THE COLOR PURPLE. Estados Unidos, 2023. Un film de Blitz Bazawule. 141 minutos
THE COLOR PURPLE. Estados Unidos, 2023. Un film de Blitz Bazawule. 141 minutos
Fantasia Barrino en THE COLOR PURPLE,
Por Jorge Gutman
THE COLOR PURPLE. Estados Unidos, 2023. Un film de Blitz Bazawule. 141 minutos
La celebrada novela de 1982 The Color Purple de Alice Walker por la que obtuvo el Premio Pullitzer, fue adaptada a la pantalla en 1985 por Steven Spielberg, habiendo merecido una cálida recepción y nominada a 11 Oscars. Posteriormente su contenido fue convertido en una comedia musical en Broadway y es ahora que el realizador Blitz Bazawule ofrece una nueva adaptación cinematográfica basada en ese musical. Aunque el contenido de la novela original está aquí presente, esta nueva versión, que tiene entre sus productores a Spielberg y a Oprah Winfrey, no alcanza a trascender como debiera debido a su insatisfactoria ejecución.
El film que comienza a principios del siglo pasado y se extienda hasta los inicios de la década del 50 transcurre en el marco de la comunidad negra de Georgia, presentando a Celie Harris (Fantasia Barrino) quien en su adolescencia (Phylicia Pearl Mpasi) ha sido molestada sexualmente por su padre, quedando preñada y dando nacimiento a dos criaturas quienes quedan separadas de ella; su único sincero amor lo encuentra en su adorada hermana Nettie (Halle Bailey) que posteriormente es enviada a África. Ya adulta Celie es forzada a casarse con Mister Johnson (Colman Domingo), un malévolo granjero sureño que la hace infeliz al abusar de ella y tratarla como a una mísera sirvienta. Su existencia cobra aliento cuando conoce a Sofía (Danielle Brooks) -que está casada con el hijo de Johnson (Corey Hawkins) y a la amante de su marido Shug Avery (Taraji P. Henson), dos solidarias mujeres de temple que le permitirán avizorar una vida más independiente dotada de determinación y coraje.
El gran problema del film radica en la inserción de los numerosos musicales que en momentos de honda tristeza Bazawule los atenúa con animadas canciones y danzas, eliminando de ese modo el impacto emocional de la novela original. A diferencia de lo que por ejemplo Jerome Robbins y Robert Wise lograron con West Side Story (1961) o bien en la nueva versión de Spielberg (2021) donde la música se intrinca excelentemente con el desarrollo de su trama, en este caso las secuencias musicales parecerían emerger de otra historia.
El guión de Marcus Gardley permite que los aspectos relativos a la dura vida de los afroamericanos sureños así como la violación, el abuso y negligencia conyugal se hagan sentir ofreciendo cierto nivel de tensión, pero la dirección de Bazawude impide que el film posea alma; eso se acentúa con un final que aunque feliz aparece desconectado del resto del relato.
A su favor cabe elogiar el elenco cuyos talentosos artistas transmiten de la mejor manera posible lo que el guión les demanda, las agradables canciones de Brenda Russell, Allee Willis y Stephen Bray y la buena coreografía de Fatima Robinson. Pero en todo caso, estos positivos aspectos no compensan la medianía de su implementación como drama musical.
FERRARI. Estados Unidos, 2023. Un film de Michael Mann. 130 minutos
Adam Driver en FERRARI
Después de haber realizado Blackhat (2015), el renombrado cineasta Michael Mann retorna con Ferrari, un film referido a la famosa manufactura de automóviles deportivos Ferrari.
Basado en el libro de Brock Yates Enzo Ferrari: The Man and the Machine, el guión de Troy Kennedy relata la historia del empresario e ingeniero italiano Enzo Ferrari (Adam Driver). en un momento especial de su vida.
El espectador es transportado a la ciudad italiana de Modena, en 1957 donde el célebre piloto del automovilismo quien diez años atrás fundara con su esposa Laura Garello (Penélope Cruz) la fábrica que lleva su apellido, atraviesa serias dificultades económicas y enfrenta la competencia de su rival Maserati; en consecuencia se encuentra en el dilema de vender su empresa o bien convenir asociarse con otros inversionistas con el riesgo de perder el control de la compañía.
Simultáneamente el guión resalta aspectos de la vida personal del protagonista en los que él y su mujer sufren la gran pena de haber perdido en 1956 a su hijo Dino de 24 años quien permanentemente estuvo afectado de distrofia muscular, hecho que en parte influye en la resquebrajada relación marital. Si bien Laura permite que su donjuanesco marido pueda tener alguna aventura amorosa casual, lo único que exige es que en sus escapadas nocturnas no llegue tarde para el desayuno; en cambio ella ignora que por espacio de largo tiempo Enzo ha estado llevando una doble vida con Lina Lardi (Shailene Woodley) de la cual tienen al vástago Piero Lardi (Giuseppe Festinese) y en donde su amante quiere que él lo reconozca legalmente .y le ofrezca su apellido.
Naturalmente, más allá de sus problemas de empresario y personales, lo que más importa para Ferrari es su pasión por el automovilismo, sus autos y la participación de los mismos en las carreras, especialmente en la vigésima cuarta edición de la Mille Miglia de mayo de 1957, en un recorrido de 1635 kilómetros a través de Italia. En tal sentido es interesante observar cómo previo a dicho evento Ferrari alecciona a sus pilotos instándoles a que asuman el riesgo permitido a fin de salir triunfantes en la competición y de ese modo poder salvar a su empresa de la quiebra; para ello ha elegido a cinco calificados corredores de los cuales se destacan el italiano Piero Taruffi (Patrick Dempsey), el británico Peter Collins (Jack O’Connell) y el español Alfonso De Portago (Gabriel Leone).
En una de las escenas de mayor tensión generadas con imágenes creadas por computador (CGI) se asiste al brutal accidente que sufre De Portago debido a que su Ferrari perdió el control porque uno de los neumáticos se reventó chocando contra una piedra; eso ocasionó su muerte, la de su copiloto Edmund Nelson (Erik Haugen) y la de nueve espectadores que públicamente observaban la carrera.
Ferrari no alcanza la dimensión de un film memorable. Eso se debe a que el guión carece de un foco preciso; así el melodrama familiar, la posible quiebra de la empresa y las carreras que tienen lugar en las pistas no encuentran la cohesión necesaria para que llegue a suscitar la emoción aguardada. A todo ello, un problema mayor se produce en el idioma empleado donde los actores dialogan en un inglés italianizado que obviamente afecta su autenticidad. Con un desenlace que deja desconcertado, lo que realmente acontece a continuación se lee en los créditos finales donde se sabe que tras la muerte de Enzo Ferrari en 1988, su reconocido hijo Piero Ferrari ha sido el heredero del emporio.
Dentro de estas limitaciones, cabe reconocer la buena actuación de Driver pero quien realmente se impone es Penélope Cruz; ella además de transmitir la frustración de una esposa engañada expresa el dolor de una madre resquebrajada por la pérdida de su único hijo y en donde frente a su tumba la expresión de su rostro teñido de lágrimas conmueve profundamente.
No obstante las objeciones apuntadas Ferrari se deja ver como un aceptable entretenimiento que especialmente será disfrutado por el público aficionado a este arriesgado y excitante deporte.
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