¿Más sensibles o más atentos?: por qué parece que todo el mundo está resfriado
¿Más sensibles o más atentos?: por qué parece que todo el mundo está resfriado
Un hombre descansa en la cama con medicamentos para el catarro y pañuelos.
PHILIP DULIAN (PICTURE ALLIANCE/GETTY IMAGES)
– La sensación de estar atrapados en un espiral sinfín de infecciones se ha reforzado después de la pandemia, pero los epidemiólogos aseguran que los virus respiratorios no se han vuelto más agresivos
Muchas conversaciones giran estos días en España en torno a ese familiar, amigo o compañero de trabajo que está con la nariz congestionada, tos, catarro, o todos estos síntomas a la vez. La impresión de que llegado el invierno todo el mundo se acaba enfermando vuelve a la carga cada año, puntual como un reloj, por simples razones estacionales. Con el frío y la ausencia de ventilación en los espacios cerrados, virus como el de la gripe y el de la covid encuentran las condiciones ideales para su propagación. La sensación de estar atrapados en una espiral de infecciones durante esta temporada del año se ha reforzado después de la pandemia, cuando las mascarillas y el distanciamiento social hicieron su trabajo de proteger a la población de la gripe. Pero, ¿es verdad que los resfriados nos golpean con más fuerza y más frecuencia que antes?
“Es normal que en estas fechas los casos estén aumentando, y que sigan eso siga así. En los centros de salud estos días llegan a consulta muchos pacientes con catarros e infecciones respiratorias, aunque la mayoría de los casos no son graves”, explica el doctor Leovigildo Ginel, secretario del grupo de trabajo de enfermedades respiratorias de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). El médico destaca que es normal que tras los inviernos de pandemia —cuando gripe, catarros y resfriados comunes prácticamente desaparecieron en favor de la covid-19— el sistema inmunitario tenga que volver a acostumbrarse a la coexistencia de más virus.
Según los datos del Instituto de Salud Carlos III, la tasa de infecciones respiratorias agudas en la semana 49 de 2023, la del puente de la Constitución, las hospitalizaciones por gripe y covid-19 están en aumento, mientras que se observan fluctuaciones a la baja en hospitalizados por infección por virus respiratorio sincitial (VRS). Sin embargo, por ahora los casos no superan a los del pasado invierno, aunque los expertos prefieren mantenerse cautos, considerando que la temporada de infecciones acaba de empezar, y será en enero y febrero cuando alcance su pico.
Hasta donde saben los expertos, los virus respiratorios no se han vuelto más agresivos en los últimos años. El epidemiólogo del Hospital Clínic de Barcelona Toni Trilla encuentra una causa plausible en la llamada “deuda inmunitaria”. “Como no hemos estado expuestos a otros patógenos durante la época del coronavirus, ahora que estos han vuelto a circular, es posible que nos golpeen más fuerte, porque hemos perdido el entreno”, señala. Esto, sumado a que se dejaron de adoptar medidas de contención como las mascarillas y el distanciamiento social, ha hecho que la población ha vuelto a estar expuesta a virus a los cuales ya no estaba acostumbrada.
“Cuando un virus, como fue el caso del SARS-CoV-2, circula mucho, es normal que los otros dejen de hacerlo, es lo que se llama competencia ecológica”, concuerda Magda Campins, jefa de medicina preventiva del hospital Vall D’Hebron. Teniendo en cuenta que en una temporada de gripe normal el 25% de la población se contagia de gripe, la epidemióloga estima que en los próximos dos o tres años, la población habrá recuperado los niveles de inmunidad prepandemia. “Este cálculo claramente no aplica a los niños muy pequeños, que hasta los seis años de edad no logran los niveles de inmunidad adquirida que tienen los adultos”, añade.
La inmunidad, tanto la natural que se desarrolla después de haber pasado la enfermedad como la de la vacuna, es limitada en el tiempo, ya que los virus mutan con frecuencia. “Es posible que una persona que haya estado expuesta al virus circulante este año, el próximo ya no tenga protección. Por esto vacunarse nunca es de más, incluso para las personas más jóvenes que no tienen patologías previas”, insiste Campins. Más de 1,7 millones de personas, el 60% de la población mayor de 80 años, ha recibido esta temporada la vacuna adaptada frente a las subvariantes de covid-19, según datos del Ministerio de Sanidad. Aunque la gran novedad es la primera campaña de vacunación de los bebés contra el VRS, causa la gran mayoría de casos de bronquiolitis en lactantes que y lleva a uno de cada 56 bebés que lo sufre a ingresar en el hospital.
Más virus en circulación
Una de las cosas que seguramente ha cambiado es el panorama de la circulación viral, que se ha vuelto más complejo desde la llegada del coronavirus. “No vamos a tener nunca una situación exactamente igual a la que tuvimos antes de la covid”, reconoce Amparo Larrauri, responsable del grupo de vigilancia de gripe y otros virus respiratorios en el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III. “El SARS-CoV-2 es un agente más que llegó para quedarse, y que está compitiendo con la circulación de los otros virus en esta época del año”. Larrauri explica que en las dos últimas temporadas, durante los meses de octubre a diciembre, se está experimentando la circulación de los virus de la gripe, SARS-CoV-2 y VRS, al mismo tiempo, lo que podría dar lugar a la percepción de un mayor número de procesos respiratorios en la población.
El hecho de prestar más atención a los síntomas respiratorios también sería un factor clave a la hora de reforzar esta sensación. Los expertos inciden en que después de la pandemia, cuando un poco de tos era más que suficiente para encender todas las alarmas, la población se ha concienciado más sobre los peligros del contagio. “Estamos todos más sensibles. Nos damos cuenta de los síntomas, y si tenemos covid nos preocupamos de no visitar a los abuelos”, afirma Salvador Peiró, director del Área de Investigación en Servicios de Salud de Fisabio.
Julián Domínguez, jefe de servicio de Medicina Preventiva del Hospital de Ceuta, reconoce que cada vez que hay una nueva onda epidémica, se parte de muy pocos casos habituales, y en cuanto el número empieza a crecer, sube también la sensación subjetiva de que todo el mundo está enfermo. “Cuando coinciden dos o tres pacientes infectados a la vez en una planta de hospitalización, es comentario es que hay un montón de infectados, aunque en realidad en las semanas anteriores o posteriores los datos son absolutamente normales”, indica.
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