CRÓNICAS: Brasil resucita UNASUR
CRÓNICAS: Brasil resucita UNASUR
II Parte: La Sede
Por: Lucía P. de García
Toronto.- En diciembre 2014, luego de que UNASUR otorgara a Quito el gran honor de ser la Capital de la Integración Suramericana y que el presidente de Uruguay José Mujica asumiera la Presidencia Pro Tempore, Ecuador donó a UNASUR su sede, al norte de la capital, en San Antonio de Pichincha, lugar mágico donde la línea equinoccial define la Mitad del Mundo, los fenómenos físicos que sólo allí ocurren atraen a científicos, turistas disfrutan de los encantos del entorno.
El bello, elegante y moderno inmueble de última tecnología y con certificación internacional medioambiental, se destaca en el paisaje cual ave que sube al infinito con sus dos volados de cristal que se reflejan en dos espejos de agua. El diseño corresponde al arquitecto ecuatoriano Diego Guayasamín, sobrino del famoso pintor Oswaldo Guayasamín, fallecido, cuya obra “Serie las Manos” se colocó como mural en la Sala de Presidentes del edificio, al que se le puso el nombre de Néstor Kirchner. La estatua del ex mandatario argentino, de bronce, dos metros de alto y en gesto que invita ingresar al conjunto, fue ubicada en la entrada de la sede. La figura fue donada por Argentina y la esculpió el artista argentino Miguel Villalba.
Parecía que el sueño de El Libertador se hacía realidad. Suramérica se encaminaba hacia la unión autónoma, nuestros pueblos se sentían libres de las imposiciones de otros estados, organismos interamericanos, bancos mundiales, multilaterales, transnacionales. UNASUR posibilitaba la existencia de la Patria Grande y al fin podíamos trazar nuestro propio destino. Sólo parecía…
Llegó 2017 y la región se enrumbó hacia la derecha. Por discrepancias sobre Venezuela se creó el Grupo de Lima, lo cual significó un duro golpe para UNASUR. Argentina, con su presidente Mauricio Macri, quien ostentaba la Presidencia pro Tempore, apenas si hizo reuniones, dejó de abonar las cuotas, diluyó el nombramiento de Secretario General. En 2019, aduciendo la inacción institucional que él mismo causó, Macri retiró a Argentina de UNASUR. Le siguieron Brasil con Jair Bolsonaro, Chile con Sebastián Piñera, Colombia con Iván Duque, Perú con Martín Vizcarra, Paraguay con Mario Abdo Benítez, Uruguay con Luis Lacalle Pou, Ecuador con Lenin Moreno.
Si, aunque resulte increíble, Ecuador abandonó UNASUR. Olvidando los honores y las deferencias que la entidad había conferido a Quito, así lo anunció Moreno en cadena nacional de radio y televisión. A los países que permanecieron, Bolivia, Guyana, Surinam y Venezuela, les pidió devolver la sede que Ecuador había donado a UNASUR, aduciendo que no podía gastar 500.000 dólares anuales para mantener un inmueble cuyos 19.533 metros cuadrados costaron $43,6 millones de dólares. Dijo que allí ubicaría la Universidad Indígena que pensaba crear, y retiró la estatua de Néstor Kirchner (hoy se luce en Buenos Aires, en el Centro Cultural Kirchner).
Pobladores del sector afirman que intencionalmente se abandonó el edificio, dejando que las puertas se golpearan al paso del viento que rugía al ingresar por las ventanas abiertas, en tanto alguna luz seguía encendida en el interior y el deterioro se instalaba en los sofisticados aparatos electrónicos, sistemas de comunicación, de respaldo de datos, y en las cabinas de traducción de los cuatro idiomas oficiales de los países miembros: español, portugués, inglés y neerlandés.
Próxima semana: III Parte y Final: La Esperanza está en Brasil.
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