MISSION IMPOSSIBLE: DEAD RECKONING PART ONE. Estados Unidos, 2023. Un film de Chrstopher McQuarrie. 163 minutos
MISSION IMPOSSIBLE: DEAD RECKONING PART ONE. Estados Unidos, 2023. Un film de Chrstopher McQuarrie. 163 minutos
Tom Cruise en MISSION IMPOSSIBLE – DEAD RECKONING PART ONE
Por Jorge Gutman
MISSION IMPOSSIBLE: DEAD RECKONING PART ONE. Estados Unidos, 2023. Un film de Chrstopher McQuarrie. 163 minutos
Después de 27 años en que Brian de Palma realizó Mission Impossible, ahora se conoce la primera parte de la séptima incursión de esta saga dirigida por Christopher McQuarrie e intitulada Dead Reckoning Part One con el retorno del célebre agente de IMF (Impossible Mission Force) Ethan Hunt (Tom Cruise).
En este relato Hunt es encomendado por el director de la agencia Eugene Kittridge (Henry Czerny) a realizar una misión que podría calificarse de super imposible. Hay un arma letal denominado The Entity que es un programa de computación dotado de inteligencia artificial capaz de infiltrarse y controlar cualquier sistema electrónico del mundo pudiendo causar una apocalíptica tragedia. Para ello Hunt debe localizar una llave dividida en dos partes a fin de poder desactivar el programa mencionado. Es así que nuevamente el infatigable héroe contará con el apoyo de Luther Stickell (Ving Rhames) y Benji Dunn (Simon Pegg), sus eficaces y diestros expertos en informática, así como en esta oportunidad tendrá intervención especial Grace (Hayley Atwell), una experta carterista. A todo ello y persiguiendo el mismo propósito está embarcado Gabriel (Esai Morales), el villano enemigo de Hunt, quien parece estar recibiendo órdenes de The Entity y que ha contratado a Paris (Pom Klementieff), una sicaria asesina. Entre otros roles se encuentra Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), la antigua agente británica del M16 y la intervención de una sugestiva traficante de armas (Vanessa Kirby).
Como amena película de espionaje, la historia propuesta en el guión del realizador y Erik Jendressen cumple el objetivo de crear satisfactorias intrigas, tensión y suspenso. El film fundamentalmente se destaca por la presencia de Cruise y las secuencias de acción que realmente asombran. No obstante la inverosimilitud de ciertas escenas lo que se aprecia a la vista no deja a nadie indiferente.En un recorrido a través de varias ciudades del planeta, cabe mencionar la corrida persecutoria que tiene lugar en el aeropuerto de Dubái a través de magníficos planos secuencia; no menos asombroso es ver a Hunt con Grace quienes encadenados manejan a super velocidad un Fiat 500 eléctrico dando bruscos saltosen las estrechas calles de Roma. Algo inolvidable es la secuencia en que Hunt conduciendo una motocicleta efectúa un acrobático salto desde un acantilado montañoso ubicado a 1200 metros de altura y que gracias a un paracaídas desciende en el valle inferior sano y salvo. No menos impresionantes son las últimas escenas que transcurren en la plataforma del tren Orient Express circulando a máxima velocidad.
Cruise quien más de una vez ha evidenciado sentir pasión por increíbles hazañas físicas realizadas por los personajes que anima y no demostrando agrado por el uso de imágenes generados por ordenador, aquí despliega una increíble vitalidad con sus saltos acrobáticos capaces de quitar el aliento para quien lo está observando. Pero además de la actuación encomiable del actor, es irreprochable el elenco que lo acompaña destacándose entre sus integrantes Atwell, Pegg, Rhames y Morales.
A la meritoria dirección de McQuarrie quien está imbuido de lo que debe ser un gratificante y animado relato de entretenimiento popular se agrega el buen trabajo de edición de Eddie Hamilton, la notable fotografía de Fraser Taggar y la funcional música de Lorne Balfe.
La conclusión de esta palpitante primera parte despierta considerable expectativa para saber cómo continuará su segunda mitad cuyo estreno está programado para junio de 2024.
AFIRE / LE CIEL ROUGE. Alemania, 2023. Un film escrito y dirigido por Christian Petzold. 102 minutos
Thomas Schubert en AFIRE
Habiendo obtenido Afire el Gran Premio del Jurado en el festival de Berlín de este año, el notable realizador germano Christian Petzold se impone nuevamente como uno de los más creativos de la cinematografía internacional. Después de haber brindado títulos de excelencia como lo fueron entre otros Barbara (2012), Phoenix (2014), Transit (2018) y Undine (2020), aquí se aparta de su compromiso habitual con un cine social y/o político para adentrarse en un relato que comenzando como comedia costumbrista desemboca en drama. Lo interesante es que sin haber sido su intención, indirectamente denuncia lo que está aconteciendo con el cambio climático que afecta mundialmente provocando incendios forestales y que curiosamente en estos momentos están azotando a gran parte del mundo incluyendo Canadá y Estados Unidos.
Pero retomando el tema, el guión del cineasta comienza con un viaje en automóvil procedente de Berlín que realiza el escritor Leon (Thomas Schubert) con su amigo Felix (Langston Uibel) para pasar sus vacaciones en una casa veraniega cuya propietaria es la madre de Felix y que está ubicada en una zona boscosa próxima al Mar Báltico. Como el vehículo que los conduce se descompone a pocos kilómetros del lugar, utilizando un atajo del camino ellos llegan prontamente a destino; allí reciben la sorpresa de que en la casa está alojada una chica conocida por la dueña quien olvidó hacérselo saber a Felix; eso motiva a que los recién llegados tengan que compartir la única habitación libre.
Para comenzar es necesario resaltar el contraste de personalidad entre Leon, resistente a tolerar la impredecible situación, y Felix tratando de adaptarse a los hechos tal como se presentan. Al propio tiempo queda claro que este viaje de vacaciones es también uno de trabajo para Leon quien habiendo publicado su primer libro trata ahora de concluir su segunda novela; por su parte Felix está embarcado en completar su portafolio de fotografías a fin de que pueda servir de buen antecedente para su solicitud en una escuela de arte.
Al principio la convivencia resulta forzada para Leon en la medida que no puede dormir tranquilamente al oír los gemidos de placer resultantes de la intimidad que mantiene la joven con su amante en la habitación contigua lo que lo obliga a pernoctar en la pérgola que se halla en el exterior de la casa. A los dos días se sabrá que la muchacha se llama Nadja (Paula Beer) y que su pareja es Devid (Enno Trebs), el salvaguarda de la playa.
En una primera reunión de almuerzo de estos cuatro personajes la tensión se hace sentir debido al comportamiento huraño de Leon quien se irrita oyendo la narración de un relato efectuado por Devid. A todo ello el neurótico escritor evita compartir las actividades del grupo, aferrándose a concluir el borrador de su novela. Como escenario de fondo se oye propalar la voz de la autoridad oficial anunciando los incendios forestales que se avecinan.
Leon, que secretamente se siente atraído por Nadja, le ofrece leer el borrador de su novela ya completada y es grande su desilusión cuando la chica desaprueba su contenido, lo que genera un duro enfrentamiento entre ambos. Para peor, la situación se complica cuando Helmut (Matthias Brandt), el editor de Leon, llega al lugar y afablemente le hace saber que él es un buen escritor pero que su reciente trabajo dista de satisfacerle, instándole a que renueve sus esfuerzos y energía para sus futuros proyectos de novelista.
Lo que en principio aparentaba ser un relato sobre un hombre de personalidad antisocial con el grupo que le rodea, la historia cobra un tono trágico cuando el cielo se enrojece y la amenaza de los arrasadores incendios adquiere cruda realidad. La última parte de Afire está magistralmente construida brindando una escena altamente conmovedora que es preferible no comentarla para que logre sorprender al espectador como lo ha sido para quien efectúa el presente comentario.
Como en toda la filmografía de Petzhold, su elenco siempre es impecable e integrado en este caso por personajes que aunque no del todo queribles logran crear una empatía con la audiencia por la buena composición de sus intérpretes. En primer lugar por la importancia del rol protagónico se destaca Schubert quien transmite en Leon la debilidad y vulnerabilidad que lo envuelve sin tener plena conciencia de lo que ocurre en su entorno. Igualmente adquiere relieve la actuación de Beer, ya consagrada en Undine al haber logrado el premio a la mejor actriz en el festival de Berlín de 2020, quien se luce como la avezada y culta literaria capaz de brindarle una buena lección a Leon; el resto del breve reparto se desempeña inobjetablemente.
En esencia, he aquí otro film cautivante de Petzold capaz de seguir seduciendo al cinéfilo selectivo.
LA MONTAGNE. Francia, 2022. Un film de Thomas Salvador. 115 minutos
Thomas Salvador en LA MONTAGNE
Teniendo como escenario las montañas de Mont Blanc que se elevan en Chamonix al sureste de Francia, este segundo largometraje de Thomas Salvador, en donde también asume el rol central, es a todas luces desconcertante.
No es la primera vez que el cine considera el deporte del alpinismo pero en este caso lo que deja perplejo es que el personaje protagónico es completamente enigmático sin que pueda conocerse su real personalidad. El guión del director compartido con Naila Guiguet presenta a Pierre (Salvador), un ingeniero parisino que viaja a Chamonix para ofrecer una conferencia sobre un aparato robótico ideado por la compañía donde trabaja; eso no impide a que en ciertos momentos de su charla dirija su mirada a los Alpes. Después de una elipsis se ve a Pierre, quien habiendo abandonado su empleo, con los atuendos de alpinista está preparado para iniciar su excursión a las rocosas montañas donde al principio es dirigido y transportado por un guía (Sylvain Frendo) para posteriormente proseguir el peregrinaje por su cuenta.
El relato alterna con el encuentro que mantiene con Léa (Louise Bourgoin), la encargada de un restaurante en la estación de cable carril y poco después en la reunión con su madre (Martine Chevallier) y sus dos hermanos (Laurent Poitrénaux, Andranic Manet), quienes le instan a que regrese a París, sin que él acepte dicha proposición.
Con exacerbante lentitud, el film pone a prueba la paciencia del espectador durante casi dos horas, donde lo que acontece prácticamente se circunda a los continuados viajes de exploración que Pierre realiza tratando de descubrir el alma de las montañas. Entretanto un accidente que sufre en el trayecto motiva a que esté hospitalizado brevemente y atendido por una amable enfermera (Catherine Lefroid), pidiéndole que repose antes de darle de alta; pero este obstinado alpinista escapa de la clínica para seguir sumido en su pasión por las montañas.
Lo que comenzó como un relato realista se convierte en otro surrealista en donde al anochecer Pierre estando sumergido en la montaña observa misteriosos resplandores que brillan en la profundidad de las rocas y a su vez somete sus manos para tocarlos.
Sin tener referencia alguna sobre su vida anterior en París, poco o nada se puede extraer de este viaje aparentemente existencial que realiza este individuo. Hilando demasiado fino podría quizás inferir que de algún modo el realizador deja entrever cómo el calentamiento climático puede desprender las rocas que conforman las montañas.
Con un muy endeble guión agravado por el desarrollo moroso impreso por Salvador, esta historia resulta frustrante y finalmente aburrida. Sin que nada específico resalte la actuación correcta del elenco, el mérito a destacar es la deslumbrante fotografía de Alexis Kavyrchine captando la majestuosidad de los Alpes de Francia; aunque, eso no alcanza a compensar las falencias de La Montagne.
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