantonar en las ruinas del fuerte Roberval donde fundó la actual ciudad de Quebec”.
Ignoro si los historiadores canadienses han estudiado este valiosísimo documento. En todo caso, al conmemorar el 1 de Julio un año más de vida de la Confederación Canadiense que nació en 1867 con las provincias de Ontario, Quebec, Nuevo Brunswick y Nueva Escocia (Canadá tiene 10 provincias y tres territorios), bien vale festejar el Día de Canadá exaltando sus libertades, respeto, solidaridad, humanismo, amparo social, democracia, multiculturalismo, con un alegre y sonoro ¡Feliz Cumpleaños, querido Canadá!
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