Guyana: el “Dubái” de América del Sur bajo amenaza de guerra en la región
Guyana: el “Dubái” de América del Sur bajo amenaza de guerra en la región
– Fue el país que más creció en todo el mundo durante 2022 y tiene más reservas de petróleo que EE.UU. y Dubái
Guyana, un pequeño y desconocido país ubicado en medio de Venezuela y Brasil pasó de ser uno de los más pobres de la región a conocerse como el “Dubái de América del Sur”. ¿La razón? Un descubrimiento de petróleo que lo ha posicionado como el país con más hallazgos de ese crudo en todo el mundo y que está bajo amenaza de una posible guerra de grandes magnitudes.
Desde aquel 20 de mayo de 2015 en el que la compañía estadounidense ExxonMobil encontró petróleo en el mar guyanés, ese país empezó a cambiar su estilo de vida y tomó más relevancia en la región.
El cambio fue inmediato: en solo un año Guayana pasó de tener una economía sostenida en la producción y exportación de arroz, azúcar y oro, a ubicar el petróleo como amo y señor de esa cadena económica que sostiene al país.
“La gente empezó a ganar mucho más, los salarios se triplicaron para muchos puestos y el Gobierno empezó a invertir millones de dólares en infraestructura”, relató un guayanés a varios medios internacionales en 2022.
Para ese año, según cifras oficiales, el salario mínimo de los empleados de Guyana aumentó un 36 %, más que en cualquier otro país de la región. En Colombia, por ejemplo, ese salario mínimo subió menos del 16%, lo que significa que no llegó ni a la mitad del tope de Guayana.
Y es que, según cifras, Guayana lleva siendo el país con más descubrimientos de petróleo offshore (o fuera de costa) de todo el mundo, superando a gigantes como Dubái, Estados Unidos y Rusia.
Según cifras oficiales, entre 2015 y 2019 Guyana halló alrededor de 7.000 millones de barriles de crudo. Mientras que EE.UU. obtuvo alrededor de 5.000 millones, Rusia 3.900, México un poco más de 2.000 y Reino Unido 2.000, entre otros.
Aún así, la vida de los guayaneses sigue siendo un poco modesta comparada con la de los otros países ricos en petróleo.
Por las calles y locales de Guayana aún no hay convertibles y vehículos de alta gama en cada esquina, ni abunda el oro en las decoraciones y las fachadas. Tampoco hay cientos de bonos para favorecer a los locales o mucha inversión social, como asegura CNN.
Lo que sí está claro es que, de lograr la cooperación internacional y estabilidad política necesaria, esa nación podría crecer su economía cerca de un 25%, logrando un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de 35.000 dólares y convirtiéndose en el país de mayor PIB per cápita de Sudamérica.
Justo por todo eso es que la comparación de Guyana con “el Dubái de América del Sur” no suena tan descabellada cuando promete volverse una de las economías más poderosas de la región gracias al descubrimiento de petróleo en sus costas.
Pero, como en todo país pequeño que encuentra riqueza, Guayana tiene su propia pelea por territorio que amenaza incluso con generar una guerra con su vecino Venezuela y los respectivos aliados internacionales entre los que se encuentran EE.UU. y China.
La pelea por el Esequibo
De hecho, ese pequeño territorio de tan solo 800.000 habitantes volvió a convertirse en noticia internacional gracias a los movimientos de Venezuela, quien lleva siglos peleando por una parte de Guayana que les pertenecía en la Gran Colombia y que terminó por separarse con la independencia de Guayana.
La pelea es principalmente por una zona que se conoce como “el Esequibo”, un pedazo de mar y tierra que es justamente donde encontraron el petróleo al que Venezuela quiere a toda costa hacer parte suya.
Entre ese espacio y la otra parte del territorio que reclama Venezuela, los guayaneses podrían perder cerca del 70% de su próspero territorio.
Por esa pelea, el presidente venezolano Nicolás Maduro y algunos sectores de la oposición lideraron un referéndum con cinco preguntas sobre la histórica pelea entre Venezuela y Guayana.
En esas votaciones participaron más de 10,5 millones de habitantes, según cifras oficiales. Allí los ciudadanos avalaron que Venezuela siga peleando por ese territorio en disputa, condenaron que Guyana esté asignando concesiones para extraer petróleo en ese territorio en disputa y hasta dijeron estar de acuerdo con no reconocer las decisiones de la Corte Internacional de Justicia.
Sobre esto último, se sabe que Guyana demandó a Venezuela ante la CIJ en 2018 buscando que sea ese tribunal internacional el que decida en la histórica disputa por el Esequibo, una medida que Maduro siempre ha rechazado asegurando que ambas naciones deben apegarse estrictamente al Acuerdo de Ginebra firmado el 17 de febrero de 1966 que obliga a ambos países a negociar los límites cara a cara.
Pero ese acuerdo fue firmado entre Venezuela y Reino Unido, pues en esa época Guayana era colonia francesa. En consecuencia, Guayana insiste en que el acuerdo quedó sin efectos luego de su independencia de Reino Unido.
Con todo eso, está claro que Maduro tiene un interés político y personal en esta disputa. Si su pugna por “recuperar” el Esequibo continúa, Venezuela, en una de sus maniobras, podría decretar un “estado de emergencia” que le permitiría aplazar las elecciones de 2024 y quedarse en el poder. Y, aunque no pasara, esa pelea por recuperar territorio también le ayudaría a ganar algo de alicaída popularidad en una Venezuela asfixiada por la profunda crisis económica y el régimen de Maduro.
Lo preocupante del caso es que los países vecinos se temen una guerra por territorio que involucraría a muchas naciones. “No queremos una guerra en América del Sur”, dijeron el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y su homólogo Gustavo Petro.
Pero la súplica no parece ser muy escuchada por Estados Unidos, por ejemplo. Con un interés económico invertido en esos millones de barriles de petróleo que tiene Guyana, EE.UU. optó por movilizar tropas a esa nación para defender sus intereses y Venezuela respondió violentamente asegurando que el gobierno de Joe Biden era provocador y violaba las soberanías.
¿Ocurrirá entre Venezuela y Guyana algo similar a la guerra entre Rusia y Ucrania? Eso aún está por verse y los analistas lo ven lejos, pero no imposible.
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