Por qué las armas occidentales no están inclinando la balanza a favor de Ucrania en la guerra
Por qué las armas occidentales no están inclinando la balanza a favor de Ucrania en la guerra
Las opciones de los ingenieros militares ucranianos son reparar rápidamente los tanques o usarlos como fuente de piezas de repuesto.
- El general encargado de la entorpecida contraofensiva de Ucrania en el sur del país dice que las defensas rusas están creando dificultades para el desplazamiento de su armamento militar, incluyendo los tanques y vehículos blindados donados por Occidente.
El general Oleksandr Tarnavskyi reconoció que sus fuerzas están teniendo dificultades para superar los campos minados en diferentes niveles y las líneas de defensa de Rusia.
“Es por eso que la mayoría de las tareas tienen que ser emprendidas por los soldados”.
Tarnavskyi señala que el ejército ruso ha demostrado “cualidades profesionales” al evitar que las fuerzas ucranianas puedan “avanzar rápidamente”.
“No subestimo al enemigo”, añade.
Los más recientes informes de Estados Unidos indican que la arremetida principal de la contraofensiva ya empezó. El Instituto para el Estudio de Guerra dice que las fuerzas ucranianas parecen haber roto “ciertas posiciones defensivas rusas que estaban preparadas de antemano”.
Pero hasta ahora ha habido poca evidencia de que los tanques y vehículos blindados provistos por Occidente hayan podido inclinar la balanza decisivamente en favor de Ucrania.
Varios tanques Leopard y vehículos de combate Bradley de EE.UU. resultaron dañados o destruidos en los primeros días de la ofensiva, cerca de la ciudad de Oríjiv.
La 47ª Brigada de Ucrania, que ha sido principalmente entrenada y equipada por Occidente para tratar de romper las líneas rusas, fue rápidamente detenida por minas y luego fueron blanco de artillería.
Rusia publicó varios videos del incidente reivindicando que la ofensiva ucraniana ya había fracasado. En realidad fue un revés inicial en lugar de un golpe decisivo.
Visitamos el taller al aire libre de esa brigada, que se encuentra escondido en un bosque detrás del frente, donde trabajan intentando reparar más de una decena de vehículos blindados, la mayoría Bradleys suministrados por EE.UU.
Cuando llegaron estaban intactos, pero ahora muestran las heridas de batalla. Cadenas de tracción rotas y ruedas torcidas; las señales evidentes de que varios chocaron con minas rusas.
Serhii, uno de los ingenieros, dice: “Cuanto más rápido los reparemos, más rápido los tendremos de vuelta en el frente para salvar la vida de alguien”.
Pero también reconoce que algunos ya están más allá de cualquier reparación y tendrán que ser usados como fuente de piezas de repuesto o “devueltos a nuestros socios” para que los reconstruyan.
Aunque los equipos blindados de Occidente les han dado mejor protección a las tropas ucranianas, no han sido capaces de penetrar las filas de minas rusas, que son los mayores obstáculos para el avance de Ucrania.
Cuando nos desplazamos al frente sur, también vimos vehículos blindados Mastiff, suministrados por Reino Unido, dañados y destruidos.
La 47ª Brigada está usando ahora algunos de sus antiguos tanques de la era soviética para despejar las minas. Pero estos tampoco pueden escapar los explosivos escondidos bajo la tierra, pese a contar con equipo especializado antiminas.
Más cerca del frente, el comandante de tanques Maksym nos mostró su tanque T-64, recientemente averiado. Le han acoplado dos rodillos en la parte delantera que hacen explotar las minas de forma deliberada. La noche anterior perdió uno de los rodillos cuando intentaba abrir un sendero para las tropas.
“Normalmente nuestros rodillos pueden aguantar hasta cuatro explosiones”, cuenta. Pero recalca que los rusos han estado colocando minas una sobre la otra que destruyen sus equipos de despeje.
“Es muy difícil porque hay muchas minas”, indica Maksym, añadiendo que muchas veces encontraron más de cuatro filas de campos minados al frente de las líneas defensivas rusas.
Para Doc y su equipo de reconocimiento con drones del Ejército Voluntario de Ucrania, ha sido doloroso observar el desarrollo de la batalla.
Doc, su sigla de identificación, participó en la exitosa ofensiva en Jersón del año pasado. Pero cuenta que esta vez está probando ser mucho más difícil. Por primera vez en la guerra, dice, los soldados están siendo heridos más por minas que por artillería: “Cuando avanzamos nos encontramos con minas en todas partes”.
Doc me muestra un video que filmó recientemente desde uno de sus drones cuando las tropas ucranianas avanzaban hacia una trinchera rusa.
Tan pronto entran los soldados, hay una enorme explosión. La trinchera estaba desocupada pero preparada con trampas explosivas. Doc explica que las fuerzas rusas ahora están usando minas controladas remotamente. “Cuando nuestros soldados entran en las trincheras ellos aprietan un botón y las hacen explotar, matando a nuestros amigos”.
Afirma haber visto esa táctica utilizada durante las últimas dos semanas y la llama “un arma nueva”.
La ofensiva de Ucrania en el sur tiene una lógica militar. Se interpreta como la clave para dividir las fuerzas rusas y alcanzar las ciudades de Melitópol y Mariúpol, hasta llegar a Crimea. Pero el foco de este eje también significa que Ucrania ahora esté atacando las líneas defensivas de Rusia donde son más fuertes.
El general Tarnavskyi afirma que sus fuerzas realizan “un trabajo arduo y meticuloso”. Explica que “cualquier defensa puede romperse, pero se necesita paciencia, tiempo y acciones hábiles”.
Dice que Ucrania está lentamente desgastando al enemigo. A Rusia no le importa perder hombres, y los cambios en su cúpula militar “significan que no todo anda bien”, añade. Insiste en que Ucrania todavía no ha hecho uso de su principal fuerza de ataque.
“Lentamente o no, la ofensiva está tomando lugar y definitivamente alcanzará su meta”, dice.
Le pregunté al general Tarnavsyi cómo podremos juzgar si es un éxito o un fracaso.
Sonríe y responde: “Si la ofensiva no fuera exitosa, no estaría hablándole ahora”.
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